Alberto Piris
El coste de la violencia en el mundo
(Página Abierta, 245, julio-agosto de 2016).

El Institute for Economics and Peace (IEP, Instituto para la economía y la paz) es un centro de investigación radicado en Australia, pero con presencia en otros países, que ha publicado recientemente la décima edición de su “Índice global de la paz” (IGP), una referencia indispensable para cualquier persona interesada en la política internacional y en la conflictividad mundial.

El Instituto ha desarrollado una compleja metodología para estudiar la paz, sus causas y su valor económico. En la medición de la paz se analizan los factores sociales, políticos y económicos que contribuyen a crearla y mantenerla. Pero también es muy significativo el cálculo de la repercusión económica de la violencia sobre la economía, para lo que el IEP toma en consideración diversos tipos de gastos relacionados con la violencia y aplica unos factores multiplicadores para tenerlos en cuenta. Por ejemplo: la violencia influye directamente en los costes hospitalarios y los de la seguridad, estatal o privada; pero también lo hace en forma más sutil y a más largo plazo, como cuando el consumo habitual de las familias, empresas o Gobiernos se hace temeroso, desconfiado o defensivo.

En esta edición, el IGP valora el grado de pacificación de 163 países. Lo hace utilizando unos parámetros sobre el nivel de militarización de los Estados, sus relaciones internacionales y conflictos internos, la estabilidad interior y el grado de seguridad personal, entre otros muchos factores, como los siguientes:

- Repercusión del terrorismo

- Refugiados y desplazados internos

- Muertes en los conflictos internos

- Demostraciones violentas

- Percepción de la delincuencia

- Gastos de defensa y personal militar

- Intervención en conflictos exteriores

- Apoyo a las misiones de pacificación de la ONU, etc.

Es interesante resaltar algunas de las conclusiones del informe. Desde un punto de vista global, el mundo se ha hecho menos pacífico en el último año transcurrido y, además, ha aumentado la diferencia entre los países situados en ambos extremos de la escala de pacificación.

Encabezan la lista, como los Estados más pacíficos del mundo, Islandia (IGP=1192), Dinamarca, Austria, Nueva Zelanda, Portugal y República Checa (1360), por este orden. En el extremo opuesto, la República Central Africana (RCA), Yemen, Somalia, Afganistán, Irak, Sudán del Sur y Siria (3806) cierran la lista. España ocupa el puesto nº 25 (entre los 163 países evaluados) con un índice de 1604.

Aunque la paz mejoró en casi la mitad de los países considerados y empeoró en la otra mitad, el promedio fue negativo ya que el empeoramiento de unos supera con creces a la mejora de los otros. Los motivos que más influyen en esta negativa valoración global son tres: el terrorismo, la inestabilidad política y las guerras, como en Siria, Ucrania, RCA y Libia.

Considerando las regiones del mundo, la que ostenta el peor nivel de paz es la de Oriente Medio y África Septentrional (OMAS), donde se hallan tres de los cinco Estados que más han bajado en la escala durante 2015: Yemen, Libia y Bahrein. En OMAS, el terrorismo ha alcanzado el máximo histórico; las muertes en combate, el máximo de los últimos 25 años; y el número de desplazados y refugiados no había sido superado desde hace 60 años (desde los conflictos de la descolonización).

Aunque la mayor actividad del terrorismo se concentra en cinco países (Siria, Irak, Nigeria, Afganistán y Pakistán) su acción se extiende y solo 69 de los países estudiados no han sufrido su impacto. Europa, que en índices anteriores era la región mundial más pacífica, ha visto un notable aumento de las víctimas del terrorismo en los últimos cinco años.

Cerca de 60 millones de personas (una de cada 122) están refugiadas o desplazadas como consecuencia de los conflictos en todo el mundo. El impacto económico anual de la violencia se valora globalmente en unos 13.600 billones (10 elevado a 12) de dólares, que representa el 13,3% del PIB mundial o, lo que es lo mismo, 1.876 $ (1.688 €) por persona al año.

El informe resalta algunas mejoras globales en 2015: un aumento en la actividad de las operaciones de paz de la ONU; una disminución de los indicadores de altos niveles de policía y servicios de seguridad interna; y un descenso en la militarización.

El informe incluye un interesante esquema: los factores que confluyen en la “Paz positiva”, es decir, las conductas, instituciones y estructuras que sostienen la paz:

- Buen funcionamiento del Gobierno

- Distribución equitativa de los recursos

- Espacio saneado para las empresas

- Bajos niveles de corrupción

- Difusión libre de la información

- Aceptación de los derechos de los demás

- Buenas relaciones con los vecinos

- Capital humano de alto nivel

Ahora que en España se debate la formación de un nuevo Gobierno, a los aspirantes a encabezarlo quizá les conviniera repasar lo que el IEP difunde en el informe aquí comentado.