Andoni Sáenz de Buruaga

Cooperar con el Sahara Occidental desde la investigación
científica del pasado cultural

(Hika, 202zka. 2008ko urria)

 

            Era el inicio de 2004. Con los primeros compases del nuevo año, pergeñábamos la idea de poner en marcha un proyecto de investigación y cooperación en torno al Pasado cultural del Sahara Occidental.

            En diversas ocasiones, el Sahara, y más concretamente, su área occidental, nos habían ya atraído. Las cuestiones que, en prisma evolutivo, derivaban, en aquel particular contexto, a través de la presencia y composición morfo-tecno-genética de algunos singulares conjuntos industriales saharianos del Pleistoceno medio y superior (ca. 800-10 ka) -sujetos de análisis y estudio en nuestro habitual quehacer investigador- o, con una proyección más externa, las divergencias que planteaban algunos tecno-complejos en el organigrama general del proceso de transformación cultural, en relación a la dinámica y pautas de evolución advertidas en Europa Occidental, despertaban en nosotros un especial interés científico por indagar, en profundidad, sobre el terreno, esas antiguas manifestaciones sociales.

            Ello hizo que, a mediados de los años 90, dirigiéramos algunas propuestas concretas de estudio in situ hacia diversos países del África noroccidental. La difícil situación política que, en aquellos momentos, atravesaban algunos de ellos, con una grave y extrema inestabilidad social, unido a la carencia de receptividad hacia nuestra consulta, hicieron que, cautelar y provisionalmente, incluyéramos el empeño entre paréntesis…

            La apuesta por trabajar en el más grande y extremo desierto de la Tierra, por lo tanto, no era desconocida. Podíamos decir que el Sahara, nuevamente, volvía a asomar en nuestra ruta como sujeto de estudio y reflexión científicos. Ahora, además, con un aditamento muy especial y original, merced al singular marco espacial en que se iba a centrar: el del Sahara Occidental, como conflicto socio-geo-político, y, consecuentemente, el de la población saharaui, desplazada y concentrada -como bien se sabe, desde 1975- en torno a los Campamentos de Refugiados de Tindouf (Argelia), como sujeto preferente de atención, cooperación y solidaridad humanitarias.

            Un enfoque, a todas luces, enriquecedor para un proyecto y un nuevo reto en la búsqueda de la armonía entre la investigación científica y la cooperación social a partir de la Cultura.

            Un acicate por leer la Cultura como verdadero y sólido instrumento de progreso social y, correlativamente, de entender la investigación científica sobre el pasado y su patrimonio cultural, también, como sujetos activos de cooperación y solidaridad. En este caso, muy particularmente, entre la sensibilidad humanitaria del Pueblo Vasco y del Pueblo Saharaui.

            En consecuencia, junto a la fascinante aventura que supone la vivencia y experiencia personales del desierto y los hallazgos y descubrimientos, a veces imponentes y de ensueño, que procura la investigación científica y el complejo desciframiento de su oculto pasado, este Proyecto trascendía, simultáneamente, como un estímulo, solidario y comprometido, hacia el Sahara Occidental desde la investigación científica de la Cultura. Un ensayo centrado en el marco de los territorios liberados saharauis: es decir, en la franja que recorre, longitudinalmente, la parte más oriental del país, gestionada por la República Árabe Saharaui Democrática (RASD) y que, tras el levantamiento del muro defensivo marroquí, identifica y diferencia, hoy, el Sahara Occidental libre (al E), del ocupado y colonizado por Marruecos (al W).

PASADO Y COOPERACIÓN SOCIAL

            Era casi la medianoche del 29 de Mayo de 2004. Tomábamos tierra en el aeropuerto de Tindouf y, con ello, llegaba a su marco natural el propósito de colaborar con el Pueblo Saharaui desde el estudio del Pasado cultural.

            ¿Cómo hacer compatible empero nuestra práctica científica con la cooperación humanitaria? Al menos, tres vías nos parecían inexcusables.

            En primer lugar, investigando, científicamente, sobre el conocimiento del pasado: localizando, identificando, contextualizando y analizando las formas y procesos de evolución socio-cultural y ambiental.

            En segundo lugar, controlando las diversas -manifestaciones patrimoniales de la cultura: catalogando, protegiendo, recuperando, restaurando y estudiando los testimonios y bienes materiales del pasado cultural.

            Y, en tercer lugar, transmitiendo y difundiendo, didáctica e intelectualmente, un conocimiento a la sociedad saharaui, e impulsando y formando, técnica y operativamente, a esa comunidad en la gestión de su propio legado cultural. Un patrimonio, en muchos casos, en alto riesgo. Unos bienes que son de la Humanidad y que corresponde, legítimamente, al Pueblo Saharaui gestionarlos. Así pues, implicando, directa y activamente, a ese colectivo social en todos los frentes de la Cultura.

            Estos eran, por consiguiente, los tres fines esenciales que concurrían en este Proyecto: el científico, el patrimonial y el socio-humanitario. Recuperación, análisis, interpretación, información y formación alternaban, indisociablemente, dentro de toda esta idea.

            De esta forma, además de las siempre enriquecedoras enseñanzas científicas que procura la investigación de los procesos sociales de la Antigüedad, el Pasado cultural adquiría, junto a la dimensión humanitaria, una trascendencia social en nuestro presente. Y es que, no en vano, abordar el análisis de su patrimonio cultural significa, entre otros: a) ilustrar con testimonios y pruebas objetivas nuestra identidad: lo que es lo mismo que explicar y esclarecer nuestra propia particularidad; b) entender y asumir, equitativamente, la diferencia del otro: el por qué aquél es de una forma diferente a la mía; y, c) mostrar sensibilidad y respeto por el pasado como armonioso compendio de enseñanzas constructivas para la actualidad.

            Supone, así, cognoscitivamente, un impulso a la conciencia de un nuevo naturalismo -del que otros ya hablaron- sustentado en la transferencia, a la sociedad moderna, de los conocimientos y prácticas de las sociedades y comunidades primitivas, como medio de auto-comprensión dentro de la naturaleza.

CONCEPCIÓN MULTIDIMENSIONAL Y EVOLUTIVA DEL PASADO CULTURAL Y MARCO OPERATIVO

            Si asimilamos la Cultura con las muy variadas formas de expresividad ideológica de las sociedades en el espacio y el tiempo, mejor entenderemos que dos hayan sido los pilares en que se ha sustentado nuestra concepción teórica del Pasado cultural:

            a) La valoración de su carácter multidimensional. Lo que implica el entender la Cultura como un agregado de producciones, áreas y sujetos temáticos diversificados. Una circunstancia que conlleva, como exigencia, acometer su estudio científico desde un prisma pluridisciplinar.

            b) El reconocimiento de su carácter interdependiente y reflexivo. Un hecho deducido de la relación causal y condicional existente entre las diversas facetas culturales y determinado por la incidencia de un elemento en la formación y evolución de los otros elementos, y viceversa. Ello conlleva una comprensión interactiva y, evolutivamente, dinámica de la Cultura y del proceso de análisis cultural.

            Y, ¿dónde poner en práctica todo este entramado de ideas?

            Desde 2005, la región de Tiris iba a erigirse en nuestro particular laboratorio de ensayo.

            Se trata de una vastísima planicie ubicada en el tercio-sur-oriental del Sahara Occidental que se prolonga por tierras inmediatas de la vecina Mauritania. El área que nosotros investigamos viene a representar una superficie próxima a los 30.000 km², suponiendo, en la práctica, la mitad de los territorios liberados de la RASD.

            Fueron tres las razones esenciales que obraron de cara a la selección y elección de este espacio:

            a) el tratarse de una región con una entidad geológica y geográfica propias en el Sahara Occidental;

            b) el suponer, científicamente, uno de los contextos más deficientemente conocidos y reconocidos del Oeste del Sahara; y,

            c) la particular exigencia del propio método de investigación: conducido de lo particular a lo general, como forma de aproximación racional, científica y rigurosa a la realidad.

            Un magnífico marco territorial en el que estamos llevando a la práctica esa pretensión de acercamiento a las sociedades a partir de la multiplicidad de expresiones y comportamientos que les son propios y de los mecanismos naturales que orientan, adaptativa y evolutivamente, a los colectivos humanos.

RESULTADOS Y EXPECTATIVAS

            Tras la labor de reconocimiento y valoración territorial efectuada en 2004, se comenzó a trabajar de forma sistemática en torno a ese denso espacio saharaui desde 2005, continuándose en esa misma dirección hasta el presente. Cada año hemos venido, regularmente, disfrutando de la subvención económica del Departamento de Cultura del Gobierno Vasco: ello nos ha posibilitado sufragar los costos de las campañas de investigación sobre el desierto.

            A lo largo de todo este tiempo, son diferentes las líneas de investigación puestas en marcha para abordar el análisis y la comprensión del Pasado cultural del Tiris.

            En este momento, se están llevando a cabo sobre el terreno diversos programas de trabajo en campos de estudio como la Arqueología, la Climatología y el Medio-Ambiente, la Paleosocioetnografía, la Toponimia o la Cartografía.

            Ahora bien, es necesario precisar que es, sin duda, la Arqueología, el área de investigación más desarrollada en las campañas emprendidas y, en consecuencia, la que viene aportando los resultados científicos más explícitos.

            En este sentido, pudiera hablarse, cuantitativamente, de un muy importante efectivo de datos e informaciones obtenidos: en forma de espectaculares yacimientos, monumentos extraordinarios, antiquísimos depósitos paleoambientales, etc. Creemos, sin embargo, que el énfasis debe ponerse en términos más cualitativos.

            Piénsese que, a comienzos de este III milenio, conocíamos, científicamente, de nuestra amplísima región de estudio, no más de 20 lugares con indicios del pasado prehistórico… Hoy, fruto de las labores de prospección superficial sobre el terreno, se supera la cifra de 300 sitios controlados.

            Lógicamente, se entenderá que dentro de este denso efectivo de situaciones registradas se incluya una muy amplia diversidad temática, funcional y ambiental de gestos sociales del pasado.

            Este es, en estos momentos, uno de los logros más significativos de este Proyecto de investigación y cooperación cultural: la demostración científica de la riqueza patrimonial arqueológica del Tiris saharaui y, a partir de ello, la construcción de la primera secuencia de evolución socio-ambiental de una región desconocida.

            Si con los datos que poseemos estamos en condiciones de poder hacer una lectura suficientemente rigurosa de los últimos 10.000 años de la historia del Tiris, no debe de pasarse por alto que asimismo han sido controlados, por primera vez en este espacio, diversos testimonios de la presencia humana a los largo de varias fases temporales del Pleistoceno medio, entre los 600.000 y los 200.000 años de antigüedad. Con lo que nuevas expectativas se abren en este amplísimo escenario del Oeste del Sahara.

            Los resultados científicos del Proyecto son, pues, una realidad que, además, pronto, el tiempo se encargará de hacer proliferar… De hecho, las previsiones de investigación futura hacen augurar un cada vez más ingente volumen de informaciones en relación al pasado socio-cultural y medio-ambiental.

            Se puede afirmar, por lo tanto, que existe una garantía de cara a la transmisión de un conocimiento. Y ello no es sino la expresión segura de también unos primeros resultados sociales. Pues, se cuenta ya con un número suficientemente considerable de datos, rigurosos y objetivos que permiten interpretar científicamente y difundir didácticamente algunos tramos precisos de la evolución cultural del Tiris.

            Sin embargo, además de proseguir con las líneas de investigación emprendidas, de profundizar en la tarea de información y comunicación de unas enseñanzas, nuestra obligación es asimismo apostar por llevar a la práctica nuevos instrumentos que impulsen y favorezcan la implicación, la integración y el progreso de la sociedad saharaui, desde la perspectiva de la cooperación cultural.

            Visto el importante volumen de datos e informaciones que venimos obteniendo y de las expectativas de futuro que de ello derivan, el Ministerio de Cultura de la RASD creyó necesaria la creación de un Centro de Estudios Culturales del Tiris, en ese mismo marco de los territorios liberados. Para ello, nos encargó, ya en el año 2006, la elaboración de un proyecto preliminar…

            Hoy, esa idea es asumida y defendida plenamente por el Gobierno Saharaui. Por ello, formará también parte de nuestro empeño, estos próximos años, el intentar hacer de ella una realidad.

            La materialización de un Centro de Estudios Culturales, en la localidad liberada de Agüenit, en el Tiris, supondría el marco oportuno de referencia desde el que, además de controlar, proteger, recuperar y estudiar los testimonios del pasado, se pudiera poner en marcha una verdadera escuela práctica del patrimonio cultural, destinada a facilitar la instrucción y formación técnica del personal saharaui de cara a la gestión de sus propios bienes y riquezas culturales.

            Ello representaría, sin duda, el marco idóneo de compenetración entre la labor patrimonial, científico-investigadora y de cooperación social a la que venimos refiriéndonos y que justifica los enunciados de base de este Proyecto que, brevemente, hemos presentado.

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NOTA.

Andoni Sáenz de Buruaga es profesor de Prehistoria de la UPV-EHU y presidente de la Asociación Vasco-Saharaui de la Evolución Cultural / e-mail: kultursahar@telefonica.net