Septiembre de 2021.
Desde enero de 2020, la incertidumbre ocasionada por la pandemia de la COVID-19 ha salpicado toda tendencia o avance del sistema internacional, subrayando o acelerando dinámicas ya preexistentes, y abriendo mayúsculos interrogantes sobre la capacidad de los principales actores del sistema internacional de abordar los retos transnacionales. Desafíos compartidos que nos plantea el futuro, como por ejemplo el del cambio climático, o el de la revolución de las tecnologías emergentes (como la Inteligencia Artificial o la biotecnología) que, estemos o no preparados, nos aguardan a la vuelta de la esquina para transformar el modo en que vivimos, las relaciones humanas y cómo nos pensamos como individuos y sociedades.