elDiario.es, 29 de mayo de 2023.
En su condición de factótum del reino, el príncipe heredero, Mohamed bin Salman (MbS), está decidido a emprender una reforma sustancial del papel de Arabia Saudí en la región y en el mundo, sin que eso suponga modificar internamente las bases del poder dictatorial que define al país desde su fundación en 1932.
La multinacional Microsoft anunció en febrero pasado que va a instalar un nuevo centro de datos en Arabia Saudí, sin que parezca que le importe mucho el pésimo balance del régimen en derechos humanos, arriesgándose a que Riad pueda obtener datos de sus propios ciudadanos (y de otros en la región), violando los principios más elementales de privacidad para castigar cualquier disidencia o crítica contra su forma de entender el poder. Por su parte, el Gobierno de Canadá, el mismo que en 2018 criticó abiertamente a Arabia Saudí por sus reiteradas violaciones de derechos humanos, acaba de anunciar que vuelve a establecer relaciones diplomáticas plenas con Riad.