eldiario.es, 21 de noviembre de 2021.
La riqueza del planeta se ha triplicado desde 2000, y casi la tercera parte de este incremento patrimonial se ha concentrado en China.
Las ínfulas de grandeza del presidente chino Xi Jinping no auguran la carrera de velocidad hacia la hegemonía mundial que presagiaba el líder de la segunda mayor economía del planeta antes de la Gran Pandemia. Más bien, al contrario. La travesía por la crisis sanitaria ha engendrado una visión geoestratégica más precisa y realista que apunta a una prueba de obstáculos de dificultad mucho más alta que la preconizada por Pekín con casi tantos puntos débiles como fuertes en su currículum de reconocida superpotencia internacional. Los cambios en el orden mundial que, en gran medida, ha impulsado China, han acabado alterando el ritmo del combate con EEUU por el liderazgo del planeta.