Real Instituto Elcano, 18 de octubre de 2022.
Desde 1978, cuando apenas representaba el 1,8% del PIB mundial, hasta hoy, cuando se ha convertido en la primera economía planetaria en términos de paridad de poder adquisitivo, no ha hecho más que incrementarse el temor entre quienes defienden y más se benefician del statu quo vigente de que China termine por imponer su dictado a escala planetaria. Convertida hace tiempo en la fábrica del mundo y con una nítida impronta autoritaria y militarista, parece inexorablemente decidida a tomar el relevo de EEUU como líder mundial, llevándose por delante un orden internacional supuestamente basado en valores y principios. Xi Jinping, el mismo que desde su llegada al poder en 2012 ha ido librándose de posibles rivales internos con una campaña disfrazada de lucha contra la corrupción, personaliza ese empeño con un poder que lo sitúa a la altura del propio Mao Zedong.