nuevatribuna.es, 23 de agosto de 2023.
Pese a las apariencias, la reciente designación de Feijóo como candidato a la investidura puede convertirse en la traca final de su alocada y fallida carrera hacia la Presidencia del Gobierno de España; mientras para Sánchez puede ser el acicate que faltaba para acelerar las negociaciones que permitirán reeditar un nuevo Gobierno de coalición progresista.
La elección de la socialista Francina Armengol como presidenta del Congreso de los Diputados, por mayoría absoluta (178 votos) en primera votación, cambió el estado de ánimo y las perspectivas de los dos grandes espacios políticos que se disputan la formación del nuevo Gobierno de España. A ese importante éxito de las fuerzas progresistas se sumó la división del voto de la derecha reaccionaria, 139 votos para la candidata del PP y 33 votos para el señor de Vox que apareció de repente entre los candidatos ante la estupefacción de Feijóo. Esa división evidenció las dificultades de la colaboración entre la derecha derechizada y la extrema derecha cuando vienen mal dadas y se disipa la euforia de los que se creían ganadores.