The New York Times, 6 de marzo de 2019.
Si algo podemos decir de Donald Trump es que nos ha dado muchas citas icónicas, que
seguramente se repetirán en historias y libros de texto durante décadas, si no es que
generaciones por venir. Por desgracia, se repetirán porque son ejemplos
extremadamente claros de ideas malas.
En economía, la frase de Trump que se escucha con mayor frecuencia es que “las
guerras comerciales son buenas y fáciles de ganar”. La segunda es su afirmación de
“soy un hombre de aranceles”, junto con la promesa de que los extranjeros pagarán los
aranceles que les ha venido imponiendo.
Ahora, esta última promesa es algo que podemos poner a prueba. En el curso de 2018
Trump impuso aranceles aproximadamente a un 12 por ciento del total de las
importaciones de Estados Unidos y muchos de esos aranceles han estado en vigor el
tiempo suficiente como para hacer una primera interpretación sobre sus consecuencias.