Se supone que en la introducción de un libro se explican las razones que han motivado su
aparición, se presenta el contenido del mismo en términos generales y, si es necesario, se
delimita y aclara conceptualmente el tema que se desarrolla en sus páginas. En el caso
que nos ocupa, esto último parece obligado, pues utilizar el término «víctimas del terrorismo
» implica de partida ciertas opciones y presupone ciertas consideraciones y definiciones.
¿Se debe distinguir entre víctimas del terrorismo de ETA y otras víctimas para no
mezclar problemáticas muy distintas y dolorosas, para no meter en el mismo lote en
última instancia a víctimas y victimarios? ¿O se puede hablar, como de hecho hace un
sector cuantitativamente notable de nuestro país, de víctimas del «conflicto político que
sufre nuestro pueblo», conflicto que explicaría y justificaría la confrontación entre ETA y
el Estado?…
01Nov
Con las víctimas del terrorismo
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