elsaltodiario, 7 de noviembre de 2023
Una tragedia se puede resolver de una manera shakesperiana en la cual la justicia poética flota sobre el escenario lleno de cadáveres, o de una forma chejoviana, en la cual todos están con el corazón roto, pero vivos.
No tengo palabras para describir y calificar el horror de lo que nuevamente, de una forma aún más aterradora, está pasando en Palestina. También resulta agotador tener que repetir una obviedad: que criticar la actuación del Gobierno de Israel no es apoyar a Hamás. Con estas líneas quiero compartir y exponer la posición política a contracorriente que mantuvo en vida un israelí sensato, el escritor Amos Oz, de quien me hice eco hace ya un tiempo, en la revista HIKA, con motivo de la publicación en 2003 por Siruela de unas conferencias suyas reunidas con el título de Contra el fanatismo.