elpais.com, 25 de agosto de 2018
Si la mentira se convierte en el pilar de la comunicación
política, los ciudadanos terminan por desconfiar de todo.
“La verdad no es verdad”. Así se despachó el domingo en una cadena de
televisión el exalcalde de Nueva York —y activo partidario de Donald Trump—
Rudolph Giuliani en una prestigiosa tertulia política semanal que de pronto pareció
transformarse en una calle de Atenas del siglo IV antes de Cristo.
Comentaba Giulani los vericuetos de los escándalos que rodean al mandatario
estadounidense. Sobre si hizo o no hizo qué, habló o no habló con, o pagó o no pagó a.
En un momento dado, aseguró que lo que exponía otra persona no era verdad, sino la
versión de la verdad de alguien. Entonces, el director de política de la cadena NBC,
Chuck Todd, le interrumpió con un “la verdad es la verdad”. Todd (46 años) es un
antiguo que no ha entendido el signo de los tiempos, no como Giuliani (74 años), quien
contestó impasible: “No, eso no es cierto. La verdad no es verdad”.