publico, 20 de febrero de 2021.
Pocos colectivos son tan necesarios e importantes para el devenir de España como el de los migrantes: están compensando el enquistado saldo vegetativo negativo (más defunciones que nacimientos); habitando las zonas rurales vacías; manteniendo el declive y envejecimiento de la fuerza laboral; haciéndose cargo de las labores de cuidado; y hasta sosteniendo la viabilidad de las pensiones y de la Seguridad Social.
Imaginemos una situación: la expulsión inmediata de todos los extranjeros que viven en España. ¿Qué pasaría en términos económicos si esto ocurriese? ¿Cuál sería el impacto de una medida tan extrema como anhelada por muchos españoles? El Defensor del Pueblo, Francisco Fernández Marugán, lo tradujo en números en su último informe anual (2019). La conclusión es muy ilustrativa: si los ocupados extranjeros abandonaran mañana mismo nuestro mercado laboral, el nivel de empleo de la economía caería a los 16,7 millones de ocupados, un 20% por debajo del nivel de empleo alcanzado antes de la crisis económica. Aun ocupándose entonces todos los puestos de trabajo vacantes por parados de nacionalidad española, el mercado laboral quedaría por debajo de los 19,5 millones, un nivel de empleo inferior al actual, y casi de un 10% por debajo de su valor máximo.