elpais.com, 11 de febrero de 2019.
Para salir del laberinto catalán, la única vía que ofrece la política
democrática es debatir para transaccionar. Avanzar por etapas será
más útil que aspirar a una llegada fulminante.
El frustrado intento de establecer un espacio de diálogo entre los Gobiernos del Estado
y de la Generalitat catalana demuestra la enorme dificultad de superar el punto muerto
actual. Dentro de unos días se inicia el juicio oral en el proceso contra los dirigentes
políticos y sociales del movimiento independentista. Tras su conclusión y sea cual fuere
su desenlace, el conflicto que lo ha ocasionado seguirá pendiente de solución. Después
de la publicación de la sentencia, se comprobará que judicializar la cuestión era una de
las tres salidas equivocadas que han intentado darse al asunto. Las otras fueron el no
hacer nada y la declaración unilateral de independencia.