El País, 10 de diciembre de 2023.
El pensamiento económico actual nos lleva a considerar sólo los beneficios del saqueo al planeta e ignorar los daños.
Casi 30 años después de las negociaciones globales para abordar el cambio climático, los esfuerzos para controlar el problema están rezagados, lo que refleja un progreso estancado hacia la creación de una trayectoria sostenible en términos más amplios. Cada año de retraso aumenta la urgencia del problema y la necesidad de mantener la resiliencia de la Tierra contra los efectos más graves del calentamiento global.