El País, 9 de mayo de 2021.
El principal problema pendiente hoy en Euskadi es el ajuste de cuentas con el pasado, la ausencia de una memoria compartida. Casi una mitad de la sociedad vasca quiere olvidar sin haber extraído consecuencias del pasado terrorista. Es el resultado de una mala conciencia por haber mirado a otra parte cuando ETA quiso imponer su proyecto independentista por la violencia y la izquierda abertzale se ampara en ella para eludir su autocrítica por su pasada complicidad con la organización terrorista. Un silencio y un vacío que obstruyen la convivencia. Incluso siguen produciéndose homenajes públicos a presos etarras excarcelados tras cumplir condena. Algunos ayuntamientos como Hernani, Oiartzun y Rentería, gobernados por Bildu, introducen en los espacios públicos municipales informaciones referentes a los reclusos etarras locales, como ha denunciado recientemente un grupo de víctimas de ETA.