Project Syndicate, 23 de noviembre de 2020.
NUEVA YORK – La segunda ola de infecciones por COVID-19 ha golpeado a Europa con más fuerza de lo que muchos esperaban. La esperanza de una recuperación en forma de V ha sido reemplazada por el temor de una recesión de doble caída, lo que implica que no habrá un retorno rápido a las reglas presupuestarias normales de la Unión Europea. Y lo que es más preocupante, Europa ahora se ve obligada a negociar entre dos objetivos, los cuales son fundamentales para su viabilidad a largo plazo como bloque político y económico supranacional. Las noticias no son del todo malas. Debido a las decisiones políticas con visión de futuro de los líderes de la UE, las relaciones Norte-Sur dentro de la Unión se apoyan en una base más firme de lo que lo han estado durante muchos años. Una señal de esto es que los diferenciales entre las tasas de interés alemanas e italianas están en un mínimo histórico, lo que indica que la posición de Italia en el euro es ahora sólida como una roca. La “ansiedad extendida” sobre la sostenibilidad del euro ha disminuido en todo el Sur de la eurozona.
