Enric Juliana
Ganan las vigas maestras: el PP en Galicia
y el PNV en Euskadi

(La Vanguardia, 22 de octubre de 2012).

El primer turno electoral en las nacionalidades que la Constitución de 1978 reconoce pero no enumera aporta algo de claridad a la niebla de la crisis española. Ganan las vigas maestras. El Partido Popular en Galicia; el Partido Nacionalista Vasco en Euskadi. Pese al desgaste de la crisis económica, el Partido Alfa de las clases medias españolas se reafirma en Galicia, donde hace más de dos décadas opera como partido regionalista. En Euskadi, la nacionalidad vasca acaba de enterrar a ETA y muestra toda su amplitud sociológica con la moderación vizcaína al frente.

Mariano Rajoy consigue un buen aval ante los centros de poder internacionales, refuerza su autoridad en el partido y se blinda ante los francotiradores de la derecha madrileña. El PSOE sigue subiendo por el monte Calvario con un nuevo motivo de sufrimiento: en los resultados de Galicia se atisba la posibilidad de un Frente Amplio a la izquierda del socialismo ecléctico que hace treinta y cinco años salió de Sevilla a la conquista de España. Fracasa, sin paliativos, el aventurero Mario Conde. Falta poco más de un mes para la cita electoral en Catalunya.

Alberto Núñez Feijóo no rescata a Mariano Rajoy. Ese titular, leído ayer en algunos dispositivos electrónicos ultrarrápidos, no se corresponde con la realidad. En todo caso, como señala la portada de La Vanguardia, Galicia rescata a Rajoy. En Galicia gana el Partido Popular regionalista, forjado durante años por Manuel Fraga Iribarne. Mariano Rajoy Brey (Santiago de Compostela, 1955) surgió de esa experiencia, de esa amalgama: en 1981, diputado del primer Parlamento gallego; en 1982, director del gabinete de Relaciones Institucionales de la Xunta de Galicia. Núñez Feijóo se estrenó como alto cargo de la Xunta en 1991, al ser nombrado secretario general técnico de la Consellería de Agricultura, Ganadería e Montes.

Hace tres años y medio, Rajoy, entonces líder de la oposición, ya fue rescatado por Galicia, con un regreso del PP a la mayoría absoluta que auguraba el inicio de un nuevo ciclo en España. Un ciclo determinado por la crisis económica. La actual ampliación de la mayoría del PP gallego (de 39 a 41 diputados), en pleno huracán económico, constituye un innegable revulsivo para el presidente del Gobierno. El actual grupo dirigente del PP gana oxígeno. Y Núñez Feijóo, evidentemente, sale muy reforzado y se convierte en el principal dirigente regional del centroderecha español. Javier Arenas perdió en Andalucía en marzo, pese a la innegable ayuda política del Gobierno. Núñez Feijóo, al que siempre le ha gustado la política de Madrid, vence sin discusión en el pico de la crisis. Hablar de delfines en las costas de Galicia siempre es un tanto arriesgado. Hay muchos farallones y la mar está embravecida.

Con una tasa de abstención muy elevada, el PP gallego gana contundentemente por ausencia de un adversario creíble. El líder del PSOE, Pachi Vázquez, era un fiduciario del exministro José Blanco que, como suele ocurrir con las delegaciones de poder, decidió volar por su cuenta. Vuelo bajo: siete diputados menos. La novedad en Galicia son los irmandiños encabezados por el veterano Xosé Manuel Beiras (76 años), que consiguen la tercera plaza y descalabran al Bloque Nacionalista Galego. Beiras, la personalidad más notable del nacionalismo gallego, ha jugado fuerte y ha introducido una novedad que será motivo de preocupación en la calle Ferraz de Madrid: los irmandiños de Galicia pueden marcar el camino de un Frente Amplio a la izquierda del PSOE.

En Euskadi gana la moderación vizcaína. Gana la pequeña City de Bilbao: ese tramo de la ría del Nervión en cuyas inmediaciones se encuentran la Sabin Etxea (sede central del PNV), la Universidad de Deusto, la Bilbao Bizkaia Kutxa (BBK), la gran torre de Iberdrola y el Museo Guggenheim, símbolo de la apertura a los servicios de una sociedad tradicionalmente industrial. Con la fuerza motriz de Bizkaia y con buenos resultados en Gipuzkoa y en Álava, el PNV consigue 27 diputados y una ventaja nítida sobre la coalición Bildu, muy fuerte en Gipuzkoa y pujante en Álava. El resultado de los abertzales es contundente. Mayoría soberanista en el Parlamento vasco. PNV y Bildu suman 48 diputados sobre un total de 75 escaños. A un paso de los dos tercios. Mayoría soberanista que el PNV no articulará, pero tendrá en la recámara. Esa será su gran baza en los tiempos duros, ásperos e interesantes que nos esperan. Pero no adelantemos acontecimientos. Aún falta un mes para las elecciones en Catalunya. En Euskadi ha ganado el moderantismo bizkaitarra. Y en Euskadi hay mucho que conservar. El PNV intentará gobernar en solitario, pero no podrá sumar mayoría con el PP, que se queda con 10 diputados. Los duros del PP vasco volverán a la carga y la áspera derrota de Patxi López puede dificultar su hipotético aterrizaje en Madrid como delfín de Alfredo Pérez Rubalcaba. Mal tiempo para los delfines. Un motivo más para que Carmen Chacón proyecte el regreso por la carretera de Andalucía. Lo intentará, con toda seguridad.
Ganan las fuerzas maestras. Se afianza Rajoy, regresa el PNV, sufre el PSOE, pierden los francotiradores de la derecha madrileña y se estrella el aventurero Conde. Dentro de un mes, Catalunya.