Exclusión Estructural e Integración Social. Análisis y perspectivas

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Octubre de 2018

 

La historia reciente de nuestro país nos demuestra que el crecimiento económico siempre ha sido un factor determinante pero no suficiente del bienestar. Nuestro modelo de desarrollo presenta grandes fragilidades que quedan en evidencia en los momentos de crisis. Fruto de las mismas siempre existen grupos de personas sobre los que las consecuencias impactan en mayor medida que en otros. Y este impacto es debido tanto a las secuelas de las crisis en sí, como a los procesos de reforma y ajuste que se acometen para salir de las mismas.

La gran recesión y la posterior salida que estamos viviendo no escapan a este formato. Existen diversos análisis que intentan aclarar lo que ha sucedido, los mecanismos utilizados y las consecuencias que padecemos, tanto en términos más positivos como más negativos. Una de las conclusiones que se nos ofrece es que la sociedad española ha experimentado una mejoría clara en sus condiciones socioeconómicas desde el inicio del proceso de recuperación. Sin muchos matices o reconociendo, en todo caso, la debilidad de nuestro modelo de empleo. Otras explicaciones ahondan en un modelo de crecimiento económico y de salida de la crisis en términos de intensificación de la desigualdad. En ellas se pone más el acento en los términos del reparto de la riqueza. Existen múltiples razones que pueden apoyar ambos enfoques. El próximo Informe sobre exclusión y desarrollo social que será publicado en el año 2019 intentará mostrar hacia qué sociedad nos estamos dirigiendo y cuáles pueden ser algunas de las claves que, como sociedad, tendremos que respondernos para poder continuar siendo una sociedad cohesionada.

El informe que presentamos hoy es un avance de algunos de las conclusiones de esa investigación
que verá la luz el año que viene. Resultados que comienzan a apuntar ya no solo cuáles han sido los efectos de la recesión, sino hasta qué punto se están produciendo cambios que alumbran con qué cuentan las personas y los hogares para afrontar su futuro. Resultados que apuntan a una sociedad cada vez más desligada. Una sociedad que va dejando, a base de crisis socioeconómicas recurrentes, a colectivos cada vez más alejados de su núcleo de integración principal. Una sociedad que, en su actual configuración, solo puede avanzar si va dejando atrás a personas bajo la cultura del descarte. Una sociedad que en su proceso de progreso no dispone de mecanismos suficientes de incorporación o reincorporación. Resultados que se dan en un contexto socioeconómico que caracterizamos a continuación de forma breve.

 

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