El País, 2 de enero de 2022.
Los países con buenas perspectivas de crecimiento deberían poder endeudarse en términos decentes.
En la cumbre climática COP26 del pasado mes de noviembre, cientos de instituciones financieras declararon que pondrían a trabajar billones de dólares para financiar soluciones para el cambio climático. Sin embargo, una barrera importante se interpone en el camino: el sistema financiero del mundo en realidad impide el flujo de financiación a los países en desarrollo, creando para muchos una trampa financiera mortal.