El País, 4 de diciembre de 2018.
El sistema fiscal en España juega en contra de quienes sufren la pobreza. Cuando
debería ser al revés. La tributación puede mirarse desde muchos ángulos e intereses.
Para nuestra organización resulta esencial: pocos asuntos tienen una influencia más
determinante en la lucha contra la pobreza y las desigualdades que los impuestos.
España recauda poco y mal, lo que tiene un impacto directo en la capacidad del Estado
para cumplir su deber constitucional de garantizar los derechos sociales de todos, y de la
población excluida en especial. También de los más pobres del mundo a través de la
cooperación internacional española, llevada a la irrelevancia financiera desde 2010.