Galde, 46, Otoño de 2024.
Las migraciones han planteado siempre retos, tan- to a las sociedades de origen como a las receptoras. Hoy en día, millones de personas en busca de protección internacional y en pos de mejores condiciones de vida, acaparan buena parte del discurso político.
Desde las derechas extremas, se vomita un discurso xenófobo y de odio que encuentra un eco importante en el electorado más diverso. Las fuerzas políticas de la derecha y el centro tienen un posicionamiento común, más allá de la literatura, de entender la llegada de migrantes y refugiados como un problema, cuando no, una amenaza para nuestras sociedades. Este planteamiento es compartido por no pocas fuerzas de izquierda, en particular con responsabilidades gubernamentales. De ahí el cúmulo de trabas de todo tipo para dificultar su llegada y el arsenal de dispositivos policiales y militares dedicado a ello. No es de extrañar, pues, que haya calado en la sociedad la imagen de las personas migrantes y refugiadas como una amenaza de la que protegerse.