Para esbozar mi perfil en pocas líneas diré que me crié en una familia
nacionalista en la que se me hizo entender por qué no estaba bien
celebrar el asesinato de Carrero Blanco como era habitual en nuestro
entorno, yo tenía 15 años. Luego fui de Elkarri-Lokarri, algo tampoco
demasiado común en mi ambiente. Después, demasiado tarde, fui
miembro de Gesto por la Paz, algo que marca un salto cualitativo en
mi vida y que es una de las mejores cosas que he hecho. Ahora soy
miembro de la asociación Gogoan por una memoria digna. Por lo demás
fui, soy, una de tantos.