Jesús Urra Bidaurre

El navarrómetro, las elecciones, el cambio…

(Berrituz, enero de 2015).

 

El último navarrómetro emitió los siguientes datos:

Podemos 18 parlamentarios, antes (0), +18, 35,4% de los votos.

UPN 8 parlamentarios, antes (19), -11, 15,3%.

Bildu 11 parlamentarios, antes (7), +4 [si se incluye Aralar -3], 20,7%.

El PSN 5 parlamentarios, antes (9), -4, 9,7%.

Geroa-Bai 4-5 parlamentarios, antes (2), +2 [comparado con Na-Bai-2011 -4], 8,5%.

Izquierda-Ezkerra (n) 2 parlamentarios, antes (3), -1, 4,2%.

El PP 1 parlamentario, antes (4), -3, 3,2%.

UPyD  1 parlamentario, antes (0) +1, 2,76%.
El nacionalismo-vasco: 15 parlamentarios, queda igual.
El centro-derecha: 9 parlamentarios, pierde 14 parlamentarios.

En los días posteriores, sociólogos cualificados y conocedores de la realidad electoral de Navarra interpretaban los mismos datos otorgando 18 parlamentarios al centro-derecha, con UPN como primera fuerza y le daban 12 parlamentarios a Podemos. Ambos aspectos son los más chocantes del navarrómetro. Desde un principio nos pareció más adecuado analizar el navarrómetro bajo la mirada de las tendencias que refleja (y que ya estaban en la sociedad), con mucha cautela, más que darle una veracidad al pié de la letra; por ejemplo, no es tan significativo que Podemos obtenga 18 parlamentarios, como que su ascenso es muy notable, si lo comparamos con las elecciones europeas.  

Bajo esta mirada se puede observar lo siguiente: El desgaste claro del centro-derecha; entre las causas se pueden anotar la crisis social y económica, la corrupción, la crisis del sistema de partidos, sus más de 20 años en el gobierno, el no haber alcanzado un liderazgo integrador en el seno de UPN tras la salida de M. Sanz, la falta de expectativas para conseguir una mayoría parlamentaria para gobernar. El mantenimiento del nacionalismo-vasco (o una ligera bajada) y la decantación de la primacía hacia Bildu en detrimento de Geroa-Bai. El desgaste del PSN; su decadencia se arrastra en el último período desde el 2007 (22,05%) hasta ahora, viéndose influido por la tendencia general a escala española (y europea) y por los graves errores cometidos en Navarra al participar en el gobierno con UPN y después al dar un paso atrás ante la moción de censura que ellos mismos habían planteado. La pérdida de Izquierda-Ezkerra (n) (1,5% puntos) por el arrastre de Podemos más que por nuestra actividad política especialmente ante la crisis; precisamente por esta trayectoria creemos que es una “pérdida” reversible como lo comprobamos en la elecciones europeas. La irrupción y el éxito electoral de Podemos; esta tendencia nos parece indiscutible al margen de su cuantía concreta en las siguientes elecciones. 

Es evidente que se trata de una muestra más de la crisis del sistema de partidos a escala estatal y europea. Sus causas se encuentran en la crisis económica, social y en los últimos meses en la crisis política exacerbada de modo destacado por la corrupción. Existe, además, una dificultad nada desdeñable para rehacer el contrato social, si se mantienen la crisis, las políticas de austeridad… Sin embargo, no se atisba todavía el modelo alternativo al bipartidismo imperfecto existente hasta ahora. ¿Qué correcciones concretas son factibles? ¿Habrá o no una recuperación a medio plazo de los partidos “tradicionales”? 

Y en lo que se refiere a Navarra las preguntas más importantes siguen en el aire. Parece claro que el centro-derecha no logrará mayoría suficiente para gobernar. Pero ¿es imposible que la consigan entre el centro-derecha y el PSN? Decimos esto sin dar por hecho ni mucho menos ese acuerdo, pues sería muy perjudicial para el PSN. E, igualmente, se refuerza la viabilidad parlamentaria para una alternativa de izquierdas.

El cambio en Navarra

Hemos expuesto las conclusiones claras: la práctica imposibilidad del centro-derecha para obtener una mayoría suficiente para gobernar en solitario, la viabilidad parlamentaria del centro-izquierda para formar gobierno (que también se da ahora), la irrupción de Podemos… Y hemos constatado las incertidumbres. En este apartado quisiéramos abordar varios problemas o contradicciones que es preciso resolver para llevar a buen puerto un cambio social y de izquierdas en nuestra tierra.

- El cambio va ser la cuestión central en las próximas elecciones forales por razones propias de Navarra y por el ambiente general que se ha generado sobre las posibilidades de un cambio (mayor o menor) en España. Asimismo, impulsar el cambio y resolver sus problemas debe ser un imperativo para las fuerzas de izquierdas, pues es necesario atajar las políticas anti-sociales del neoconservadurismo así como las políticas conservadoras y escasamente integradoras de UPN durante más de veinte años de gobierno.

- El liderazgo del cambio. Aquí se presentan dos problemas. Uno, es la fuerza que puede liderar o ejercer una función primordial para vertebrar la alternativa de izquierdas. Bildu y Podemos aparecen de forma destacada en las encuestas. La opción de Bildu entraña serios problemas para vertebrar dicha alternativa: no puede (o tendrá serias dificultades) para aglutinar a las fuerzas parlamentarias necesarias, su proyecto es muy de parte (nacionalista-vasco) en la sociedad navarra, está hipotecada por su relación con ETA en el pasado, ni siquiera ha hecho una autocrítica por la acción violenta de ETA y sus nefastas consecuencias, representa las posiciones más extremas de una de las partes, del nacionalismo vasco…

Podemos, asimismo, ofrece flancos muy importantes para el desempeño de este cometido: son evidentes sus problemas de solvencia. ¿Puede resolverlos en los meses que quedan para las elecciones? Por este motivo desde Izquierda-Ezkerra (n) le hemos propuesto a Podemos la unidad para las próximas elecciones mediante la formación de una lista y un programa conjunto estando abiertos a pactar con la máxima flexibilidad los desacuerdos, y mediante la creación de un bloque de izquierdas con capacidad de atraer a sectores sociales y a personas significativas que se comprometan con el desafío. Sin embargo, ni ha habido respuesta positiva ni hay indicios para pensar en una respuesta afirmativa en esa dirección. Al contrario, las directrices de Podemos-centro y la preparación de la candidatura “popular” en Pamplona con el beneplácito de Podemos apuntan a presentarse solos de una forma o de otra, excluyendo la alianza con Izquierda-Ezkerra (n).

Y el otro problema lo constituye la necesidad de un liderazgo compartido. No es posible que un presidente del gobierno navarro no-nacionalista sea reconocido y aceptado como su representante por los sectores nacionalistas; y viceversa, es lo que pasaría con un presidente nacionalista por parte de los otros sectores. Ello requiere tener muy en cuenta este problema. En esta línea, Izquierda-Ezkerra (n) ha desempeñado a lo largo de esta legislatura un papel de puente y de integración; por ejemplo, en la reforma para la ampliación en todo el territorio de la enseñanza en euskera para quien lo desee, en el proyecto de ley sobre las otras víctimas, etcétera.

- Un proyecto de preferencia social para los sectores más desfavorecidos y de mejora para las mayorías sociales, un proyecto de reducción de las desigualdades sociales. Parece  evidente el ascenso de una mayor demanda de “lo social” en todas las encuestas y así lo corrobora de forma clara la observación de la realidad. Debemos partir de las necesidades y deseos de la gente. Defender a los sectores más sufrientes con la crisis y con las políticas gubernamentales y al mismo tiempo mirar a la mayoría social. Desarrollando propuestas sociales con expertos para los sectores sociales más desprotegidos. Desarrollando un proyecto sobre la dependencia. Desarrollando del modo más completo que sea posible una propuesta sobre la economía social. Desarrollando una política de los servicios públicos e incorporando soluciones y propuestas a los problemas sobre la gestión de lo público. Debemos marcarnos como objetivo una reducción visible de las desigualdades sociales. Impulsar una banca pública con la base que otorga el capital que se ha salvado de la CAN, así como propuestas innovadoras en la economía productiva… Hemos de ir al límite de las posibilidades, de la fuerza existente, de los proyectos interesantes que seamos capaces de proponer, de los recursos económicos en la defensa de los sectores más desfavorecidos. Todo este apartado debe ser lo central. 

- Un proyecto de carácter integrador para las propuestas nacional-identitarias. Un proyecto capaz de conjuntar al nacionalismo-vasco y a los otros proyectos con criterios claros y pactados: Ni abertzalizar Navarra ni españolizarla desde las instituciones comunes. Defendiendo para el tratamiento al euskara, a los símbolos vascos, a la colaboración con la CAV, a la narrativa o a la historia… criterios de justicia, equilibrio, realismo social de acuerdo a las características de cada zona o de cada localidad, sin revanchismo ni movimiento pendular, establecer acuerdos y pactar las diferencias en la narrativa o en la historia por expertos competentes e independientes pertenecientes a las diferentes corrientes políticas como corresponde a una sociedad plural. Es decir, con un espíritu de entendimiento, con una mirada de futuro, de avance hacia una sociedad más cohesionada, más respetuosa con “el otro”.

- El cambio necesita de un lado el apoyo de Bildu y de otro la deslegitimación de ETA y un plan de convivencia y de reconciliación sobre unas bases justas. A menudo se plantea esta cuestión en un terreno que es real e importante: la contradicción entre sus intereses electorales aquí y en el resto de España suscitada por el acuerdo de las fuerzas del centro-izquierda no-nacionalistas de ámbito español con Bildu. Antes sucedía con el PSOE y ahora se atisba sin haber iniciado nada todavía con Podemos. Esta no debe ser la mirada principal sobre el tema. La mirada principal debe centrarse en lo que le interesa a la sociedad vasco-navarra. Y en esta cuestión el cambio ha de suponer una transformación importante en la izquierda abertzale. Hace falta una autocrítica clara, porque no se puede matar en una democracia para obtener beneficios políticos; esto vulnera los derechos humanos, los valores democráticos,  el pluralismo en una sociedad con diferentes sentimientos nacionales como la nuestra. Y hace falta una autocrítica clara porque es importante construir una convivencia justa y democrática sobre bases sólidas. En este sentido debe producirse ya la disolución formal de ETA sin pedir ninguna negociación que automáticamente se convierte en política.

Por parte de las instituciones (sobre todo españolas) ha de reformularse la política penitenciaria y en general la política para con la izquierda abertzale, atendiendo a la nueva situación existente sin ETA. Para ello es necesario abrir canales de comunicación y establecer un plan para los problemas actuales derivados de este trágico desastre y conforme a la nueva situación tras la desaparición inequívoca de ETA. Y por parte de la sociedad navarra (y vasca) debemos esforzarnos en mirar al futuro y en cerrar este capítulo desde el rechazo de la violencia de ETA y de la vulneración de los derechos humanos por parte del Estado o de algunos de sus servidores, la atención a las víctimas y sin equiparar a ETA y a las instituciones democráticas… Necesitamos un cambio que descanse sobre los derechos humanos. Por eso una autocrítica de la IA sobre su pasado en lo relativo a la violencia y un acuerdo de estas características ayudarían a situar a la opinión pública española más progresista en otra perspectiva.

- El enfrentamiento enconado entre los dos bloques sindicales y sociales que teóricamente podrían apoyar un gobierno de cambio. Es este un problema grave para el cambio, pues la fuerza social será un instrumento central para impulsarlo. La situación actual al respecto no es nada halagüeña. Cuando desde Batzarre o desde Izquierda-Ezkerra (n) hemos criticado la división sindical y la falta de una unidad de acción minima ante la crisis a la hora de convocar las HGs, estábamos pensando también en esto. Es preciso que las fuerzas del cambio de izquierdas establezcan unos criterios de neutralidad en las disputas sindicales más míseras (no en lo que afecte a injusticias manifiestas o a posiciones erróneas de orientación), de justicia en la representatividad de cada fuerza, de pragmatismo, de búsqueda de una unidad de acción mínima, de acuerdos de apoyo al cambio frente a las fuerzas de la derecha y a la presión de los poderes influyentes…

- Reforma democrática. Plantear unas mejoras muy necesarias de la democracia española en participación,  toma de decisiones directamente por la ciudadanía en los días de elecciones o en otras fechas mediante referéndum (incluyendo su capacidad derogatoria, siendo vinculante con la participación de más del 50% del censo, legislando los temas a incluir), información, formas de control popular directo sobre las personas elegidas o sobre los asuntos públicos más importantes, sistemas electorales más proporcionales y equitativos para las minorías, regular los derechos democráticos de los inmigrantes para elegir y ser elegidos, democratización de los aparatos coercitivos y control de los mismos desde las instituciones democráticas, abrir el debate sobre la mayoría de edad a los 16 años, mejoras en la ILP (firmas, deliberación parlamentaria obligada), transparencia y justicia en la financiación de partidos políticos…

La buena combinación entre libertades, derechos democráticos, autonomía individual, organización de la solidaridad a gran escala, bienes sociales, impulsada por el conjunto de las izquierdas (con sus contradicciones) supone avances muy importantes para las mayorías sociales y para la gente más desfavorecida. Por esta razón es positivo defender, reforzar, mejorar la democracia si hay fuerza para ello; corregir sus insuficiencias en representación, en transparencia, en honestidad pública frente a la corrupción, en garantías jurídicas frente a las  carencias existentes en los derechos sociales y libertades, en la presión más firme que se pueda frente a las desigualdades sociales.

Promover mejoras muy necesarias en la democracia española para la participación ciudadana en las tareas de gobierno y de gestión. Ser autocríticos en lo relativo a una mejor conexión con las bases sociales por parte de las fuerzas de izquierdas. Se puede mejorar mucho en información, transparencia, apertura de espacios con capacidad de decisión ante cuestiones muy importantes, especialmente si son controvertidas. El cambio va a estar sazonado de problemas difíciles. Por ello serán necesarios unos canales amplios y directos de información, deliberación, participación y decisión entre las fuerzas que lo impulsan y la gente de izquierdas. 

- Hemos de combinar la preferencia social con la modernidad, el desarrollo tecnológico, la educación de calidad, la ecología, la reformulación del estado de bienestar mejorándolo y adaptándolo a las nuevas realidades, la calidad de vida (incluida la relación entre el tiempo de trabajo y el tiempo personal)… No debemos caer en hacer de la gestión y del gobierno solamente una mejor “distribución de la pobreza”. Por supuesto, hay que reducir las desigualdades, hay que dar prioridad a una atención justa con la creciente población pobre de nuestra sociedad. Pero también hay que impulsar los avances tecnológicos, la modernidad, la educación de calidad, la sostenibilidad, el uso social de los avances técnicos, la exploración de nuevos avances en la solidaridad, la adaptación en un mundo cada vez más interdependiente…. 

- Los límites existentes para el cambio. Pensamos que son muy evidentes y que es preciso reconocerlos explícitamente ante la población, aunque no sea muy electoralista,  por honestidad y para que haya una visión del cambio más cercana a la realidad por parte de los sectores que lo apoyan. De lo contrario, la frustración será la consecuencia, si el diagnóstico es acertado. Están los límites procedentes de la UE, que tanto han incidido en las políticas antisociales frente a la crisis, la hegemonía de las ideas neo-conservadoras a pesar de sus pésimos resultados. Los límites que puede imponer un gobierno conservador desde España. La presión de los poderes económicos y financieros que son muy influyentes en nuestra comunidad o la de los grupos políticos, culturales, mediáticos desplazados del gobierno y que han estado en él durante muchas décadas… Están los límites procedentes de la propia alianza para el cambio, la debilidad de las propias propuestas en algunas materias, la debilidad de la fuerza social en el seno de los apoyos sociales o sindicales por la división existente y por el fuerte enfrentamiento entre sectores con diferente sentimiento de pertenencia.

- Los cambios en los gobernantes. Se pretende cambiar la sociedad, pero el gobierno también cambia a los gobernantes. También ejerce una influencia nada desdeñable sobre ellos. Ocupan un papel muy distinto en la relación con los diversos poderes más influyentes en las diversas esferas. Hay ya un patrón de comportamiento con unos defectos muy determinados… poca gente se sale de estas pautas. Son muchas las presiones que empujan para ser incluidos en dichas élites. Los poderes ejercen una presión para la reorientación del gobierno. Hay una tendencia casi natural hacia la separación de la élite gobernante con la sociedad. Crece la autoridad de la jefatura del gobierno (sea consentida por la población o bajo la presión y el chantaje sobre ella). Persisten con tanta o más fuerza las tendencias de corte electoralista. Normalmente existe la necesidad de echar mano de expertos que influyen en la orientación. Por todo ello, cobra tanta importancia la relación con la sociedad y con las propias bases de apoyo y es un serio problema tener un cuerpo social muy dividido y enfrentado no sólo por las contradicciones sociales, sino también por un mal planteamiento al abordar las diferentes identidades nacionales existentes en la población trabajadora de Navarra.