José Félix Hoyo

La respuesta ante el ébola
(Entrevista realizada por Begoña de Dios).
(Página Abierta, 235, noviembre-diciembre de 2014).

 

– Estamos ante la primera vez que la enfermedad por virus ébola pasa de ser una epidemia rural a la gran ciudad, incluso traspasando fronteras. ¿Existe riesgo de extensión a otros países? 

– El número de casos se ha frenado gracias a la respuesta internacional de los Gobiernos y muchas ONG en el terreno, pero todavía queda mucho trabajo por hacer.

En el país donde trabajamos, Sierra Leona, hay 400 camas de hospitalización y se necesitan más de 1.000, probablemente más de 4.000. Cada centro de 100 camas se tarda en construir alrededor de un mes y cuesta un millón de euros al mes. Eso significa que aunque la respuesta intente ser lo más rápida posible, estamos trabajando a contrarreloj para evitar que haya una extensión local e internacional de la enfermedad.

– ¿Quién coordina la respuesta a la epidemia sobre el terreno? ¿Son las organizaciones locales estatales, la Organización Mundial de la Salud (OMS), las ONG internacionales?

– La OMS es la coordinadora en el terreno según la información facilitada por las distintas organizaciones y Gobiernos internacionales implicados. A partir de esos datos se van creando nuevas capacidades. Es una respuesta global, que incluye varios sectores, y que se va haciendo por los departamentos (del país). La respuesta y el esfuerzo se desarrollan según el número de casos notificado.

El esfuerzo consta de varias partes: hay una parte que son los centros de tratamiento. Hay lugares preferentes para la construcción de estos centros, y es sobre el mapa que dibuja la OMS donde se establece el lugar en el que construir un centro.

Otras actividades fuera del centro de tratamiento son promoción de salud (control de la prevención de la enfermedad), trazabilidad de contactos, enterramientos seguros (alrededor de un 20% de los contagios se producen durante los funerales). Existen además actividades que precisan un trabajo a largo plazo como son las de control comunitario y trabajo social, que son complejas en cualquier sociedad, ya que exigen un enfoque antropológico. En sociedades donde los medios de comunicación son escasos y complicados, son de difícil implementación y se necesita más tiempo para llevarlas a cabo. Es una respuesta organizada, esta también, pero en lugar de tener una hoja de ruta de la OMS, se va construyendo sobre el terreno y, mientras eso ocurre, los casos van aumentando. Ahora, por primera vez, gracias a todas estas acciones, hay una tendencia a la estabilización en algunos de los países.

Todas las organizaciones que trabajamos sobre el terreno vamos cubriendo los huecos de ese complejo mapa del ébola, para evitar su extensión allí y, secundariamente, su extensión internacional.

– ¿Las ONG son un agente fundamental e imprescindible para el control de la epidemia?

– El virus del ébola es un organismo que no sólo ataca las defensas del huésped, sino que ataca al sistema sanitario, y las primeras personas afectadas y que se infectan son el personal sanitario. No tienen seguridad para trabajar, ni en pacientes afectados por ébola ni en pacientes con enfermedades comunes. Hay una mortalidad derivada del ébola y una mortalidad derivada de enfermedades comunes. Eso implica que el sistema sanitario se bloquea. En los tres países afectados por la epidemia, Liberia, Sierra Leona y Guinea, los sistemas sanitarios son muy débiles. Son países que están en la cola del índice de desarrollo humano del mundo y esta situación les conduce a que sus sistemas sanitarios dejen de funcionar, incluso a dejen de existir. Por lo tanto, más allá de los medios económicos, se necesita una respuesta específica con recursos humanos internacionales. Sin ellos es imposible el control de la epidemia.

– En cuanto al manejo de los cooperantes infectados, de los viajeros con posible enfermedad por el virus ébola, ¿crees que puede haber riesgo de contagio?

– Hay unas normas internacionales, nacionales y personales para el control de los casos. Es absolutamente necesario que haya personal internacional en el terreno, pero para evitar su expansión debemos tener un control estricto. Por ello existen unas recomendaciones de control de los trabajadores de salud que trabajan en el terreno. Diversos organismos han desarrollado unas normas internacionales, como el Centro de Control de Enfermedades en Estados Unidos (CDC, por sus siglas en inglés) o la Unión Europea (ECDC), que definen el control que se debe realizar a los trabajadores internacionales según el nivel de riesgo al que se hayan expuesto. Las decisiones sobre los trabajadores no las toma el Gobierno de un país de forma independiente. La OMS declaró que los países debían estar preparados para asistir a los trabajadores internacionales. Existen leyes que protegen a las personas que trabajan en un país extranjero.

En el caso de España, el Estatuto del Cooperante señala que se debe asegurar a los cooperantes que trabajan en el extranjero en misiones internacionales avaladas por los organismos internacionales. Además, los cooperantes tenemos un seguro internacional y una de las cláusulas es la repatriación. Es una evacuación complicada que debe poner de acuerdo a muchas partes para evitar el menor riesgo posible a la sociedad. Es una decisión basada en el derecho internacional, nacional e individual de las personas.

– ¿Cuál crees que son los motivos de que no haya habido más casos terciarios en los países que han tenido casos importados o secundarios?

– La expansión del virus depende de muchos factores. Uno de ellos es la debilidad de los sistemas de salud pública, de los sistemas sanitarios en general. Los países desarrollados deben poder responder a los casos primarios y secundarios. Esto ha ocurrido en varios países, como Senegal, Nigeria, Malí, Estados Unidos, y en todos ellos se ha logrado controlar la epidemia, por el momento. Un caso aislado, en un sistema de salud desarrollado, es relativamente fácil de controlar. El problema, cuando hay un grupo de casos, es un sistema de salud poco preparado. Si ahora mismo no estamos ante las predicciones que hizo el CDC en septiembre, que estimaban los casos en un millón y medio, es porque ha habido unas medidas de contención con una respuesta internacional que jamás se ha visto en otra epidemia. Si no, estaríamos ante otro escenario que podría poner en riesgo a la población mundial. De ahí la preocupación por contener la epidemia.

– En cuanto al manejo de la información, ¿cómo crees que debería realizarse?

– El manejo de la información es complicado. Existen manuales de cómo tratar la información en situaciones de riesgo epidémico. Resumiendo: para comunicar sobre estas enfermedades epidémicas letales, los mensajes deben ser cortos, verificados, probados y deben intentar realzar los hechos positivos. Se debe dar información a la sociedad sobre las medidas que hay que adoptar para contener la epidemia, promoción de salud, en forma de mensajes sencillos, comprensibles, explícitos, definidos y seguros. Las elucubraciones, rumores, interpretaciones personales, datos imprecisos, tienen un efecto muy negativo. La enfermedad por virus ébola cumple todas las características para generar este segundo tipo de información.

Nos ocurre allí. Se difunden malas interpretaciones con respecto al trabajo que se hace sobre el terreno. Por ejemplo, la interpretación de las noticias en la prensa. Cuando se dice que un suero extraído de una persona que se ha curado sirve para curar a otras personas, se puede interpretar como que ese suero se está extrayendo de pacientes para curar a otras personas en otros sitios. Esto, por supuesto, no es cierto, pero esa interpretación crea inseguridad entre la población, y hace que la respuesta ante la epidemia sea todavía más difícil. Ya es bastante difícil controlar la epidemia. Hay que tener muy claro y delimitado el tipo de información que se da para evitar las noticias interpretables y las cuestiones personales.

– ¿Debe ser el Gobierno el que trasmita la información?

– En Sierra Leona, el Gobierno es el encargado de trasmitir los datos objetivos de la evolución de la enfermedad. Las ONG ayudamos al Gobierno a transmitir esa información. En cualquier emergencia humanitaria el Gobierno es el responsable de sus ciudadanos.

Lo más importante es dar a entender que si no se estuviera realizando esta respuesta, tanto económica como, sobre todo, de recursos humanos, estaríamos ante una situación muy distinta. Se debe tener en cuenta que esta respuesta ha de ser sostenida, porque esta situación se puede prolongar varios meses. Es un esfuerzo largo. Tenemos que dotarnos de mecanismos de protección adecuados sin perder nunca de vista que hay que trabajar allí para contener el riesgo mundial.

El tratamiento de la información es muy importante para gestionar el miedo. El miedo es una reacción positiva cuando se convierte en precaución, pero negativa cuando se convierte en pánico. Eso es lo que tenemos que conseguir las personas que estamos implicadas en el control de la epidemia.

 

_______________
José Félix Hoyo es médico y responsable de operaciones internacionales de Médicos del Mundo sobre la enfermedad por virus de ébola.