FINANZAS & DESARROLLO, Septiembre de 2020.
La pandemia de COVID-19 es la mayor prueba de tensión para la economía mundial
y, en particular, para las economías de mercados emergentes y en desarrollo. En un
primer momento, se tenía la esperanza de que el virus pasara de largo en los países
de bajo ingreso, menos conectados con el resto del mundo por el transporte aéreo,
o se pudiera contener en países con experiencia en epidemias, por ejemplo, en África
subsahariana. La realidad frustró esas esperanzas. Ahora sabemos que el virus amenaza
a todo el planeta. Es más, incluso en los países que han logrado evitar una crisis sanitaria
aguda, los efectos financieros han sido graves.