La Vanguardia, 1 de diciembre de 2018.
Para que la moción de censura contra Mariano Rajoy fuera un éxito, fuerzas políticas de
signo ideológico muy distinto tuvieron que votar conjuntamente. Que partidos tan
distintos pudieran acabar votando lo mismo fue consecuencia del hartazgo ante los
escándalos de corrupción que arrastraba el Partido Popular. El PP se había negado a
rendir cuentas, a pedir disculpas y a hacer una limpieza interna, optando más bien por
negar las evidencias y poner toda clase de trabas a las causas judiciales.