El País, 14 de mayo de 2022.
El conflicto en Ucrania exacerba la escalada de precios de los alimentos, que amenaza con provocar una crisis de desnutrición, turbulencias político-sociales, nuevos flujos migratorios y tensiones geopolíticas.
La guerra lanzada por Vladímir Putin en Ucrania está agudizando una crisis alimentaria que se configura como un potencial tsunami sociopolítico global. La ofensiva rusa ha exacerbado la tensión en un mercado que ya sufría una dinámica ascendente de precios. Las consecuencias son graves. De entrada, para millones de personas que se van sumando al círculo infernal del hambre y de la desnutrición. Pero, además, por las perspectivas de protestas sociales e inestabilidad política que suelen ir vinculadas a estas circunstancias en países frágiles; por un crecimiento de movimientos migratorios desordenados; por la fricción entre Estados en posición de fuerza y otros expuestos a la crisis en medio de maniobras proteccionistas, de acopio, de sanciones internacionales y otros movimientos de alto voltaje.