Magis Iglesias
Rajoy como presidente
Conversación con Manuel Llusia.
18 de noviembre de 2011.
(Página Abierta, 217, noviembre-diciembre de 2011).

  Conversamos con la periodista Magis Iglesias (*) antes del 20-N con la casi seguridad de que los resultados de las elecciones generales darían una mayoría entre muy amplia y absoluta al PP y que su presidente, Mariano Rajoy, sería quien dirigiese el próximo Gobierno. Transcribimos aquí nuestra charla, manteniendo la expresión abierta y  ligera de la entrevista.

– ¿Qué PP gobernará? ¿Cuántas líneas caben en él y qué peso tiene cada una?

– El peso es el que tiene el propio presidente, tanto el Partido Popular  de Rajoy, como el de Aznar y el de Fraga en su día. Es una organización muy presidencialista. Por lo tanto, el partido toma el rumbo que fija su presidente. En la trayectoria como líder de Rajoy ha habido muchos momentos en los que ha despistado a los que creíamos saber algo de él y de la organización, al ver que se dejaba llevar por las presiones de los más radicales dentro del partido. Me refiero a lo que ocurrió en la legislatura de 2004 a 2008. Pero la trayectoria, tanto personal como política, de Mariano Rajoy es la de un conservadurismo moderado; es decir, de una persona que trata de arreglarlo todo mediante pactos, acuerdos, y que tiene, incluso, una aberración natural al conflicto. ¿Qué ocurre? Que le va a tocar gobernar con la moderación en conflicto con la radicalidad. Y eso no es muy fácil.

¿Qué va a pasar? Pues supongo que el objetivo que él predica, y el que no tiene más remedio que cumplir, es dar mensajes, no solo a los mercados, sino también a la Unión Europea, de que aquí se van a hacer las cosas como en cualquier otro país europeo que no está afectado por el contagio de los países ya intervenidos. Por lo tanto, creo que en eso será muy resistente.

– ¿Es Rajoy esencialmente pragmático?

– Sí. Eso explica que el escepticismo y el pragmatismo sean las características que, por lo menos, él nos ha dejado ver durante toda su trayectoria política. Es una persona muy poco dada a los excesos y, en general, busca el mal menor en situaciones límites. Digamos que es la otra cara de la moneda de un Aznar que le gustan siempre las soluciones de blanco o negro. En Rajoy encontraremos los grises.

– Entonces, no se puede hablar de que represente a una parte del PP o a una de las líneas…

– Él, en sí mismo, digamos que no. Él se siente cómodo con el equipo que tiene ahora, que es un equipo que mantiene esas posiciones. Y, sin embargo, siempre ha tenido cuidado con los pasos que da. Yo quiero recordar que en el año 2008, tras haber aceptado, por un lado, que el partido podía seguir llevándolo la línea de Aznar y haber hecho todo lo que este quería –parecía, incluso, que era el que mandaba en el partido–, saliendo a la calle continuamente, haciendo cosas que iban contra su manera de pensar o de lo que le habíamos oído decir, por otro, consigue demostrar con ello que por ese camino que Aznar y algunos otros pretendían, que la propia Esperanza Aguirre pretendía, por ahí, no se podía ir a ningún sitio. Y en ese momento, en el año 2008, él decide seguir adelante, y pronuncia unas palabras que son premonitorias: “Ahora voy a hacer mi equipo”. Es entonces cuando Mariano Rajoy gobierna el Partido Popular y marca la política en el Partido Popular.

La línea de oposición a partir de 2008 es la suya, y creo que es la que se verá plasmada en el Gobierno de Mariano Rajoy. Lo cual no quiere decir que no deje siempre un espacio para un Mayor Oreja, para una Esperanza Aguirre y para José María Aznar. La prueba de ello es que los tres han estado activos durante la campaña electoral, siempre en un segundo lugar, nunca les permite estar a su mismo nivel, como antiguamente; pero sí que hay un espacio para los radicales del partido, a los que nunca se enfrenta. Yo creo que en el poder y en el Gobierno, si las cosas van como parece que pueden ir, él siempre tendrá autoridad para imponerse, como se impuso a Esperanza Aguirre, a un Aznar que le quiera llamar la atención o a un Mayor Oreja que se salga de la línea del partido.

– ¿Qué puede ofrecer o traer de nuevo Rajoy al país en este momento?

– Certidumbres. Yo sé que durante la campaña electoral ha molestado a mucha gente, y con razón; ha inquietado, incluso, al no querer desvelar sus recetas. Pero en cuanto sea presidente yo creo que la certidumbre de que él va a ir cumpliendo las normas se irá desvelando.  Uno de los motivos por los que él no desvela lo que va a hacer es porque es algo verdaderamente duro. Hay que tener en cuenta que Rajoy es bastante lento en su comportamiento y en sus actuaciones. Por eso la gente no sabe interpretar muy bien los pasos que da, porque lo hace de una manera particular: cada movimiento contiene un proceso. Y ese proceso no pasa al siguiente si no hay una maduración de él. Y en muchas ocasiones eso le ha hecho mucho daño. Creo que la gestión que hizo del caso Gürtel le hizo un daño horrible a él y al partido. Y, sin embargo, creo que al final a Rajoy le benefició, porque  nadie de los acusados del caso Gürtel le podrá decir que los abandonó, que es una persona desleal que echa a las fieras a su gente. Porque él aguantó todo y, además, de forma consciente, no por debilidad.

–  ¿Rajoy y el PP son más atractivos para los medios financieros y empresariales en general, y más en concreto, los grupos energéticos? ¿Eso puede modificar algo el panorama financiero y de inversión?

– Probablemente, claro. Ahí hay mayor confianza en un partido con el que, bueno, esos sectores “gobernaron” relativamente tranquilos. Porque cuando Rajoy habla de 1996 no habla para el ciudadano de la calle, habla para esos sectores. Y a ellos les dice: “Cuando llegó Zapatero ustedes no sabían lo que iba a hacer este señor cada día porque tenía otro concepto de la política, quería hacer algo diferente a lo que hizo Felipe, diferente a lo que hizo Aznar y lo que nadie se atrevería a hacer. En cambio, nosotros somos de certidumbres; lo que hizo Aznar es bastante probable que lo hagamos nosotros”. Estoy segura de que Rajoy ha revisado –recordado, claro, porque él estaba allí– todo lo que hizo Aznar desde el principio. Y tengo la sensación de que va a intentar hacer lo mismo que en el 96, en la primera legislatura, no en la segunda: llevar todas las decisiones, aunque fuesen muy duras, acompañándose siempre por otro partido, por otra organización, por esos sectores de los que hablamos.

El sector energético, efectivamente, se siente más cercano al Partido Popular. Hay personas en grupos empresariales que están más relacionadas con el Partido Popular de lo que han estado con el partido socialista de Zapatero. Porque el partido socialista de Felipe González estaba igualmente imbricado en la sociedad. El de Zapatero es el que voló por su cuenta. Sembró la incertidumbre y luego resulta que las dudas que muchos tenían sobre él se confirmaron en un momento de catástrofe. Quizá si no hubiera habido una crisis tan dura como la global, estaríamos hablando de otra cosa.

– ¿Qué plan en relación con los recortes tiene Rajoy? ¿Cómo va a afrontar la fiscalidad para la obtención de ingresos?

– Por lo que he hablado con las personas que llevan eso dentro del Partido Popular, parece que él pide que se busque por dónde rebañar, con el objetivo de dar todas las facilidades fiscales que se puedan, que son muy pocas, y él lo sabe,  porque ha cambiado el discurso de rebajar los impuestos que tenía Aznar en 1996, y que él mantuvo durante todo el tiempo hasta llegar a esta situación.

Rajoy piensa que ahora mismo no hay ingresos en la Administración y que la Administración no tiene liquidez, él está convencido de que va a tener que empezar como en el 96, que las cuentas no son las que aparecen, que cuando entren el 23 de diciembre a verlas van a encontrar muchos agujeros y que no van a tener liquidez para hacer frente a los gastos que tiene la Administración. Entonces, sus primeros objetivos serán pagar las deudas y las pensiones. Luego, establecerá normas para disminuir los gastos no solo para la Administración del Estado, sino para las Administraciones autónomas, ya que cuenta para el recorte administrativo con todos los Ayuntamientos y con las Administraciones públicas. Ahí, el plan va a ser conjunto. Ese es el secreto, para mí. El secreto no es que se corte un poco en un ministerio, sino que todo el mundo corte al mismo tiempo en todas las Administraciones. ¿Qué le falta? Cataluña y el País Vasco. En el caso del País Vasco, en lo que corresponde a la Administración, no hay problema porque las cuentas, en principio, no están tan dramáticamente desbordadas como en el resto de las comunidades. Y en cuanto a Cataluña, tendrá que llegar a algún tipo de acuerdo, y muy imaginativo, para que CiU participe en todo el proyecto a través de algo parecido a lo que están pidiendo.

– Pero eso supondrá aplicar más recortes sociales…

– Pues seguramente, pero no tanto como se piensa. Quiero decir, que, claro, el Estado de bienestar que tenemos no lo vamos a volver a tener.

– Seguirá entonces el ritmo planteado, digamos, por Europa… Pero ¿avanzará algo más? Porque Rajoy habla incluso de reformas laborales.

– Sí, seguro. Yo creo que el plan que él tiene es, en primer lugar, garantizar las pensiones. Eso hay que hacerlo en diciembre, tendrá que hacerlo ya, si no en la primera semana de enero…

– Eso ya estaba previsto, ¿no?

– Sí, no tiene que hacer nada para garantizar las pensiones… Y congelará el sueldo de los funcionarios, eso es imprescindible; es que si no, no tiene para pagar los sueldos, por falta de liquidez. Luego tendrá que hacer algo con la Seguridad Social. No sé qué tipo de enjuague financiero, porque seguro que la tiene quebrada, por mucho que digan que estará en superávit. Y yo creo que lo siguiente es la reforma financiera. En la reforma financiera va a tener que hacer muchos movimientos, y va a tener que fajarse en la Unión Europea. Pero pienso que con Merkel se va a entender muy bien. Él, probablemente, le presente a Merkel un plan que a ella le parezca bien para que se realice a través del BCE… Estoy aventurando. Sin embargo, tengo la impresión de que esto ya se está haciendo, que para lo que Rajoy se plantea y trata de poner en marcha cuenta con Merkel, por lo menos con el partido de ella.

Y luego, una vez que ponga en marcha la reforma financiera, haya aprobado los Presupuestos, con los recortes convenientes, entonces se meterá con el mercado laboral. En la reforma del mercado laboral, la obsesión que él tiene es la flexibilidad, que sea más flexible todo lo que se haga, para permitir la iniciativa empresarial… con, seguramente, medidas fiscales para que las empresas empiecen a contratar. Presumo que el primer año va a haber mucho más paro por culpa de que la Administración se va a reducir y va a haber mucha gente que se quede en la calle. Pero en el momento en que se empiece con bonificaciones en la Seguridad Social, o incluso con incentivos, de los que se habla, como los 3.000 euros para empresas que contraten, etc., podrán llenarse los huecos que haya dejado el sector público con los recortes. Y después, lo que yo me imagino que se hará es el pacto ese de la Administración única con todos los partidos, con todas las instituciones, e incluso con el PSOE, claro. Y ahí sí que cabría tocar algo la Constitución, si es que Rajoy puede.

– A falta de otros, tendrá que afrontar los retos en relación con los problemas autonómicos o el fin de ETA. ¿Cómo le ves ante esa responsabilidad?

– Bueno, en el tema autonómico ya te digo que creo que va a contar con todos. Date cuenta de que él tiene toda la FEMP [Federación Española de Municipios y Provincias]…

– Sí, pero tiene problemas derivados, por ejemplo, de su oposición al Estatuto de Autonomía de Cataluña.

– No, no, yo creo que a los catalanes les va a dar eso que piden. Yo creo que buscará una fórmula.

– Pero eso tiene costes internos.

– Ya, pero él ha dicho que no va a gobernar para el partido, que va a gobernar para las necesidades del país.

– ¿Y respecto al fin de ETA?

– Para lo de ETA, sospecho que encargará a alguien. Por eso es muy importante saber quién va a ser el ministro del Interior. No puede ser una persona de la que no se fíe al cien por cien. Alguien que permita que cada movimiento que haga él lo sepa, y que no lleve a cabo movimientos autónomos. Porque la manera de actuar de Rajoy es así. Él deja a la gente que actúe, incluso que se equivoque y haga cosas en contra de su opinión; pero les deja. Luego, si se estrellan, les dice: “las cosas son así, te has estrellado”. Él no les estrelló, pero les dejó estrellarse. Y en Interior no se puede permitir ese lujo. Por lo tanto, pienso que, con la buena relación que en esta materia tiene con Urkullu, lo va a hacer todo con él. Bueno, lo hará Basagoiti, obviamente. Yo no descartaría que Basagoiti fuera ministro del Interior.   

– ¿Y respecto a todos esos recursos de inconstitucionalidad de las leyes a las que se ha enfrentado como, entre otras, la de los matrimonios gais o la del aborto?

– Poca cosa. Ahí, si se puede aplazar, aplazar, aplazar…, “mientras estamos en lo prioritario y lo importante... Ahora vamos a arreglar lo del dinero y vamos a arreglar lo de que la gente coma y las empresas funcionen. Y lo otro lo dejamos para más adelante”. Pero él no va a trabajar de la manera en que lo hacía Aznar, que imponía una línea. Simplemente “ahora no, ahora no”. Y luego al final si hay que cambiarle el nombre al matrimonio gay, pues lo cambiará. Y si no hay que cambiarlo, pues, “oye, lo ha dicho el Tribunal”. Él no es de meterse en los tribunales. Él va a intentar que no sea nada traumático. Y, como mucho, en lo del aborto, creo que quitará lo de “las niñas”, cuestión en la que ni siquiera los socialistas estaban muy de acuerdo entre ellos.

– Sí, pero ahí estará el problema de que hasta qué punto él podrá gobernar libremente frente al partido o no.

– Hombre, si tiene esa mayoría. Y como tiene la mayoría en el partido, ya pueden hacer lo que les parezca a los que se opongan.

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(*) Magis Iglesias (Vigo, 1956) trabajó más de una década en la agencia de noticias Colpisa, siguiendo la actualidad del Partido Popular. Entre 2008 y 2010 fue presidenta de la Federación de Asociaciones de Periodistas (FAPE). Es autora del libro La sucesión, en el que narra los acontecimientos que llevaron a Mariano Rajoy a la presidencia del PP.