Maite Fernández-Villa

Encuentro Mujeres construyendo país.
El caso del Sahara Occidental a la luz
de la experiencia latinoamericana
(Hika, 150, diciembre 2003)

 

Contemplo, frente a mí, una fotografía publicada recientemente en un diario vasco: tres mujeres saharauis enfrascadas en animada conversación en la Plaza de los Fueros. Para un observador externo, probablemente no tiene nada de particular que tres mujeres charlen un rato. ¿No es eso lo que han hecho siempre las mujeres? Pero el estereotipo, precipitado, primitivo, simplista, se quiebra con un análisis detenido del contenido de la conversación: conflicto, refugio, equidad, reivindicación de la subjetividad, no son temas en absoluto triviales, como no lo han sido nunca los temas de mujeres, ni lo son aquellos temas comunes a ambos géneros en los que las mujeres reclaman que se visibilice activamente su participación.

A lo largo de veintiocho años de refugio, la Unión Nacional de Mujeres Saharauis ha sido la columna vertebral del movimiento de liberación nacional en los campamentos de población refugiada saharaui. Con los hombres movilizados en el frente bélico, las mujeres han desempeñado todas las tareas de liderazgo y administración que han permitido durante tres décadas la resistencia de un pueblo. "Nuestras conciencias no nos permitían el descanso". Así, incansables gestoras de la educación, de la salud y de la supervivencia en el asfixiante abrazo del desierto, han construido las bases de todo un estado en el exilio.

En una paz precaria, en un contexto que podemos calificar solamente de posbélico (no de posconflicto), las mujeres saharauis están experimentando las consecuencias de un lento proceso de desmovilización y retorno de los hombres al hogar y a la vida pública. Es éste un regreso peculiar, pues no podemos olvidar que no se vuelve al propio territorio, sino a unos campamentos en los que, por definición, se incluye el concepto de provisionalidad, de desarraigo, de soñar el retorno, sí, pero a otra parte, a un lugar en el que escoger una vida nómada o sedentaria propia, libre y no confinada a los estrechos límites de la ayuda internacional.

En esta situación mundialmente única, del último país africano que aún está luchando por su descolonización, ¿qué sentido tiene para las mujeres saharauis la palabra lejana de otro continente? ¿Existe un lenguaje común para las mujeres del Sahara Occidental y las mujeres de Guatemala, Chiapas, El Salvador...?

Dice un viejo proverbio saharaui "Háblale a quien comprenda tus palabras." El encuentro Mujeres construyendo país, que nos ha reunido en Vitoria-Gasteiz, cumple a la perfección el mandato de este proverbio. Desde culturas y caminos aparentemente alejados, ha servido para analizar, investigar y descubrir preocupaciones comunes de las organizaciones de mujeres, tanto en América Latina como en el Sahara, Palestina o Afganistán.

Porque las mujeres presentes no se habían encontrado casualmente en la calle, ni se habían detenido un instante para charlar. Cuidadosamente elegidas por su experiencia organizativa durante procesos de conflicto, guerra, acuerdos de paz y posconflicto, han afrontado conscientemente el desafío de compartir sus reflexiones sobre los logros, tensiones y amenazas que estas situaciones implican para el empoderamiento de las mujeres. Y lo han hecho con una dinámica de intercambio, en la que el debate ha propiciado la construcción de conocimientos compartidos, nacidos de una sabia combinación entre la teoría y la experiencia. Por unos días, las mujeres saharauis han tenido la oportunidad de distanciarse de las urgencias cotidianas en busca de alternativas de reflexión teórica y de contrastes, con una finalidad clara de fortalecer su propia evolución.

El significado del refugio para las mujeres, los cambios en la división genérica del trabajo, los avances y retrocesos en el camino de la equidad, la presencia de las mujeres en los acuerdos de paz, la demanda de autonomía por parte de las organizaciones de mujeres, y la construcción de una agenda propia y de liderazgos feministas han sido algunos de los temas de un debate, que, sin dudarlo, exige dedicación y vigilancia.

"Durante la guerra todo el espacio era nuestro. Ahora, todo lo que las mujeres queremos hacer es cuestionado por los hombres." (Suelma Beiruk). Conviene estar alerta, sí, para afianzar los espacios que tanto ha costado conquistar. Ahora, con el equipaje cargado de intención tras el encuentro, corresponde a la UNMS definir una estrategia que permita afrontar con decisión los retos que se les plantean en el momento presente y a medio plazo. Las mujeres saharauis saben que la tranquilidad para ellas aún no ha llegado, que "nadie va a luchar por nosotras". Saben que el proceso no está exento de contradicciones y riesgos. Ahora saben, también, que no están solas. Sienten la solidaridad de otras mujeres que comprenden sus palabras.