María Luisa Lores
Los intereses del Ébola
(NoGracias, agosto de 2014).
<http://www.nogracias.eu/wp-content/uploads/2014/08/ebola-virus15.jpg>

El  primer brote de infección por virus del Ébola  ocurre  en 1976 a las orillas del rio Ébola, en la República Democrática del Congo.  Aunque la enfermedad  estuvo relativamente controlada, por afectar a poblaciones pequeñas y aisladas y porque su transmisión  requiere de un contacto directo con el enfermo, su diseminación a otros países era más que esperable, sobre todo teniendo en cuenta las deficientes condiciones sanitarias y la desinformación de la población, los factores que más influyen en el incremento de su incidencia y en las altas tasas de mortalidad que se describen.

En los cerca de 40 años transcurridos, los organismos sanitarios internacionales han tenido tiempo suficiente  para estudiar el comportamiento de esta enfermedad, sin tratamiento específico, y de implantar medidas  para la mejora del sistema sanitario en la región y de esta forma disminuir la enorme mortalidad evitable debido a este y a otros muchos procesos infecciosos que merman la población africana y afectan directamente a su desarrollo económico.

Sin embargo, parece que las cosas solo se han acelerado tras la infección del “hombre blanco” personalizada en dos cooperantes estadounidenses y en el cooperante español Miguel Pajares, perteneciente a la orden religiosa de los hermanos hospitalarios de San Juan de Dios (OHSJD). 

Los fármacos experimentales

En pocos días la directora general de la OMS, Margaret Chan, declara el estado de emergencia internacional y el Director de vacunas,  Okwo Bélé, informa de la existencia de dos productos farmacológicos experimentales para combatir la enfermedad, el  suero  ZMapp y la vacuna que desarrolla  la farmacéutica británica Glaxo (GSK).

El suero ZMapp es un producto de efectos desconocidos, nunca probado en humanos, por lo que su administración debería tener las salvaguardas de un ensayo clínico. Debido a que la infección por virus Ébola suele ser muy virulenta y su historia  natural limitada en el tiempo (entre el contagio y el desenlace, por curación o muerte, solo trascurren unas pocas semanas) debería probarse su eficacia y seguridad en un pequeño  número de personas con suficiente información y criterio para comprender los riesgos, no en una población  amedrentada, con información sesgada y en manos de la misma industria farmacéutica que pretende comercializar el producto.

No podemos obviar que Miguel Pajares ha resistido la infección en Liberia y su traslado a España y según todas las informaciones se encontraba estable y afebril hasta que inesperadamente fallece, al día siguiente de la administración del suero ZMapp. El Ministerio de Sanidad y los medios de comunicación españoles no han considerado ni tan siquiera la remota posibilidad  de que fuera el suero y no el virus la causa del desenlace de Pajares. Sin embargo, las acciones de la CF Canadiense Tekmira, que  desarrolla el antídoto contra el virus TKM-Ebola y que se habían disparado en bolsa tras declararse el brote de la infección, se desploman un 21%  el día en que fallece el cooperante español.

Por otra parte, la directora general de la OMS es la misma Margaret Chan del fiasco de la gripe A, que supuso el gasto innecesario de enormes cantidades de dinero público en el años 2009, en plena crisis económica, en  España y en otros muchos países, debido a la compra masiva de Tamiflu (Roche)  y Relenza (Glaxo), fármacos cuya eficacia, no demostrada, se basaba en ensayos clínicos sesgados y con baja calidad científica. A pesar de las nefastas consecuencias de su gestión en la pandemia de gripe A, Margaret Chan continua en su puesto de alta responsabilidad sanitaria en la OMS, y la historia puede volver a repetirse.

Y además, están los antecedentes de la Compañía farmacéutica (CF) Glaxo, que actualmente desarrolla la vacuna contra el virus del Ébola, que deberían alertar a la comunidad internacional. En EEUU Glaxo es multada con 3000 millones de euros por sobornar a los médicos a cambio de la prescripción de antidepresivos en indicaciones no autorizadas, por ocultar efectos adversos y por no tener en cuenta estudios que demostraban la ineficacia de alguno de sus fármacos. También fue condenada por fabricar medicamentos adulterados en su planta de Puerto Rico y declarada culpable en Argentina por las graves irregularidades ocurridas en el desarrollo de la investigación sobre una vacuna contra el neumococo. Esta CF incluyó en su ensayo y administró la vacuna experimental a niños menores de 3 años con un permiso de los padres falsificado, o con progenitores analfabetos,  hechos enormemente graves, similares  a los ocurridos en Kenia en 1996, descritos por John Le Carré en su conocida novela “El jardinero fiel”.  La CF Glaxo acumula procesos judiciales en China, Reino Unido, Jordania, Líbano, Polonia, o Irak, por corrupción y malas prácticas.

La Orden Hospitalaria de San Juan de Dios

No vamos a cuestionar la oportunidad de trasladar  a Miguel Pajares a España, aunque haya supuesto vaciar de pacientes el Hospital Carlos III de Madrid y dotar a toda prisa su unidad de enfermedades infecciosas, tras su desmantelamiento por parte de la infausta consejería de sanidad madrileña, ni el trato desigual a los cooperantes infectados, de distintos países y razas pero hermanos de la misma congregación católica. Lo que si cuestionamos es que toda la costosa y mediática operación se financie con dinero de las arcas públicas, cada vez más mermadas y no con los fondos de la OHSJD, organización rica y con abundantes contactos en el mundo empresarial y financiero. También cuestionamos el trato desigual del gobierno de España para con sus ciudadanos, ya que mientras suspende a los tres meses el derecho a la asistencia sanitaria de los jóvenes que se ven obligados a emigrar a otros países, pone todo el sistema sanitario a disposición de un español que ha emigrado hace muchos años, y de forma voluntaria.

La OHSJD es el mayor grupo hospitalario privado español, con 45 centros asistenciales y 7000 camas hospitalarias y su patrimonio se ha incrementado mucho en los últimos años a pesar de, o en buena parte debido, a los recortes en el sistema sanitario público.

En estos años de crisis económica la orden religiosa realizó inversiones millonarias para remodelar, ampliar y dotar de tecnología sus hospitales de Pamplona, Tenerife y Córdoba, concertados con el sistema público, mientras se recorta la dotación, la actividad y las plantillas en el SNS.

En el año 2007 esta orden religiosa  inaugura un nuevo edificio en Mallorca de 9000 metros cuadrados, dedicado a la traumatología y la geriatría y concertado con el sistema de salud de Las Islas Baleares, que estuvo a punto de provocar el cierre de dos centros sociosanitarios  públicos, salvados “in extremis” por la movilización ciudadana y profesional.

En el año 2012 la OHSJD adquiere el costoso  edificio del Colegio Alemán (más de 10.000 metros cuadrados en la calle Serrano de Madrid) para ampliar el Hospital San Rafael y su Unidad Docente, dedicada a la formación académica “confesional” de la enfermería  y de los trabajadores sociosanitarios.

La escuela de San Rafael está adscrita a la Universidad privada  Antonio de Nebrija, cuya fundación,  presidida por Antonio Garrigues Walker, está administrada por familias poderosas  y por grandes empresas constructoras

La OHSJD, principal beneficiaria de la privatización de la atención a los pacientes terminales en la comunidad madrileña, tras el caso Leganés, imparte un máster en cuidados paliativos en varias CCAA, homologados por la administración pública, a pesar de que sus contenidos están influidos por su ideario radical, que considera que por el sufrimiento se llega a Dios.

Los centros sanitarios de esta orden religiosa, teóricamente sin ánimo de lucro, compaginan su actividad concertada, por la que reciben millones de euros de dinero público, con la atención a pacientes privados de diversas aseguradoras. De hecho, los dos millones de clientes de la aseguradora DKV tienen a su disposición toda la infraestructura sanitaria de la OHSJD. La Fundación Instituto San José, dedicada a la atención de procesos neurológicos, agudos, crónicos y terminales, está gestionada por la orden católica junto a La Caixa Catalana.

A pesar de estas y otras vinculaciones empresariales de la OHSJD, el Ministerio de Sanidad ha permitido que la guía clínica para el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), de gran relevancia sanitaria y económica,  sea elaborada únicamente por profesionales del hospital Sant Joan de Déu de Barcelona, a espaldas de los profesionales del sistema  público.

La Fundación de la Orden (FOHSJD), cuyo comité directivo está formado esencialmente por expertos en administración y dirección de empresas, con máster por las escuelas de negocio de la Iglesia Católica (ESADE e IESE) y no por expertos investigadores,  gestiona la  investigación biomédica, en colaboración con el Instituto de salud Carlos III y otros organismos estatales, a pesar de que su comité de buenas prácticas científicas no es un organismo independiente y de sus vinculaciones con la industria farmacéutica (Grifols).

En resumen, dados los antecedentes de los actores implicados y dado que los errores en la gestión de esta crisis pueden afectar gravemente a la salud y a la economía de los países afectados, debe imponerse la trasparencia en todo el proceso, comenzando con la publicación de la identidad  y los conflictos de interés de los expertos en ética médica que han respaldado la decisión de los directivos de la OMS de tratar con medicinas experimentales a la población africana, además de suspender el derecho al secreto empresarial de las compañías farmacéuticas involucradas. Toda la información sobre los ensayos clínicos en curso y sobre la eficacia y los efectos adversos de los fármacos experimentales debe estar disponible para los distintos Servicios de Salud a nivel mundial.

El continente Africano tiene graves problemas sanitarios que deben combatirse y a ello debe dedicarse de lleno la OMS, con el desarrollo de un sistema sanitario básico que incluya a toda la población, con el fin de controlar la infección por el virus del Ébola, de la hepatitis, del VIH o de la malaria, de controlar la mortalidad infantil y materna, y de mejorar las condiciones de vida y el desarrollo económico del continente Africano y de paso disminuir la presión migratoria sobre nuestras fronteras. Es posible que las acciones de algunas compañías farmacéuticas e incluso de seguridad transfronteriza se desplomen y los beneficios de algunos pocos se vean afectados, pero la salud pública y la calidad de vida de la mayoría de la población, a uno y otro lado del estrecho, se verá muy beneficiada.