El País, 21 de octubre de 2022.
En tiempos de guerra se han desarrollado a menudo instrumentos fiscales innovadores para gravar el aumento de beneficios de determinadas empresas.
La invasión de Ucrania por parte de Rusia en febrero de 2022 y la guerra subsiguiente han traído dificultades a la economía mundial, y a la economía de la Unión Europea en particular. El aumento de los precios de la energía —el petróleo pasó de unos 70 dólares en 2021 a un máximo de 120 dólares en junio de 2022— ha incrementado drásticamente los costes de los insumos de la mayoría de las empresas y el gasto energético de los hogares.