El País, 27 de septiembre de 2024.
Desde el año 1980, cada 27 de septiembre se celebra el Día Internacional del Turismo. Si en el pasado esta jornada sirvió para reivindicar los beneficios económicos, sociales o culturales del turismo, medio siglo después solo podemos tomarla como una oportunidad para denunciar los excesos de una industria fuera de control, cuyo crecimiento se ha vuelto contraproducente y destructivo: una industria que para seguir prosperando expulsa a los vecinos y vecinas de sus casas y sus barrios, se apropia del espacio público que es de todos y convierte el patrimonio de nuestras ciudades en el negocio privado de una élite de privilegiados: grandes propietarios, turoperadores, inversores internacionales.