Adolfo Telmo Pérez
El maltrato institucional a las personas mayores

 

«El lamentable delito del maltrato de las personas de edad suele ocurrir en entornos privados y reservados, por lo que una respuesta pública explícita resulta muy importante. Fortalezcamos nuestra determinación de poner fin a este problema como parte de nuestros esfuerzos más amplios por crear una vida digna para todos».

Mensaje del Secretario General de la ONU, Ban Ki-moon.

Se estima que entre el 4% y el 6% de las personas mayores de todo el mundo han sufrido alguna forma de abuso y maltrato.

Queremos hacer una advertencia sobre el documento que tienes en tus manos: No es un trabajo sobre el envejecimiento (1), ni sobre el maltrato en la vejez en todos sus aspectos, una cuestión muy compleja que afecta a muchos ámbitos: personal, familiar, comunitario, en las Residencias y Centros de Día... En esta ocasión hemos dirigido nuestra mirada al ámbito de la Residencias Geriátricas.

Segunda advertencia este trabajo es parte de otro mas amplio, realizado con motivo del Día Mundial de Toma de Conciencia sobre el Abuso y Maltrato en la Vejez, celebrado el pasado 15 de junio. Hay  aspectos de los allí abordados que no trataremos ahora.

El maltrato al anciano  

La violencia es considerada un problema de Salud Pública  que está presente en distintos campos del desarrollo del ser humano; e incluso se percibe como parte de la condición humana. Sus costos son asumidos por las sociedades, y un porcentaje relevante de ellos, por las consecuencias dañinas del maltrato en la salud de las víctimas, termina siendo asumido por las instituciones de sanitarias.

Respecto a la definición del maltrato al anciano cabe decir que son muchos los términos utilizados para definir una identidad que aúna conceptos distintos: maltrato, malos tratos, abusos, negligencia o abandono. Nos gusta la definición de la Primera Conferencia de Consenso  sobre el Anciano Maltratado, celebrada en España en 1995. Se acordó entonces definir el maltrato al anciano como: “Cualquier acto u omisión que produzca daño, intencionado o no, practicado sobre personas de 65 y mas años, que ocurra en el medio familiar, comunitario o institucional, que vulnere o ponga en peligro la integridad física o psíquica, así como el principio de autonomía o el resto de los derechos fundamentales del individuo, constatable objetivamente o percibido subjetivamente"

Nuestro trabajo se centra en el maltrato institucional y, dentro de él, en el que se percibe en las Residencias Geriátricas. Abarcamos, pues, un aspecto parcial de este problema.

Maltrato institucional 

El maltrato institucional se refiere a cualquier forma de abuso que se da en servicios dirigidos a los ancianos.

¿Cuales son las dimensiones del Problema? ¿Es solo maltrato las formas de violencia física o psíquica o también debemos considerar maltrato institucional la falta de recursos asistenciales que la ciudadanía padece como consecuencia de una crisis que se ha hecho pagar a las amplias mayoría sociales?

El impacto de la crisis y de las políticas de austeridad en las condiciones de vida de las personas mayores es claro. Es precisamente en el aspecto socio-sanitario y en pensiones donde se han centrado una buena parte de los recortes. Nuestro país se ha caracterizado por tener un Estado de Bienestar raquítico si lo comparamos con los países de la Unión Europea. Quieren sustituir el Estado del Bienestar por un Estado de Beneficencia.

Residencias  sociosanitarias (geriátricos)

  1. La población de España que reside en viviendas colectivas alcanza las 444.101 personas, según los datos de los Censos de población y viviendas de  2011, lo que supone un incremento del 90,3% respecto a la contabilizada en 2001. 

  2. Del total de personas que residen en viviendas colectivas, el 60,9% vive en Residencias de personas mayores, lo que nos habla de un número importante de ancianos institucionalizados.

  3. En las Residencias de mayores residen 270.286 personas, con una proporción de 2,18 mujeres por cada hombre.

  4. La mayoría de las Residencias Geriátricas son de titularidad privada-concertada, no existiendo una oferta de Residencias Publicas suficiente para la demanda. Hemos asistido a una creciente privatización del sector.


Algunos datos reveladores

 

Residencias privadas

Residencias públicas

Sin datos

Total

Total

72,56%

26,82%

0,62%

100%

Atención al anciano y Residencias Sanitarias

Lo primero con lo que nos topamos es con una dificultad a la hora de acceder a la información. No hay estudios en nuestro país sobre la dimensión del maltrato en las Residencias de Ancianos. La Sociedad Española de Medicina Familiar y la Sociedad Española de Geriatría dicen lo siguiente.

    1. No hay voluntad política de abordar el problema No disponemos de una legislación específica de protección de las personas ancianas frente a los abusos y, sobre todo, de una legislación que proteja a las trabajadoras denunciantes frente a las represalias de la Empresa.

    2. Las Residencias operan  con total opacidad amparadas en la política de favores practicada por el PP, al tiempo que aumenta en 100€ el coste para cada residente (2).

    3. Se pone en manos de la Iniciativa privada la creciente necesidad de dar cuidados a una población anciana necesitada de ellos y al  tiempo que las empresas privadas de las Residencias reciben una suculenta subvención pública. Por decirlo claramente, la empresa se ocupa de los cuidados de hostelería y otros, que no están reglados, y la subvención publica se encarga de costear los cuidados médicos, derivados muchas veces de una atención deficiente.

    4. Observamos que la atención médica simplemente no esta regulada. Los Ancianos en las Residencias cuentan con una sanidad y una atención médica distintas de las que tienen otros ancianos que no están en una Residencia. Hay Residencias que disponen de un médico o de una médica y otras en las que la atención la reciben desde el centro de salud mas cercano.

    5. Las Residencias en muchos casos aplican “protocolos medico sanitarios” que difieren de los que rigen para la población anciana no instititucionalizada, y no cuentan con avales científicos que los justifiquen. Esto implica, por ejemplo, el empleo sistemático de cremas cuyo coste se le carga al familiar. O el uso indiscriminado de sujeciones (3).

    6. En muchas Residencias el acceso a la medicación está restringido a Guías de Intercambio Terapéutico(GIT) que solo tratan de ahorrar costes en la medicación y en modo alguno mejorar su prestación. Con frecuencia se retira a los ancianos la medicación con la que ingresan y pasan a tomar otra distinta, teniendo que pagar la que no aporte la GIT.

    7. La opacidad de las Residencias es escandalosa: no informan del número de Úlceras, ni de cuántos residentes derivan al Hospital, ni de los  motivos del traslado. Sería interesante que se publicasen cuántos se derivan por broncoaspiración, o deshidratados, o con efectos secundarios de los psicofármacos. No informan del número de caídas, no publican cuantos residentes están con sujeciones y cual es su criterio… Practican las más de las veces una política defensiva de la dirección del centro. Por ejemplo, se utilizan medidas de contención no por un criterio medico de salvaguarda del enfermo sino para cubrir las deficiencias y carencias de personal, y así en multitud de aspectos. Lo mas indignante es que las autoridades de la Administración Local son conscientes de estas carencias pero miran para otro lado en vez de mantener una vigilancia que tenga como objetivo la protección integral del residente, del anciano institucionalizado.

***

Estamos ante una causa olvidada.

A  partir de los 90 años, el 11,8% de los hombres y el 18,1% de las mujeres viven en Residencias. Es decir, que existe un numero creciente de ancianos institucionalizados y los cuidados de la mayoría son gestionados por la iniciativa privada. Por otra parte constatamos, al igual que otros estudios, que gran parte de los cuidados no forman parte de los “estándares de cuidados geriátricos” y reciben cuidados medico-sanitarios que no están regulados ni bajo supervisión.

 

Faltan marcos legales e instrumentos legales apropiados para responder a los malos tratos en las personas mayores. Como en casi todos los aspectos de la vida, la voluntad política es fundamental. Los recortes se han cebado en la parte mas débil de nuestra sociedad: nuestros mayores, las personas dependientes. Es tiempo de recuperar un enfoque que sitúe la cuestión de las desigualdades, y no sólo el crecimiento, como el principal problema para conseguir el bienestar de la inmensa mayoría de la población. Es tiempo de recuperar una mentalidad igualitaria, capaz de encontrar significado en la sociedad actual a los tradicionales valores de libertad, igualdad y fraternidad.

Ya es hora de abandonar las políticas de austeridad, porque ni son útiles ni necesarias para superar ninguna crisis, y de pensar y poner en marcha políticas capaces de gestionar el nuevo contexto en el que nos encontramos, recuperando mayores cotas de igualdad, mayor bienestar y mas oportunidades para todas las personas.
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(1) Hay numerosas teorías sobre el envejecimiento humano, algunas de ellas interesadas, que han llevado a plantear ideas sobre lo insostenible que es la atención a la vejez o incluso el sistema de pensiones. No vamos a tratar aquí de este tema, sin duda interesante.
(2) Además, las Residencias aparte de cargar a los internos un gasto que puede suponer algo más del 75% de sus pensiones, cobrarles por conceptos tales como peluquería, traslados al hospital, pedicura o uso de cremas, etc., muchas veces aun contradiciendo la indicación médica. Por ejemplo, el corte de uñas a diabéticos. En ocasiones se emplean  cremas de pago cuando las hay subvencionadas por el Sistema Sanitario. Aumenta así lo que han de abonar las personas mayores sin que nadie controle la emisión y las razones de estas facturas. 
(3)http://www.elsevier.es/es-revista-revista-espanola-geriatria-gerontologia-124-articulo-accidentes-asociados-al-uso-restricciones-13141823

Referencias

1. OMS, “Informe Mundial sobre la violencia y la salud. El Maltrato a las personas mayores”, 2003. Cap V., pp135-136.
2. Rueda, D.; Martín, J.: ”El maltrato a personas mayores. Instrumentos para la detección del maltrato institucional”, España, 2011, pp.7-33. ISSN 1133-0473. Disponible en http://rua.ua.es/dspace/bitstream/10045/18708/1/ Alternativas_18_01.pdf
3. OMS: “Declaración de Toronto para la prevención global del maltrato a las personas mayores”. Ginebra, 2002.
4. Álvarez, C.: “Crisis Intergeneracional y anomia cultural. La marginación y maltrato al anciano”, en: Procuraduría delegada para la defensa del menor y la familia, Memorias del Foro Nacional sobre Tercera edad “Hacia una política de participación de los viejos”, Bogotá,1997.
5. Cit. por OMS: “Maltrato de las personas mayores”, 2002. p.137.
6. OMS, INPEA: “Voces ausentes. Opiniones de personas mayores sobre abuso y maltrato al mayor”. Revista Geriatría y Gerontología, 2002. V: 37, núm. 6. pp. 319-31.
7. Tamara Alonso Galnares, Directora: Dña. Cristina Castanedo Pfeiffer, El maltrato en la vejez ¡Hoy puede ser un buen día!
8. Vicenç Navarro, Juan Torres López, Alberto Garzón Espinosa, ¿Están en peligro las pensiones públicas?
9. Las cuestiones clave de la sanidad pública: un diagnóstico comparado de los Sistemas Públicos Sanitarios de España y el Reino Unido, Madrid, Fundación 1º de Mayo, Colección Estudios, nº 54.
10. Guía de actividad empresarial. Residencias de la tercera edad.
11. Adelia de Miguel Negredo, Indicadores de negligencia y maltrato en ancianos.
12. Observatorio Social de las Personas Mayores 2014.
13. Informes Foessa (varios).
14. Sociedad Española de Geriatría y Gerontología, Estándares de Calidad en Geriatría.