Agustín Unzurrunzaga
De Noruega a Italia, pasando por Alemania. Asesinatos
de la extrema derecha en Europa

(Hika, 226, enero-febrero de 2012).

El 22.de julio de 2011, Anders Behring Breivik, asesinaba a 93 personas en Noruega, la mayoría jóvenes militantes del Partido Laborista de Noruega. Primero colocó una bomba en Oslo y, acto seguido, se trasladó a la isla de Utoya donde disparó de forma indiscriminada contra los jóvenes socialdemócratas allí reunidos.

¿Un loco? Sí, sin duda. Pero también bastante más eso: una persona de extrema derecha dispuesto a llevar hasta sus últimas consecuencias lo que pensaba sobre la sociedad en la que vivía. Una persona lo suficientemente lúcida como para dar a su acción un concreto sentido político, acorde con su ideología de extrema derecha, para identificar a unos grupos sociales y políticos concretos contra los que ejercer su acción criminal.

El 13 de diciembre de 2011, Gianluca Casseri, de 50 años, de Florencia, bajó de su casa armado con una pistola magnun 357, y se puso a disparar contra varios vendedores ambulantes senegaleses. Mató a dos de ellos e hirió gravemente a un tercero. Perseguido por la policía, se refugió en un parking y se suicidó.

Como en el caso anterior, más allá de la locura, nos encontramos con una persona de extrema derecha que, en este caso, comete un crimen abiertamente racista.

A mediados de noviembre de 2011, de forma más o menos casual, se descubre que dos personas que aparecieron muertas, aparentemente suicidadas con sendos disparos en la cara, en una caravana en Eisenach, Uwe Böhnhart y Uwe Mundlos, eran en realidad militantes de un grupo de ideología neonazi y autores de diversos asesinatos cometidos contra inmigrantes desde el año 2000. Se les atribuyen como mínimo diez asesinatos, nueve correspondientes a personas de origen extranjero, fundamentalmente dueños de pequeños comercios o negocios de hostelería, y uno correspondiente a una agente de la policía.

En este caso no se trata de solitarios perturbados que dan rienda suelta a sus odios racistas o delirios de caballeros templarios, sino de gente organizada, de ideología neonazi que, aparte de otras actividades, comete asesinatos contra personas de origen extranjero afincadas en Alemania y, lo que parece más grave, con la connivencia o el mirar para otro lado de la policía secreta alemana.

Lo común y lo diferente. Lo común, que todas ellas son personas pertenecientes de una manera u otra al mundo de la extrema derecha en Europa occidental, una nebulosa amplia, compuesta por muchas corrientes, y por organizaciones de tamaños, influencia y manera de actuar muy diversos.

La familia ideológica de eso que llamamos extrema derecha, es muy amplia y compleja. Y se complica un más cuando en el campo de análisis incluimos a la extrema derecha que actúa en los países del antiguo bloque soviético.

En los tres ejemplos de actuaciones extremas que hemos citado más arriba, de personas que han atentado y causado muertes, son perceptibles esas diferencias.

Anders Breivik se sitúa en el interior del universo cristiano, es abiertamente islamófobo, no es judeófobo, y se concibe a sí mismo como una especie de moderno caballero templario presto a defender a las poblaciones indígenas de Europa frente a la jihad mundial, y actúa con las pautas de un “lobo solitario” (1). En sus escritos dice: yo creo que el cristianismo es esencial por razones culturales...es la única plataforma cultural que puede unir a todos los europeos, plataforma que será necesaria en el futuro, durante la tercera expulsión de los musulmanes. (2083, pag. 1362. Citado por Jean-François Meyer, Terrorismo en Noruega: la religión de Anders Breivik).

Gianluca Casseri pertenecía o colaboraba con la asociación neofascista italiana Casa Pound, que coge su nombre del poeta fascista norteamericano Ezra Pound, y que se presenta como una asociación de tipo socio cultural que reivindica y difunde un fascismo para el tercer milenio. La primera Casa Pound se constituyó en Roma en el año 2003 y luego se ha extendido por otras ciudades de Italia. La Casa Pound se coloca, dentro del espectro de la extrema derecha, en la corriente nacionalista revolucionaria (2).

Gianluca Casseri había publicado diversos artículos, un ensayo de interpretación titulado Drácula el guerrero de Wotan, una novela fantástico-esotérica titulada La llave del Caos y un ensayo titulado Los protocolos del sabio de Alejandría, publicado en el año 2011, y en el que se critica y ataca el libro de Umberto Eco, El cementerio de Praga. En sus artículos se aprecia la influencia de uno de los pensadores fascistas italianos más influyentes, Julius Evola (3). Como señala David Bisson, “sus artículos retoman los dos principales temas del doctrinario italiano: en el plano metahistórico, Europa no hunde sus raíces en la religión cristiana, sino en el paganismo antiguo y, todavía más allá, en los más antiguos textos del hinduismo (los Vedas); en el plano metapolítico, la verdadera lucha opone a los mantenedores de la tradición contra los representantes de la Modernidad, a los garantes del Orden contra los agentes de la Subversión. Esta superestructura ideológica, esotérica, hace de Casseri un tradicionalista evoliano, es decir, un tradicionalista pagano que cree en una visión apocalíptica de una Europa víctima de la herejía cristiana y de la subversión moderna”. (David Bisson, Gianluca Casseri, ¿el Breivik toscano?).

A diferencia de Breivik, que reivindica el cristianismo como referencia cultural fundamental para combatir a los musulmanes en Europa y a quienes con sus políticas permisivas facilitan su asentamiento (los laboristas noruegos, en su caso), y expulsarlos de Europa, Casseri se sitúa en la corriente que reivindica el paganismo como fundamento de Europa y en el antimodernismo evoliano. En su último texto, en el que critica la novela de Umberto Eco, resuenan los ecos del complot judeo-masónico y del negacionismo. Breivik no es negacionista. En su desbocado racismo antimusulmán, se coloca al lado del Estado de Israel. Otras corrientes de la extrema derecha europea, en su desbocado antijudaismo, se suelen colocar al lado de los palestinos, a los que consideran aliados estratégicos en su lucha contra esa raza que el genocidio nazi no pudo destruir.

En el caso que comentamos de Alemania, se trata de un grupo neonazi, el Nazionalsozialistischer Untergrup. Los grupos neonazis alemanes suelen ser violentamente homófobos, racistas, antisemitas y negacionistas. Para Jean-Ives Camus, se podría decir, simplificando, que el neonazismo “es el fascismo más el antisemismo y el racismo. Incluso, precisando un poco, podríamos decir que el nazismo (que los neonazis retoman), es la concepción fascista del Estado más la “visión del mundo” nazi: antisemitismo, imperialismo racial, superioridad de la raza “blanca”, etc. Históricamente, ha habido un fascismo genérico, es decir que ha habido diversas experiencias fascistas, adaptadas a los contextos nacionales (sobre todo en Italia y en Hungría), pero una sola experiencia nazi, en Alemania...Para el jurista nazi Carl Schmitt...el fascismo se distingue del nazismo en dos puntos: “la primacía del Estado sobre el partido” y “la ausencia del problema de la raza” (Jean-Ives Camus, Le neo-nazisme allemand aujourd´hui).

Lo que hay de común, pues que más allá de las diferencias en las referencias de cada uno, civilización cristiana, paganismo antiguo u organización activista que actúa violentamente contra extranjeros no blancos, han dado el salto de pasar de las palabras a los actos y producir muertes. Los escritos de Gianluca Casseri aparentemente no daban pie para pensar que podía darse ese paso al acto, a un acto racista que causase muerte. Pero el paso se dio.

Las ideas y las políticas de la extrema derecha en Europa. Más arriba hemos comentado tres casos recientes, extremos, aunque no hay que olvidar que el goteo de actos violentos cometidos por personas que militan en ese mundo es antiguo, y tiene una cierta continuidad en el tiempo, incluido en los países escandinavos. A veces parece que esos países escandinavos, con su estabilidad política y su grado de bienestar comparativo, tendrían que estar al margen de estas historias, pero no es así. La eclosión de la novela negra de esos países, con una fuerte trama social y política, es una buena muestra de ello.

De todas formas, hay que señalar que bajo esa etiqueta un tanto imprecisa de extrema derecha, se agrupan partidos y organizaciones diversas, incluso muy diversas, aunque entre ellas también hay muy diversos espacios de contacto y de relación política. Su implantación también es diversa, aunque la circulación de sus ideas y las respuestas que dan a algunos de los problemas con los que se enfrentan las sociedades europeas sea relativamente fluida.

Algunos de esos partidos y organizaciones provienen de la extrema derecha histórica, con relación directa con el nazismo o con el fascismo, o con el colaboracionismo vichista. Pero otros no tienen ese poso, como la UDC suiza, que en su origen es un partido agrario conservador, o el PVV de Holanda, cuyo principal dirigente, Geert Wilders y otros cuadros políticos, provienen del Partido Liberal holandés. Los grupos neonazis suelen ser violentamente homófobos y antisemitas, pero nada de eso encontraremos en el PVV holandés, que centra una buena parte de su actividad política en la denuncia del islam y de la islamización de Europa, terreno en el que también ha sacado muchos réditos políticos la UDC suiza. Y si cogemos al Frente Nacional francés, nos encontraremos de todo. Entre otras cosas, un componente católico ultraconservador, unos fortísimos resabios antisemitas y, últimamente, un creciente antiislamismo.

¿Representan partidos como el PVV o la UDC una especie de zona gris, intermedia entre la extrema derecha de corte más clásico y ligada de una u otra manera a un pasado fascista o nazi, y las derechas democráticas, conservadoras? ¿Van a situarse en ese terreno otros partidos con una presencia electoral relevante? ¿Pueden darse en más sitios evoluciones como la del MSI italiano, partido neofascista fundado en 1946, al poco de acabar la guerra, que se transformó en Alianza Nacional en 1995, y poco a poco se ha ido convirtiendo en un partido conservador democrático? Está por ver, pero hay que seguir la pista.

Tampoco en su tamaño, implantación y presencia electoral son iguales, lo que en parte les obliga a ajustar las temáticas que abordan y como las abordan. Lo podemos ver en los esfuerzos que está haciendo Marine Le Pen por aparecer ante el electorado francés como algo que no se desengancha de todo lo el Frente Nacional ha sido y es, pero que, a su vez, es algo nuevo, con un lenguaje nuevo y temas nuevos.

De todas formas, podemos señalar algunos puntos que tienen en común:

- Su oposición a la inmigración extracomunitaria y a ciertas categorías de la comunitaria, como los Roms de Rumanía y Bulgaria.

- Su oposición a lo que pueda sonar a multiculturalismo, que lo suelen considerar como algo que permite la construcción de comunitarismos opuestos una identidad nacional de fuerte contenido étnico. En la práctica, es una posición contraria a la presencia en el territorio nacional de personas extranjeras no europeas y cristianas.

- Su oposición a la presencia del Islam en Europa, tanto en su faceta religiosa como cultural. Se oponen directamente al Corán, no a las lecturas que los islamistas hacen. Se niega la totalidad.

- Su manera de concebir el nacionalismo y la identidad nacional, opuesta a una concepción contractual de la nación, de ciudadanos y ciudadanas, plural.

- Su oposición a una democracia representativa descarriada, y su apuesta por una democracia directa que permitiría gobernar según el buen sentido del pueblo.

- Su voluntad de distinguirse, de singularizarse frente a una derecha clásica gangrenada por lo que consideran relativismno cultural, la corrección política y la permisividad frente a la inmigración extracomunitaria.

- Su reivindicación de una derecha desacomplejada, ideológicamente ofensiva, que promueva una identidad nacional que rompa con las tradiciones contractualistas de la nación.

- En el plano económico suelen ser defensores de las posiciones neoliberales fuertes. A su vez, se colocan como defensores de las capas más desfavorecidas, donde consiguen porcentajes importantes de votos. Esa actuación contradictoria la suelen resolver invocando la preferencia nacional, bien sea en el marco regional, en el de un territorio considerado nación sin Estado, o en el marco de un Estado nacional.

- La prioridad nacional, la preferencia nacional, les permite hacer el discurso de que las ventajas (prestaciones sociales, sanidad, educación, acceso al trabajo, etc) se conservarán para los de casa, para los iguales en lo nacional, para los nacionales de origen. Las personas extranjeras quedarían así total o parcialmente excluidas.

Siguiendo una vez más Jean-Ives Camus, “De las nociones que hemos dicho constituyen el núcleo duro ideológico, común, (o casi) a todas las formaciones de extrema derecha, además del nacionalismo y el populismo, que son compartidos por partidos que no pertenecen a familias derechistas, una nos parece que está en el corazón del sujeto: es la institucionalización, por ley, de prácticas discriminatorias contra grupos étnicos, raciales o religiosos, en razón de su diferencia. En este punto, la actualidad europea nos da buenas razones para pensar que la extrema derecha conserva, sin duda con nuevos oropeles, un futuro” (Jean Ives Camus, L´Extreme droite: une famille ideologique complexe et diversifiée).

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1.-El modo de actuar de Anders Breivik se asemeja mucho a la táctica del “lobo solitario”. Según señala el historiador francés Nicolás Lebourg, “La táctica del lobo solitario fue inventada por el americano Joseph Tommasi en 1974, cuando fundó el gropúsculo National Socialist Liberation Front. Con el “Lone Wolf” Tommasi quería transformar la debilidad de los neo-nazis en fuerza. Dado que la extrema derecha radical no contaba con apoyo popular; dado que el Gobierno de los Estados Unidos no es más que un señuelo tras el que se esconde el ZOG “Zionist Occupation Government” (el Gobierno de Ocupación Sionista); dado que cualquier militante de extrema derecha podía ser un espía del Gobierno o un agente sionista, había que pasar a un terrorismo individual. Así no habría riego de fuga ni traición: se actúa solo, encargándose individualmente de llevar a cabo una acción terrorista. Tommasi fue asesinado en 1975.
2.- Recientemente, el periódico Público daba la noticia de que varios representantes de la Casa Pound iban a dar varias conferencias en Castellón.
3.- Julius Evola, escritor fascista italiano que falleció en 1974, autor de Rebelión contra el mundo moderno, donde da rienda suelta a su tradicionalismo. Después de la II Guerra mundial y de la derrota del fascismo y del nazismo, Julius Evola se convierte en un autor de referencia en la recomposición de la extrema derecha europea.