Alejandra Álvarez Suárez
Comunidades no musulmanas en Siria
(Página Abierta, 229, noviembre/diciembre de 2013).

  Reproducimos en estas páginas la introducción y algunos fragmentos del inicio del capítulo I del libro Comunidades no musulmanas en un entorno musulmán. La pervivencia del modelo otomano en la actual Siria, Madrid: CantArabia Editorial,  2013, 302 páginas [*].

La forma en la que las comunidades no musulmanas se integran en los modernos Estados árabes sigue siendo en la actualidad un tema de estudio poco explorado; a ello hay que añadir que el acercamiento teórico a esta cuestión se ha visto influenciado por los dos posicionamientos políticos que, acerca de este problema, prevalecen en la zona. Por un lado está la perspectiva islamista, que defiende el retorno a la ’umma, en la que los no musulmanes verán salvaguardados sus derechos gracias al pacto de la dimma, con las mismas garantías de libertad y justicia que el profeta del islam prometió a las gentes del Libro. Frente a este planteamiento está la alternativa que aborda la cuestión desde una visión nacionalista basada en la unidad lingüística e histórica de los árabes, en la cual las diferencias religiosas deben ser dejadas de lado en aras de un proyecto político común.

En los países árabes surgidos del antiguo Imperio Otomano, estos dos planteamientos, aunque sean radicalmente tan diferentes, sí coinciden sin embargo en denostar ese pasado. Los islamistas ven el dominio de los sultanes como una época en la que la abdicación ante principios de inspiración no islámica acabó llevando hacia la decadencia al mundo árabe musulmán. Por su parte, los nacionalistas árabes consideran el dominio otomano como una lacra histórica que es preferible olvidar pues, durante ese período, se ejerció sobre los territorios árabes un imperialismo opresor que prefiguraría la política de Occidente y que impidió el progreso de la sociedad árabe hacia la modernidad científica, política y social.

En un país como Siria, las referencias positivas al pasado otomano parecen reducirse únicamente a ciertos logros artísticos y arquitectónicos de ese período, mientras que los avances se atribuyen indefectiblemente, o bien a la época del Mandato, o al mérito del nuevo Estado árabe, laico y nacionalista. Por lo demás, la visión occidental tampoco ha ayudado a modificar esta apreciación: en este sentido, no es infrecuente encontrar trabajos en los que se simplifica el panorama social de estos países; para muchos pensadores de nuestro entorno, la contraposición entre el Occidente moderno y el Oriente ancestral se atribuye frecuentemente a la etapa otomana.

Teniendo en cuenta este contexto, y centrándose en la República Árabe de Siria –un Estado surgido del antiguo Imperio Otomano–, el objetivo de la presente investigación es demostrar que la actual organización de las comunidades no musulmanas de este país depende del modelo otomano. Dicho modelo, basado en el tardío sistema del millet, sobrevivió incluso a la desaparición del mismo imperio, fue adaptado a las nuevas circunstancias durante el Mandato francés y pervive en el actual Estado baazista sirio.

Evidentemente, la institución otomana no ha pervivido inalterada en el tiempo; cualquier intento de igualar la situación actual con la pasada acabaría en un fracaso. Sin embargo, la continuidad del sistema otomano se hace evidente en la existencia de paralelismos que no pueden atribuirse a meras coincidencias organizativas: concretamente me refiero a que tanto el modelo actual como el de la época del Mandato francés dan soluciones similares a las ideadas por los otomanos para afrontar el reto que supone coordinar una sociedad pluralista desde el punto de vista religioso, organizando tal sociedad según criterios predominantemente confesionales, reconociendo una personalidad jurídica a determinadas taifas (1) religiosas, concediendo un estatuto personal a los miembros de las mismas y una autoridad especial a sus representantes, según la tendencia típicamente musulmana de afrontar el derecho del individuo solamente en cuanto miembro de una comunidad.

La elección de Siria como objeto de este estudio se debe a dos motivos: en primer lugar, este país es probablemente uno de los más heterogéneos religiosa y socialmente hablando dentro del contexto árabe levantino. La diversidad que la caracteriza es una de sus notas distintivas desde tiempos premodernos y contrasta con el panorama cada vez más homogéneo que actualmente puede encontrarse en otros Estados árabes musulmanes. A la presencia e influencia social de los grupos cristianos –repartidos en doce taifas diferentes– y a la pervivencia simbólica de un determinado número de judíos, debe añadirse la diversidad étnica: la mayoría de la población del país es árabe, aunque también hay una significativa minoría kurda, armenia y arameo-siríaca.

Otras poblaciones que se instalaron allí durante el período de dominio otomano son los circasianos, albaneses, bosnios, búlgaros, turcos, chechenos y gitanos. La principal lengua de comunicación es el árabe, aunque también se hablan, entre otras, el kurdo, el armenio, el arameo siríaco y el turcomano. En todo este contexto, el modo de organización de esta sociedad pluralista ha pervivido a los diferentes modelos políticos que se han ido sucediendo en la zona. En otras palabras, son los modelos políticos los que se han adaptado a esta sociedad, y no al revés. El segundo motivo por el que se ha elegido Siria es el deseo de comprender la organización social de un país en el que he estado viviendo ininterrumpidamente durante unos años; de hecho, la problemática que abordaré se ha acercado a mí y no al contrario durante mi trabajo como profesora en la Universidad de Alepo.

El objeto de esta investigación, es decir, establecer hasta qué punto existe una dependencia del modelo otomano en la actual organización de las comunidades no musulmanas de Siria, puede considerarse novedoso dentro del panorama de los estudios relacionados con el mundo árabe contemporáneo; otros autores se han acercado a la problemática de las comunidades no musulmanas en el mundo árabe levantino, es decir, el perteneciente al ámbito del Mediterráneo oriental, aunque desde perspectivas diferentes. En este sentido, no existe en la producción bibliográfica una obra que abarque, desde la perspectiva propuesta, todo la que se va a desarrollar en la presente investigación.

En referencia a los trabajos doctorales precedentes, conviene destacar, por orden cronológico, la tesis defendida el año 2000 por Ignacio Gutiérrez de Terán, Las relaciones interconfesionales en Líbano y Siria desde las Tanzimat hasta nuestros días (Universidad Autónoma de Madrid, Departamento de Estudios Árabes y Orientales). Partiendo de un esquema muy ambicioso, Gutiérrez de Terán abarca un amplio y heterogéneo territorio como objeto de estudio (Siria y Líbano). El objetivo principal de su investigación es sopesar la influencia del factor confesional en la conformación de las sociedades árabes levantinas, intentando presentar una panorámica general de la cuestión en estos territorios. Su método de investigación es eminentemente histórico. Las principales diferencias con la presente obra son que Terán, conscientemente, evita profundizar en el problema entre Estado y religión en el Oriente Próximo, centrándose en la relación entre comunidades y limitándose a mencionar los orígenes del confesionalismo (el sistema del millet otomano) en las páginas iniciales (Gutiérrez, 2003).

Además está la tesis doctoral de David Grafton, Muslim opinions of the political rights of christians. A case study of the lebanese ulema (Center for the Study of Islam and Christian-Muslim Relations, Universidad de Birmingham, 2001). Como se indica en el título, el estudio se centra en el caso libanés. Además de esto, existen diferencias sustanciales con respecto al presente trabajo: la primera parte de la obra de Grafton está dedicada a analizar los derechos políticos de los cristianos tal y como aparecen reflejados en la jurisprudencia islámica medieval. Por otro lado, Grafton dedica la parte central de su tesis a presentar la historia del moderno Líbano. Por último, estudia la opinión que los ulemas libaneses de la época de la guerra civil tienen acerca de la participación de los no musulmanes en la actividad política del Estado (Grafton, 2003).

En 2003, el damasceno Fawzi Mardam Bek defendió la tesis Die christliche Minderheit in Syrien (Philosophischen Fakultat der Rheinischen Friedrich-Wilhelms-Universität zu Bonn). Su trabajo está concebido como una enciclopédica descripción de los cristianos sirios, en la que pueden distinguirse varias partes: la historia de los cristianos en Siria y su situación jurídica general bajo dominio islámico, los distintos ritos existentes en Siria y los cristianos sirios en la época moderna, sus aportaciones al renacimiento cultural árabe, su relación con las potencias occidentales y los acontecimientos históricos relacionados con el final del Gobierno otomano y el comienzo del Mandato francés.

Por último, debe mencionarse la tesis de Benjamin Thomas White, The nation-state form and the emergence of ‘minorities’ in French mandate Syria, 1919-1939 (Oxford University, History Faculty, 2009), que aborda el concepto de minoría en el contexto de la época objeto de su estudio, y cómo éste fue utilizado por los franceses para organizar su política confesional en Siria. En la segunda parte de su investigación se tratan diferentes temas relacionados con la época del Mandato; de entre ellos, resulta especialmente interesante para el presente propósito el capítulo 6, en el que se describen los esfuerzos de los franceses por reformar el estatuto personal a fin de reestructurar el Estado según parámetros religiosos. En todo caso, la tesis de White no alcanza la época contemporánea ni tampoco se ocupa de los precedentes otomanos.

Para alcanzar los objetivos propuestos, este estudio se ha realizado utilizando métodos de investigación que pertenecen a diferentes disciplinas: el trabajo que se expondrá encaja en el área propia de la ciencia política, pues esencialmente se analiza de qué manera, dentro de un sistema estatal como el sirio, se gestiona la presencia de ciudadanos de confesión no musulmana a través de un estatuto personal jurídico, pero ha sido necesario emprenderlo utilizando un método multidisciplinar que permitiera proporcionar una visión lo más completa posible del tema investigado. Así, el lector observará que la información se aborda desde diferentes perspectivas: la filológica (con el análisis y el estudio de textos originales), la histórica (con la contextualización de la información en su marco histórico correspondiente), la sociológica y antropológica (incluyendo informaciones conseguidas gracias al trabajo de campo) y la jurídica (con la presentación y análisis de los textos legales relacionados con el objeto de estudio).

El desarrollo de la investigación se ha estructurado en siete capítulos: El primero de ellos ofrece una visión completa del panorama religioso de los no musulmanes en Siria. El capítulo 2 aborda la cuestión de la legislación islámica respecto a los no musulmanes, analizando la cuestión del sistema del millet como modelo organizativo frente a la institución de la taifa. Por su parte, el capítulo 3 expone los motivos por los que los modelos organizativos tradicionales entraron en crisis durante la época otomana, dando lugar a las reformas de las que surgiría una nueva estructuración confesional. Las consecuencias de esta crisis, materializadas en un nacionalismo que precedería y acompañaría al final del imperio, se exponen en el capítulo 4. El quinto está dedicado al Mandato francés y a la conservación y apuntalamiento del sistema confesional por parte de los nuevos gobernantes. El capítulo 6 se centra en la organización confesional en la República Árabe de Siria, entendida ésta como una herencia de las épocas anteriores. Por último, el capítulo 7 presenta la ciudad de Alepo como un ejemplo paradigmático de la organización confesional dentro de Siria.

(*) La reproducción de este texto debe contar con la autorización de la autora, Alejandra Álvarez Suárez y de CantArabia Editorial. www.cantarabia.org. E-mail: info@cantarabia.org.

(1) El término castellano taifa, en su segunda acepción (“bando, facción”) expresa con exactitud el significado de su étimo árabe en el contexto que aquí interesa (DRAE: II, 1933) y por eso se utiliza en este trabajo.

El mosaico religioso de los no musulmanes

Los no musulmanes de Siria constituyen un mosaico heterogéneo y diverso de religiones y tradiciones que, en un contexto mayoritariamente musulmán, fácilmente puede pasar desapercibido ante el espectador occidental. El motivo es que esta diversidad tiende a confundirse en medio de un entorno lingüístico y cultural común a todos los miembros de esa sociedad los cuales, salvo excepciones, hablan la misma lengua, comparten tradiciones folclóricas comunes y tienen similares gustos gastronómicos o artísticos. La rica diversidad religiosa de Siria ha llegado a desconcertar incluso a los distintos poderes que se han sucedido en ese territorio (Masters, 2001: 65), sin que ninguno de ellos haya podido evitar tener que hacer frente a la gestión de ese universo pluriforme.

Cuando se habla de no musulmanes en el mundo árabe levantino se suele dirigir automáticamente la vista a Líbano, un paradigma de sociedad organizada en torno a un sistema basado en el taifismo (ár. ta’ifiyya), en el que los diferentes grupos religiosos resultan muy visibles ya que disfrutan de una cuota de poder proporcional (EI2, X: 117). Sin embargo, la presencia de estos mencionados grupos religiosos es tan importante en Siria como en el país de los cedros, aunque en Líbano forme un tanto por ciento mayor en un territorio mucho más pequeño y con menos población. […]

Las comunidades no musulmanas sirias con estatuto propio aparecen enumeradas ya en la legislación procedente de la época del Mandato, la cual será heredada y desarrollada por el nuevo Estado sirio tras la independencia del país (EP: 18). Estas comunidades forman un grupo de trece taifas autónomas de las cuales doce son cristianas y una judía. Cabe observar que, en la legislación de los estatutos personales en Siria, las taifas católicas, independientemente de su tradición cultural, tienen un único estatuto personal para todas ellas (EPCat), mientras que los demás grupos conservan cada uno el suyo. Sin embargo, en este trabajo se ha optado por seguir otro criterio de exposición ya que el criterio meramente jurídico no permite conocer adecuadamente la idiosincrasia de cada una de las confesiones ni tampoco apreciar el peso histórico y político que cada una de estas taifas ha tenido en el desarrollo de la zona.

Establecida esta aclaración, resulta útil adoptar algún otro tipo de criterio clasificatorio que facilite la tarea de entender el mosaico del cristianismo en Siria. De todos los que pueden utilizarse, el teológico es uno de ellos; sin embargo, además de complicar este panorama no aporta una visión de conjunto y necesita de otros parámetros para poder completarse (litúrgico o lingüístico). Una organización más útil y sencilla es la que se apoya en el punto de vista de pertenencia a una tradición cultural. Según esta clasificación (Heyberger, 1994: 14) se puede hablar de 1) cristianos de tradición bizantina: rum ortodoxos y católicos, 2) cristianos de tradición siríaca: maronitas, siríacos occidentales (jacobitas y uniatas) y siríacos orientales (asirios nestorianos y caldeos católicos), 3) cristianos de tradición armenia: armenios ortodoxos, católicos y protestantes, y 4) cristianos de tradición occidental: católicos latinos y protestantes. […]