Elena Adrián

Juan Goytisolo.Memorias
Península. Barcelona. 2002
(Hika, 143/144zka. 2003ko apirila/maiatza)

Juan Goytisolo es uno de los principales escritores en lengua castellana vivos; y muy activo, tal como vemos por sus frecuentes artículos en la prensa (El País) y que ha publicado, en 2001, en Aguilar, Paisajes de guerra sobre Sarajevo, Argelia, Palestina y Chechenia.

Ha reeditado sus Memorias (Península, 2002). Se trata de la reedición de dos libros, publicados por Seix Barral, Biblioteca Breve, en 1985 y 1986, en dos tomos, con los títulos de Coto vedado y En los reinos de taifa.

Para quienes no hayan leído estos libros, urge la recomendación de que lo hagan, para conocer no sólo una de las peripecias vitales de una personalidad del siglo XX en la literatura en lengua castellana, sino para conocer, también, como consecuencia de los activos compromisos del escritor, retazos de los momentos más transcendentales de la historia reciente de España, de Europa y el mundo islámico.

El primer volumen (Coto vedado, 1985) comienza con el nacimiento de Juan Goytisolo en 1931, en Barcelona, en el seno de una familia burguesa, de origen vasco y balear, y llega hasta el exilio en París del escritor en 1956, cuando decide despedirse de España, tal como lo muestra a los lectores en la que va a ser su novela más importante y, quizás, una de las grandes novelas en castellano del siglo XX: Señas de identidad (1966).

A pesar de haber nacido Juan, como los otros hermanos Goytisolo (José Agustín y Luis) en Barcelona, nuestro escritor se considera una especie de apátrida o más bien moro, de nacionalidad cervantina. Es el único escritor en España, en varios siglos, conocedor del árabe. Así se nos presenta:

"Castellano en Cataluña, afrancesado en España, español en Francia, latino en Norteamérica, nesrani en Marruecos y moro en todas partes, no tardaría en volverme a consecuencia de mi nomadeo y viajes en ese raro espécimen de escritor no reivindicado por nadie, ajeno y reacio a agrupaciones y categorías. El conflicto familiar entre dos culturas fue el primer indicativo, pienso ahora, de un proceso futuro de rupturas y tensiones dinámicas que me pondría extramuros de ideologías, sistemas o entidades abstractas caracterizados siempre por su autosuficiencia y circularidad".

En Coto vedado el escritor va alternando los pasajes de su biografía, por orden cronológico, desde un punto de vista de escritura tradicional, con largos párrafos creativos, donde experimenta con nuevas formas expresivas, en las que predomina la ausencia de signos de puntuación en las frases, excepto sus peculiares dos puntos, que unen diversas ideas, técnica empleada por Juan Goytisolo en sus obras posteriores a Señas de identidad.

Su infancia fue un tanto infortunada. Muerte de su madre por un bombardeo franquista sobre Barcelona en la Guerra Civil. Posicionamiento de su padre y familia a favor del franquismo. Enfermedad de su padre. Los cuatro hermanos Goytisolo, Marta, José Agustín, Juan y Luis, crecieron asilvestrados y haciendo el papel de madre una criada, Eulalia. Estudios en colegios religiosos. Descubrimiento del sexo por la homosexualidad vergonzante de su tío abuelo y por sus culpables masturbaciones. Comienzo de sus estudios de Derecho por la ilusionante idea de hacerse diplomático y viajar. Tertulias literarias en su época universitaria. Traslado a Madrid, descubrimiento de la atracción sexual hacia hombres del pueblo. Regreso a Barcelona y primeros viajes a París.

Su formación en los colegios religiosos y en la Universidad de Barcelona, de la postguerra, la considera así:

"Mi promoción y las que le sucedieron fueron probablemente las más desmochadas y anodinas de nuestra miserable posguerra: los últimos rescoldos de resistencia se habían extinguido en medio del humo y ceniza de una paz mestiza y los primeros chispazos de rebeldía juvenil no habían brotado aún. Mi experiencia lamentable de los años de colegio se repetía así en la universidad: sin maestros ni orientadores, a menudo sin los libros que desesperadamente necesitaba –inaccesibles a causa de la censura o mi ignorancia cruel de otros idiomas–, mi educación intelectual y moral iba a realizarse de modo aleatorio y a trompicones, a la merced de encuentros, lecturas, conversaciones llevados a cabo fuera de las aulas. Autodidacta por obra de las circunstancias, me forjaría a solas una cultura desordenada y caprichosa cuyos efectos arrastraría hasta la treintena y de la que no lograría zafarme sino el día en que relajado ya definitivamente del medio barcelonés y español, empecé a revisar por mi cuenta los valores y normas que habían regulado hasta entonces mi vida sin las anteojeras ni prejuicios inherentes a toda ideología y sistema".

En 1954 concluye Juegos de manos, la deposita en las oficinas de la Editorial Destino y, con unas cartas de recomendación para unas tías residentes en la capital francesa y ante el escándalo de su católico padre, se va a París.

Frecuenta los cafés del Boulevard Saint Germain: el Old Navy, al que iban, entonces, escritores y artistas. El Mabillon, en el que brillaba el Campesino, ex general del ejército republicano. Posee un ansia de ponerse al día en cine, literatura, lo cual le lleva a las librerías del Barrio Latino, a la cinemateca.

En aquella época, ya en España, conoce a Rafael Sánchez Ferlosio y Carmen Martín Gaite. Desde entonces Juan Goytisolo ha profesado un gran aprecio por la actitud moral de Rafael Sánchez Ferlosio ante la escritura.

Antes y después de su segundo viaje a París, Juan Goytisolo frecuenta la amistad de personas del pueblo en el Barrio Chino de Barcelona. Recorre prostíbulos. Conoce a Raimundo, un hombre del pueblo, que le acompaña en sus correrías por el Barrio Chino. De ahí va a extraer el escritor el material para las novelas de su primera época, como La resaca. De frecuentar los ambientes más sórdidos de Barcelona nace su compromiso político y el espacio de sus primeras novelas.

Vuelve a París en enero de 1955, con la idea de vivir fuera de España. Primero piensa en conseguir la nacionalidad francesa, pero su compromiso político de filocomunista le hace sentirse español antifranquista.

En su siguiente viaje a París se dirige a la Editorial Gallimard, donde conoce a Monique Lange, que trabaja para dicha editorial, de la que se enamora y le hace decidirse a vivir en París:

"A mi llegada a París a primeros de octubre, me dirigí a la editorial Gallimard en donde Coindreau me había dado cita. Al entrar en el vestíbulo pregunté por él a la recepcionista: ésta me informó de que acababa de salir y me esperaba en su hotel por la tarde, pero que la secretaria del servicio de traducción deseaba verme. Aguardé excitado, apareció una mujer joven, tostada por el sol y con el cabello muy corto, de la que recuerdo con gran precisión la sonrisa. Monique Lange me dijo en un castellano aproximativo que su jefe Dionys Mascoclo quería conversar conmigo y me preguntó si hablaba francés".

Y conocer a Monique no supuso sólo enamorarse de una mujer, por primera vez, sino una posición privilegiada, como escritor en el extranjero, en París:

"...Monique, que había permanecido hasta entonces en un discreto segundo término, me preguntó si estaría libre para cenar con ella el día siguiente: he invitado también a Jean Genet, añadió al punto para convencerme. Le dije que sí y anoté sus señas, las de ese 33 Rue Poissonière que se convertiría pronto en mi refugio y querencia: el domicilio permanente que figura desde hace casi treinta años en mis documentos oficiales.

Según me relataría Monique después, Mascolo ha exclamado a mi salida de su despacho: "Este es el español que esperábamos desde hacía tiempo" y, enamoriscada de él e influida por sus ideas y opiniones, ella ha interpretado el comentario como una orden".

La relación con Monique termina con su incapacidad para relacionarse con las mujeres. Monique es íntima amiga de Jean Genet, a quien Juan Goytisolo conoce y que tanto va a influir en él, por su soledad, desprendimiento y falta de vanidad.

Juan Goytisolo vuelve a Cataluña para hacer el servicio militar, que le permita la difícil consecución de un pasaporte en aquellos años. Monique le visita, hacen el amor y descubre algo nuevo, la sexualidad con una mujer.

En los reinos de taifa (1986) es el segundo volumen de sus memorias, publicado al año siguiente de Coto vedado. En En los reinos de taifa nos cuenta Juan Goytisolo su peripecia vital desde que se instaló en París, en casa de Monique Lange en 1956 hasta el descubrimiento de su homosexualidad y su opción por el punto de vista magrebí y mudéjar para interpretar la cultura española. De ahí surgirá Don Julián (1970).

Instalado en París comienza su frenética actividad antifranquista:

"En las primeras y ajetreadas semanas de mi estancia en París entré igualmente en contacto con algunos exiliados españoles y viajeros procedentes de la Península situados entonces, en su mayoría, en la órbita del PCE: Tuñón de Lara, Antonio Soriano, dueño de la librería española de la Rue de Seine, Eduardo Haro Tecglen, Ricardo Muñoz Suay, Alfonso Sastre y Eva Forest, Juan Antonio Bardem".

Conoció, también, a Semprún y Claudín. Se asoció a la empresa de los Cuadernos de Ruedo Ibérico y creó la revista Libre.

De sus primeros viajes a Murcia y Almería data su pasión por el sur, que se plasmará en Campos de Níjar:

"La composición de Campos de Níjar cierra un capítulo de mi narrativa en relación a España.Escrito con cuidado extremo, a fin de sortear los escollos de la censura, es un libro cuya técnica, estructura y enfoque se explican ante todo en función de aquélla: empleo de elipsis, asociaciones de ideas, deducciones implícitas que si resultan oscuras a un público habituado a manifestarse libremente no lo son para quienes, sometidos largo tiempo a los grillos de una censura férrea, adquieren, como observara agudamente Blanco White, la viveza de los mudos para entenderse por señas. Alumno aventajado en el arte de dirigirme a los sin voz, conseguí la proeza de redactar una obra llena de guiños y mensajes cifrados a los lectores despiertos sin que los probos funcionarios del Ministerio de Información y Turismo –de la información al servicio de la imagen grata al turismo– pudieran agarrarse a nada concreto ni me quitaran un párrafo del que entonces me sentí orgulloso, una reflexión subsiguiente me convenció de que se trataba de un arma de doble filo, si se quiere, de una victoria pírrica".

En 1959 asiste, junto con intelectuales y políticos antifranquistas, al homenaje a Antonio Machado en Collioure. Este hecho y la organización de la Huelga Nacional Pacífica del 18 de junio hacen pensar a muchos antifranquistas que el régimen dictatorial va a caer.

Su status de filocomunista y sus conexiones con la prensa francesa irritan al régimen de Franco, que no estaba dispuesto a tolerar tales actitudes. Su obra, publicada en París, México y Buenos Aires, está rigurosamente prohibida en España. Se convierte en apátrida, vagabundeando por países musulmanes o por París, pero el París de los exiliados. Descubre a Blanco White, al que traducirá del inglés y prologará apasionadamente.

"...si eres escritor porque no puedes ser otra cosa, la escritura es un elemento esencial de tu vida, como pueden serlo, por ejemplo, tu origen familiar, tu lengua nativa, tu orientación sexual: profesionalizarte en cuanto escritor sería para ti tan incongruente y absurdo como hacerlo por el hecho de ser varón, barcelonés, expatriado, bisexual o moralmente gitano".

Como asesor de Gallimard y, debido al gran desconocimiento de la literatura española en Francia, contribuyó a la publicación de Valle-Inclán, Max Aub y Mercè Rodoreda. Aunque la contribución de Juan Goytisolo a la difusión de la literatura española era modesta, no lo entendía así la prensa franquista, que empezó a considerarle un aduanero. Le motejó de aduanero y, en cierto modo lo era. Más adelante, admitirá Juan Goytisolo que, en aquellos tiempos auspició más la publicación de escritores filocomunistas.

"Como no te cansas de decir, la única moral del escritor, frente a la que no cabe recurso alguno, será devolver a la comunidad literario-lingüística a la que pertenece una escritura nueva y personal, distinta en todo caso de la que existía y recibió de ella en el momento de emprender su tarea: trabajar en lo ya hecho, seguir modelos aceptados es condenarse a la parvedad e insignificancia por mucho que el escritor consiga así el aplauso del público: la obra de quien no innova podría no existir sin que su desaparición afectara en nada al desenvolvimiento de su cultura".

En su última estancia en Cuba, en julio de 1967, se desilusiona respecto al régimen castrista. Ocurre el affaire Padilla. Juan Goytisolo había conocido a Padilla y la confesión de éste, remedando a los intelectuales antiestalinistas, le hace cambiar de opinión respecto a un régimen con el que él se había solidarizado cuando la crisis de los misiles. En la primera edición de Señas de identidad en México, hay un capítulo en el que Juan Goytisolo explica su época de adhesión al régimen castrista, su estancia en Cuba.

En 1970 crea la revista Libre, antifranquista y anti movimientos dictatoriales en Hispanoamérica. La revista tendrá corta vida.

Por fin, en un barrio de París, Juan Goytisolo consigue tener relaciones sexuales con un inculto magrebí. El hecho de que su atracción por los hombres del pueblo adquiera un carácter sexual hará que ello amenace su relación con Monique. Monique aceptará la bisexualidad de su compañero y este nuevo territorio sexual del escritor le llevará al conocimiento del mundo árabe y a dar la vuelta a su creación literaria. De ahí el despedirse de España en Señas de identidad y el comienzo de un nuevo ciclo de escritura con Don Julián. De ahí en adelante, como proclama en Juan sin tierra su actitud será la de "...luchar contra tu propia lengua".

"El mismo día llegabas a Marraquech en vuelo inicialmente planeado para los dos pero que sólo tú realizaste: desvaída imagen del atardecer en el palmeral y la tierra ocre, insensible, en su estado de entonces, a la belleza, facundia e irradiación de una ciudad que en lo futuro te concederá el don magnificiente de la palabra. Encerrado en tu habitación del hotel, entre la Kutubia y Xemáa el Fna, vivirás momentos de soledad, exaltación y de rabia, consciente de haber roto la corteza de tu centro ardiente, llegado a la entraña de la que brota a borbollones el magma de escorias, materias abrasadas. La brusca y violenta jubilación, el nítido ramalazo destructor presentidos desde la infancia habían dejado de ser una visión sigilosa, acechante para hacerse reales: fuerza ligada a tu vivencia peculiar del sexo, gravitación animal de los cuerpos que debías asumir e integrar en tu conjunto textual con la misma desengañada lucidez y tranquila fatalidad en las que el bachiller de la Puebla de Montalbán fundó, para los amantes de la tragicomedia, las leyes recónditas de su íntima sustancial vulcanología".

Elena Adrián