Francisco Majuelo y José Sánchez
Elecciones andaluzas 2012. Resultado inesperado
(Página Abierta, 220, mayo-junio de 2012).
14 de mayo de 2012.

Las elecciones andaluzas celebradas el pasado 25 de marzo  han traído muchas sorpresas, empezando por contradecir casi todos los sondeos previos que pronosticaban mayoría absoluta del PP, idea que venía respaldada por su amplia victoria tanto en las elecciones municipales de mayo de 2011 como en las generales de noviembre. El PP lo tenía todo a favor, la corriente general, el hartazgo ciudadano tras 30 años de Gobierno socialista, los casos de corrupción y especialmente la vergüenza de los ERE, una tasa de paro insoportable, la división interna dentro del propio PSOE… Por tanto, la primera pregunta es qué ha pasado entre noviembre de 2011 y marzo de 2012 para que esta tendencia se haya frenado de manera importante. Las respuestas avanzadas en los estudios poselectorales son diversas: desde los que ponen el acento en un voto oculto del PSOE que no se manifestaba, a los que dicen que una parte del electorado del PP se ha confiado y no ha ido a votar.

Como se suele decir, las elecciones no se ganan, sino que se pierden, y el PP probablemente ha dejado pasar la mejor ocasión de su historia para formar Gobierno en Andalucía. Ha perdido votos en relación con las últimas elecciones, tanto las autonómicas de 2008 como las municipales y generales de 2011, que marcaron los mejores resultados de su historia.

Probablemente, la actuación del Gobierno del PP en estos meses ha sido decisiva para explicar el comportamiento electoral de los andaluces.

Por un lado, todo lo relacionado con la reforma laboral y las sucesivas manifestaciones de protestas, en las que ha habido mucha participación, empezaban a indicar que la salida a la crisis económica liderada por el Gobierno generaba alarma e inseguridad en la población y no era compartida por amplios sectores.

Por otro lado, los reiterados incumplimientos de las promesas hechas en su etapa de oposición, durante la campaña electoral y prácticamente desde el primer día de gobierno, como la subida de impuestos o las medidas restrictivas en sanidad, educación… han provocado desconfianza hacia este partido.

Por último, si a lo anterior sumamos una imagen del Gobierno del PP excesivamente radicalizado en sus posiciones ideológicas, al tomar decisiones no entendidas entre amplios sectores como lo relacionado con el aborto, la Educación para la Ciudadanía…, todo ello puede explicar la pérdida de votos y que se produjera una apreciable movilización de votantes socialistas, dudosos durante semanas, que hizo que finalmente el desplome del PSOE no haya sido tan importante como para otorgar la mayoría absoluta al PP y que no se haya producido un trasvase de votos del PSOE al PP, sino a IU y UPyD.

El PSOE también pierde votos de manera importante en relación con las autonómicas de 2008. Sin embargo, lo hace en una menor proporción a las elecciones generales de 2011 y consigue más votos que en las municipales. IU resiste al bipartidismo, y el voto útil esta vez se ha canalizado a esta formación. 

Se confirma una tendencia que se viene repitiendo en todas las elecciones: el peso tan importante que tiene el electorado de centro izquierda en Andalucía, aunque en esta ocasión ha bajado del 55% de los votantes, que era el límite en el que se venía situando hasta ahora. También el PP parece consolidar sus posiciones de centro, acortando las diferencias entre izquierda y derecha, lo que indica que probablemente estemos en los márgenes máximos que puede perder la izquierda y ganar la derecha. 

Además, las elecciones andaluzas tienen una lectura estatal, pues Andalucía frena lo que hasta ahora parecía un avance imparable de la derecha, generando esperanza más allá de nuestra tierra y numerosos insultos y opiniones vejatorias hacia los andaluces vertidas en ciertos medios de comunicación por los sectores más de derechas de este país.  

El Gobierno de PSOE e IU

Los resultados de las elecciones andaluzas, con mayoría absoluta de la izquierda, han permitido la consecución de un Acuerdo por Andalucía y la formación de un Gobierno de coalición PSOE-IU. El Gobierno de izquierda de Griñán tiene por delante una tarea compleja, difícil y llena de dificultades, con un Gobierno central que no se lo va a poner fácil. Esperemos que a estas dificultades no se añadan otras que puedan responder a divisiones dentro del PSOE (aunque en este caso parece que el liderazgo de Griñán ha salido bastante fortalecido) y de IU (de las que Gordillo, candidato de la CUT, es su expresión más notable y que no votó favorablemente la investidura de Griñán).

Recaen sobre ambas formaciones el compromiso de remar en el mismo sentido con un Gobierno que no acabe siendo Gobierno de compartimentos estancos; y, particularmente, sobre IU la responsabilidad en tareas que están relacionadas con algunos de los aspectos más criticables de los Gobiernos del PSOE (la corrupción, la transparencia, la austeridad y la buena gestión). 

Las características de este acuerdo aseguran un Gobierno estable, «un Gobierno único, con un único programa» basado en la “codecisión” (1). En tal Gobierno, IU contaría con la titularidad de tres consejerías (una de ellas con rango de vicepresidencia, Turismo-Comercio y Fomento-Vivienda) de las once que componen el Gobierno de Andalucía. El acuerdo ha sido ratificado en referéndum por las bases de IU. 

Como dijeron en la presentación del Acuerdo por Andalucía, tienen la responsabilidad de mostrar que es posible gestionar la crisis de otra manera a como lo está haciendo la derecha, con los márgenes que le deja Madrid y Bruselas, priorizando la defensa del Estado de bienestar, del Estatuto de Autonomía y un Gobierno comprometido con la austeridad y la ética en el ejercicio de lo público y la participación activa de la ciudadanía en el desarrollo y ampliación de la democracia. 

El documento incluye el siguiente decálogo: lucha contra el paro, nuevo modelo productivo, defensa de la protección social, defensa de la autonomía, defensa de la educación pública y la sanidad, avanzar en la democracia, sostenibilidad y cohesión territorial, Andalucía diversa e inclusiva, Andalucía para todas las personas en igualdad de condiciones, y relación con el Gobierno de España y la UE. Materias que quedan sintetizadas en la numeración explícita de 28 compromisos legislativos y 250 medidas que se apuntan en el texto. El documento concluye con un breve apartado de “Respuestas inmediatas para las demandas más urgentes” y aborda algunas medidas, cuya dotación presupuestaría provendrá de la reordenación del Presupuesto del 2012, en materia de:

· Empleo: plan de empleo en materia forestal, programa de apoyo al empleo en la rehabilitación de viviendas, ampliación del Plan de Oportunidades Laborales para intervención en edificios públicos, así como el estudio de medidas fiscales de estímulo de la contratación para trabajadores autónomos y la economía social.

· Defensa de las políticas sociales y por la inclusión social, que incluye la declaración de la defensa del Estado de bienestar, y la elaboración de un Plan Integral de Inclusión Social, que incluiría la percepción de una renta, vinculada al aprovechamiento de un programa formativo orientado a la inserción laboral.

· Defensa de la Autonomía: donde hablan de «respuestas políticas y jurídicas  para defender la aplicación del Estatuto de Autonomía para Andalucía».

· Profundización de la democracia: epígrafe declarativo acerca de mecanismos que refuercen «la capacidad y las formas de participación a todos los niveles de la esfera pública», reforma del Reglamento del Parlamento de Andalucía y mejora de los mecanismos de participación directa en el ámbito parlamentario (“Parlamento Abierto”).

Otros aspectos de interés que se abordan tienen que ver con la creación de un Instituto Público de Crédito Andaluz, una mayor progresividad en el sistema fiscal andaluz y la Ley Andaluza contra el Fraude Fiscal, la Ley de Transparencia, la defensa y mantenimiento de las prestaciones actuales del Servicio Andaluz de Salud, la reforma de la Ley Electoral, o el compromiso de promover la cooperación internacional sin abandonar el objetivo de alcanzar el 0,7%, entre otras (2).

Como documento programático presenta un carácter eminentemente declarativo, si bien su debilidad no proviene tanto de ese hecho como de que aborda cuestiones sobre las que la Junta de Andalucía o el Parlamento andaluz no tienen capacidad plena para decidir o es subsidiaria de las normas de la Unión Europea o del  Estado español. Como son las competencias que afectan al gravamen permanente de la riqueza, a la adaptación de la red ferroviaria andaluza o a la cuenca del río Guadalquivir. Además, en un contexto de recortes en las aportaciones del Estado y de limitación presupuestaria, la capacidad de maniobra respecto a las intenciones acordadas en la presente legislatura se verá afectada con toda seguridad.



(1) El País, 25-04-2012.
(2) Otras leyes que se pretende crear son la ley de fiscalidad ecológica, contra el fraude fiscal y social; la ley del estatuto básico de los empleados públicos; de reconocimiento y promoción profesional al profesorado; una ley contra el cambio climático, otra de energías renovables, y otra de espacios protegidos. También se harán nuevas leyes como la de movilidad sostenible, de igualdad de género y prevención de la violencia machista, de sostenibilidad sanitaria y servicios sociales, de atención al menor, ley de juventud. ley del deporte, ley de carta de derechos a la ciudadanía, ley de memoria democrática, y de transexualidad. Igualmente, se propone reformar la ley del Defensor del Pueblo y el Reglamento del Parlamento andaluz para aumentar la participación ciudadana y las comisiones de investigación.

F. M. y J. S.
Algunos datos electorales

Una particularidad de las elecciones andaluzas es que han sido convocadas sin coincidir con ninguna otra elección. Es la segunda vez que esto ocurre. La primera fue en las elecciones de 1990, y la participación fue menor: un 54,78%.

El PSOE ha obtenido en esta ocasión 47 diputados. Es la primera vez que pierde unas elecciones autonómicas andaluzas desde 1982, aunque seguirá gobernando en Andalucía en coalición con IU. A pesar de no haber ganado, mantiene una fidelidad de voto del 70%. Todo indica que la mayor parte de los votantes que le han apoyado en otras citas electorales y no lo han hecho el 25 de marzo se han quedado en casa; mientras que otra parte ha preferido apoyar a IU (unos 120.000) y a UPyD (alrededor de 90.000), y muy pocos al PP. El PSOE baja en diputados en todas las provincias andaluzas, pero saca más votos que el PP en Jaén, Huelva y Sevilla. Pierde Granada, Córdoba y Cádiz, más Almería y Málaga, en las que ya en las elecciones de 2008 había ganado el PP. Del mismo modo, baja en diputados en todas las provincias, salvo en Granada y Málaga. De los nueve diputados que ha perdido, seis han ido a parar a IU y tres al PP.

Desde el punto de vista territorial, el PSOE ha ganado en 554 municipios de los 711 que tiene Andalucía. Este partido tiene sus votos muy repartidos territorialmente, aunque el voto urbano y el del litoral siguen siendo su principal problema. Ha ganado en los municipios menores de 50.000 habitantes. En las ciudades medias obtiene el 17,2% de sus votos; ha sido el más votado en 27 de las 52 ciudades de entre 20.000 y 50.000 habitantes. Y en las de menos de 20.000 habitantes alcanza el 25% de los votos. En las 29 ciudades andaluzas de más de 50.000 habitantes consigue el 57% de sus votos (872.108) y sigue teniendo menos votos que el PP.

El PP ha cosechado 50 diputados, tres más que en 2008. Es la primera vez que gana unas elecciones autonómicas, aunque no por mayoría absoluta, y no gobernará en Andalucía. Mantiene la fidelidad del 90% de sus votantes; el resto parece haber optado, en su inmensa mayoría, por no acudir a votar. Pierde votos en todas las provincias, excepto en Jaén, y mantiene los mismos diputados, salvo en Cádiz, Huelva y Sevilla, donde gana uno. El PP mantiene su hegemonía en las áreas urbanas y en el litoral. Las 29 ciudades de más de 50.000 habitantes le aportan el 67% de sus votos (1.051.169), en las ciudades medias obtiene el 15% y un 17% en las de menos de 20.000 habitantes. Se ha roto su tendencia a incrementar el número de votos elección tras elección, si dejamos al margen la de 2004: ha pasado de sacar 295.190 votos más en 2008 en relación con 2004, a perder 154.757 en las elecciones de marzo pasado respecto a 2008. Queda por ver si esto es algo coyuntural o no.

IU ha conseguido 12 diputados, el doble de los que tenía. Ha sido el partido que más ha mejorado sus resultados, tanto en votos como en escaños, con respecto a 2008; son sus mejores resultados de las últimas cuatro elecciones autonómicas. Ha ganado votos en todas las provincias y consigue representación parlamentaria en todas ellas. Alcanza un diputado en Jaén y Almería, provincias donde no tenía, y en Málaga, Córdoba, Sevilla y Cádiz pasa de tener uno a dos.

Por su parte, PA y UPyD se quedan sin escaños. El PA sigue perdiendo votos y acrecentando su decadencia desde 2004, año en que obtuvo representación parlamentaria. En cambio, el partido de Rosa Díez, UPyD, ha aumentado considerablemente el número de votos respecto a 2008, debido al trasvase de votos del PSOE.