José de León Hernández

Alternativa Ciudadana 25 de Mayo.
Una esperanza de acción política para Lanzarote
(Disenso, 45, octubre de 2004)

Existieron varias experiencias organizativas y de movilización que antecedieron a Alternativa Ciudadana 25 de Mayo (de aquí en adelante AC) y que, en buena medida, ayudaron a que se conformara esta nueva iniciativa sociopolítica y electoral. Además del Foro por Lanzarote, cuya virtual desaparición tuvo que ver, entre otros factores, con el espacio que ocupará  AC (1), estuvo la experiencia de Asamblea de Vecinos de Tinajo,  con un interesante trabajo de participación social materializado, por ejemplo, en las asambleas populares realizadas en los diferentes barrios del municipio, en la gran manifestación del 27 de septiembre o  en las luchas de Berrugo.

NUEVA FORMA DE HACER POLÍTICA. Con esos antecedentes, en los primeros meses del año 2001 un grupo de personas comienza a reunirse, con la idea de impulsar una plataforma electoral que recogiera el amplio descontento de la ciudadanía y con el fin de construir una nueva forma de hacer política, desde lo social, desde la ciudadanía, tomando a ésta como sujeto de un proceso de cambio que reorientara el modelo económico, social y político que venía sufriendo Lanzarote y sobre la base de la honestidad, el compromiso unitario y el respeto a las diferencias. Había que proponer a la sociedad un discurso alternativo, diferente, en parte inspirado en algunas de las experiencias más alentadoras que se están produciendo en el planeta: las propias experiencias habidas en la isla, la lucha zapatista, el Foro de Porto Alegre, algunas iniciativas locales a escala estatal e internacional, algunos ideales del movimiento verde, el pensamiento refundacional de la izquierda, desde postulados no ortodoxos y alternativos, el movimiento antiglobalización, así como múltiples ejemplos en acciones e iniciativas (muchas de ellas espontáneas), de la juventud, de grupos de emigrantes, de artistas comprometidos, de movilizaciones vecinales, de organizaciones de mujeres, etcétera.
            Hay que tener en cuenta, además, la participación de gran cantidad de personas independientes -cuyo número aumentará progresivamente-, algunas que nunca habían estado organizadas y otras que en el proceso de constitución de AC-25M se irían descolgando de sus anteriores organizaciones. Este fue un segundo aspecto significativo del proceso vivido por AC y que afectó a varias organizaciones que existían en la isla, algunas desde hacía muchos años, las cuales reaccionaron con actitudes sectarias y no unitarias, como las de querer poner en primer plano sus propias siglas.

DEMOCRACIA PARTICIPATIVA Y CIUDADANÍA CRÍTICA. Podemos decir, que AC nace de forma alternativa y diferente, primándose la participación activa y democrática, de representación directa, con un compromiso solidario y unitario. Cabe destacar que ese modelo huye de seguir otros modelos que se han repetido insistentemente en las Islas y que han llevado al fracaso, como la clásica mesa de partidos. En este sentido, hay que dejar claro, porque suele haber confusión al respecto, que AC no es un partido político convencional, ni nace con la voluntad de serlo. Se constituye como tal por exigencias legales para poder concurrir a las elecciones, pero sus principios, objetivos, formas de organización y actividades difieren de los partidos clásicos.
            Un eje importante de AC desde sus inicios ha sido precisamente el dar ejemplo desde dentro, por lo que la implicación directa, el compromiso y la responsabilidad individual juegan un papel muy importante. En este sentido, se entiende que para generar una conciencia crítica en la sociedad, para hacer del pensamiento crítico un método en un mundo de homogeneización y alienación de las ideas y de las voluntades, es imprescindible trabajar desde nosotras y nosotros mismos, sin delegaciones ni mediaciones. Para ello, no obstante, se requiere unas convicciones éticas irreductibles,  una confianza amplia y un exquisito respeto de las opiniones de las demás personas, aún en la discrepancia. La única frontera que ha establecido AC es la de las “manos limpias”: cualquier persona puede participar de este proyecto y adquirir responsabilidades en él, siempre que no haya participado del festín y del botín de la corrupción, del desprecio al territorio y al bienestar de los demás y del enriquecimiento fácil.

INTERPROFESIONALIDAD. Una vez adquirido el compromiso de tirar hacia delante, quedaba el compromiso de armar un conjunto de ideas que fueran atractivas para la ciudadanía, en el sentido de coincidir con sus aspiraciones, unos objetivos que marcaran un camino más corto y otro más largo a este proyecto y una serie de propuestas sobre método de trabajo y formas de organizarse   
En el campo de las ideas, uno de los móviles iniciales respondía a la necesidad de hacer frente al agresivo modelo de desarrollo imperante, para lo cual se proponía e planteamiento de alternativas sostenibles que frenaran el deterioro ambiental y que diversificaran las actividades económicas. La potenciación de sectores clave, como la agricultura, la pesca y ciertas actividades artesanales e industriales serían ejes básicos de un nuevo modelo de desarrollo, así como una intervención racional de la industria turística, con la aplicación de la polémica ecotasa.
Otro de los aspectos fundamentales de la propuesta de AC, ha sido el de los derechos sociales básicos, con especial hincapié en la atención sanitaria de la población -con propuestas audaces y rigurosas, pues en AC participan profesionales vinculados al sector de la salud- al igual que en materia educativa, de apoyo a diversos sectores marginados de la sociedad, etcétera.
Redactar un programa de estas características exigía un acercamiento desde la Interprofesionalidad, que sería la primera i del programa de Alternativa.

INTERCULTURALIDAD. Uno de los aspectos más originales e importantes de la conformación de los primeros debates y de la definición de ciertos posicionamientos programáticos, tuvo que ver con la posición de AC en relación al fenómeno de la inmigración. A pesar de que desde ciertas posiciones nacionalistas la solución a este problema pasa por el establecimiento de límites a la llegada de inmigrantes y al reconocimiento de sus derechos básicos, AC desde un primer momento puso sobre la mesa un discurso integrador y solidario, que primaba los derechos de cualquier ciudadano o ciudadana, más allá de su procedencia étnica, cultural, religiosa, etcétera, lo que denominó el “pacto criollo”.
En la isla existe una importante sensibilidad social sobre este tema, no exenta de contradicciones, pero que afortunadamente no ha llegado a cuajar en posiciones  excluyentes o xenófobas, salvo pequeños grupos de fanáticos como la A. V. Titeroygakat, una de cuyas ocupaciones ha sido, por cierto, atacar a AC en los más diversos temas. El llamado Pacto Criollo jugaría un papel importante en propiciar el acercamiento de muchas personas nacidas fuera de la isla, de ideas progresistas, comprometidas socialmente, respetuosas con nuestras señas de identidad, consecuentes con la salvaguarda de sus propias pautas culturales y que no han dudado en implicarse y participar activamente en AC. Personas de Madrid, Andalucía, Galicia, Euskadi, Alemania, Argentina, Uruguay, Colombia, Sahara, Marruecos, Ecuador, EE UU, de las otras islas, etcétera forman parte de AC y constituyen, en la práctica una hermosa oportunidad de construir una nueva sociedad conejera.

INTERGENERACIONALIDAD. La tercera i que va a definir un aspecto esencial para la continuidad o no de este proyecto, es la de conseguir atraer, implicar a diferentes generaciones, propiciar el encuentro entre la experiencia de las personas mayores, (a las que se les propone una vejez alternativa, activa y creadora), y la potencialidad de la juventud en una apuesta intergeneracional.
Hoy en día, conviven de forma activa personas de 90 años, con jóvenes de 18 y 19 años, y no deja de ser un reto continuado, al que hay que dedicarle los mejores  esfuerzos, llegar a la gente joven, trabajar en ese sector de la sociedad que inevitablemente, para bien o para mal, será el futuro. En este sentido, lo importante es  impulsar propuestas atractivas para la juventud y, sobre todo, hacer que sea ésta directamente quien las proponga y las lleve adelante.

CRÍTICAS. Algunas de las críticas que, desde sectores aparentemente politizados, se viene haciendo a AC, es el de su poca definición ideológica y programática. Entendemos, que tal hecho más que un defecto ha supuesto una virtud para un proyecto joven como éste. Nadie puede dudar de la existencia en el seno de AC de muy diversas tradiciones políticas e ideológicas, del compromiso con muchos aspectos trascendentes para el futuro de la isla y de sus gentes. Estamos viviendo en un mundo donde muchos aspectos que creíamos principios infalibles están en cuestión. Esto no es malo, siempre que lo esencial no se cuestione: los valores, los fundamentos éticos de cualquier convivencia humana y de ésta con la naturaleza. Estamos en un momento donde la flexibilidad debe prevalecer sobre la rigidez y el dogma, donde la crítica y el rigor, estén por encima de la receta y la fe ciega, donde la experimentación sustituya a las ideas y acciones preconcebidas, donde  el temor a equivocarse no deba paralizarnos.

UNA EXPERIENCIA ELECTORAL DIFERENTE. No podemos pasar por alto que una de las ideas que impulsaron la creación de AC fue la creación de una alternativa político-electoral para los comicios municipales, autonómicos e insulares que tuvieron lugar en 2002, frente a la vieja política corrupta, inoperante y culpable -cuando no  cómplice- de la situación insostenible a que se había llegado en Lanzarote.
Ahora bien, uno de los principios que desde un primer momento se dejó claro en el proceso de constitución de AC, es que no podía ser como los demás partidos, debería ser diferente a los partidos convencionales, a sus métodos y a sus formas de actuar. En este sentido, el hecho de llegar de manera diferente a la gente, no iba a basarse en la necesidad solamente de utilizar un discurso distinto, sino en la convicción ética y moral de ejercer la acción ciudadana y pública de una manera diametralmente opuesta a la ejercida por los profesionales de la política. Al dinero -apenas tres millones de pesetas de campaña- lo sustituyó la creatividad, la participación y la entrega; al culto a la personalidad -no se pegaron carteles de candidatos-, lo sustituyó la ciudadanía anónima representada por más de 500 muñecos de diferente sexo y edad repartidos por toda la isla; a las campañas previas de promesas y promoción de candidatos, se propuso un mensaje escalonado que avisaba que algo grande iba a venir, que la ciudadanía iba a surgir de todas partes. Si bien en algunos de los puestos de salida iban personas conocidas con una larga trayectoria de lucha y compromiso, también se optó por incluir en las cabezas de lista a ciudadanas y ciudadanos que por primera vez participaban en una campaña electoral. La confección de las listas resumía también las tres íes que simbolizaban y simbolizan a AC como un proyecto intercultural, intergeneracional e interprofesional.

POLÍTICA DE PACTOS. El otro aspecto de la campaña electoral, que consolidó el carácter honesto, alternativo y democrático de este proyecto, fue la política de pactos con posterioridad a las elecciones. Ante un panorama tremendamente complejo, donde se daba empate entre las diferentes opciones en muchas de las instituciones, entre ellas el Cabildo y ante la posibilidad de que un personaje como Dimas Martín, accediera a la presidencia, se sucede un intenso debate social, así como múltiples negociaciones en las que el PSOE y CC, le llegan a ofrecer a AC, a cambio de su apoyo para formar mayoría, tres de las más importantes áreas de la Corporación -INALSA, los Centros Turísticos del Cabildo y Política Territorial-, llegándose a plantear, in extremis, la alcaldía de Arrecife. No sólo se trataba de ofrecer puestos de decisión y de poder, sino que, de paso se presionaba a AC, culpabilizándola de que se reeditaran pactos con el PIL y de que Dimas Martín fuera presidente. Ante este panorama, creo que AC tomó una de sus grandes y mejores decisiones: no pactar. Pero lo hizo, no desde la inhibición ante la compleja situación política, sino ofreciendo el diálogo con todo el mundo, pero de forma transparente y pública (tan sólo lo aceptó el PSOE), y un diálogo sobre la base de una serie de puntos irrenunciables -entre ellos los recogidos el 27 S.-, así como propuestas para regenerar la vida política de la isla, con ideas defendidas desde un principio por AC, como los plenos abiertos, los presupuestos participativos, la transparencia en los gastos de las instituciones, acabar con el favoritismo en la adjudicación de obras y servicios a ciertas empresas, etcétera.
Pues bien, ante ese panorama, AC despliega un intenso debate entre sus militantes y simpatizantes, desarrollando sus asambleas a puerta abierta y ante los medios de comunicación y decide en una asamblea de más de 100 personas, por 103 votos a favor y 3 votos en contra, no pactar con ninguno, por coherencia con su postura de cambiar la vida política y por considerar que cualquiera de los cuatro grandes partidos -PIL, CC, PSOE y PP- habían participado, de alguna forma, en la situación que sufre la isla hoy (no en vano, habían gobernado el Cabildo y las Instituciones todos esos partidos a través de diferentes pactos, como el llevado a cabo entre PIL y PSOE durante ocho años) .
En suma, la experiencia de Alternativa Ciudadana es producto de una época donde las grandes certezas pierden peso, las viejas etiquetas dejan de tener sentido y la gente vuelve a encontrarse para poner fin a los viejos problemas de siempre y a los nuevos, que no son menos. Además, intenta hacer todo esto anclada en valores e ideas, revisables, pero de profundo calado moral; convencidos como estamos de que no todo vale y de que, como dice el poeta Juan Gelman, “sin embargo, y a pesar de todos, somos otros. “

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(1) A pesar de que no todo el Foro, tanto colectivos como personas individuales,  dio lugar al proyecto de Alternativa desde sus inicios, creemos que no sería adecuado valorar la desaparición del Foro y el surgimiento de AC, en términos de positivo o negativo, sino desde la complejidad de que se ha creado otra cosa diferente, a otro nivel, pero que mantiene un alto índice del carácter social que contenía el Foro, y al que se suma, además, otros muchos ámbitos organizativos, también  desde lo social  (personas vinculadas a comités de empresa, a asociaciones deportivas, a ONG, al mundo de la cultura, etcétera). Por otro lado, aquellas personas o grupos que no quisieron apoyar la creación de AC, podrían haberle dado continuidad al Foro y no lo hicieron.