Maixabel Lasa y Txema Urkijo

«Tenemos una deuda con las víctimas
de los años más duros»

(Entrevista realizada por Alberto Surio)
(El Diario Vasco, 2 de abril de 2007)


            «Todos tenemos una deuda con las víctimas anónimas de los años de plomo, los más duros de ETA». Maixabel Lasa, directora de la Oficina del Gobierno Vasco para la Atención a las Víctimas del Terrorismo, y su asesor, Txema Urkijo explican las razones del homenaje a las víctimas convocado el próximo 22 de abril en Bilbao.

-¿Por qué este homenaje?

            -El homenaje nace de un acuerdo parlamentario en junio de 2003. Entonces, las víctimas -y entonces Covite lo vio positivo- estaban de acuerdo. La recuperación de la memoria con tantos asesinados, sobre todo durante los años duros, de plomo, es un ejercicio de dignidad. Vamos a trabajar para que participen el mayor número de víctimas. Tengo la corazonada de que va a haber muchas víctimas. Creo que van a salir reconfortadas. Es verdad que es un tema delicado, pero también estoy viendo que en los municipios donde se están organizando homenajes a las víctimas están acudiendo todo tipo de personas, con independencia de sus sensibilidades. Covite, de hecho, ha acudido a actos del Ayuntamiento de San Sebastián, en la Diputación, en Vitoria... Esta semana ha acudido Pilar Elías al homenaje de Azkoitia y otros familiares próximos a la AVT en Santurtzi. Son víctimas anónimas de los años difíciles, los más duros. Necesitan un reconocimiento. Todos tenemos una deuda.

-¿No llega un poco tarde el homenaje?

            -M. L.: Es verdad que viene tarde, que han pasado muchísimos años en los que las instituciones y los ciudadanos han estado mirando para otro lado pero, como dice el refrán, más vale tarde que nunca. Todavía estamos a tiempo de saldar esta deuda que las instituciones y los ciudadanos de este país deben a las víctimas del terrorismo por ese abandono.
            -Txema Urkijo: Es que tiene un significado no sólo para las víctimas del terrorismo, quienes todavía deben recibir el mensaje de este reconocimiento, sino para la propia sociedad vasca en la medida en la que en la fase de salida de este período histórico trágico de presencia del terrorismo entre nosotros debe pasar por un proceso de sanación de las estructuras morales, por una reflexión autocrítica de reconocer que no estuvimos a la altura de las circunstancias y que ahora mismo somos capaces de expresarles ese homenaje.

-Pues tanto el PP como Covite ya han dicho que no van a acudir al homenaje porque ni de lejos tiene como centro a las víctimas. ¿Les preocupa?

            -T. U.: De entrada, lamentamos mucho que no estén porque el acto está pensado, diseñado y concebido desde todas y para todas las víctimas. En todo caso, los motivos esgrimidos, si se analizan las declaraciones realizadas, apuntan a un cuestionamiento del organizador del acto, no tanto de su contenido ni de su finalidad. Esto es lo que diferencia otros homenajes en los que el PP y Covite han estado presentes. Cargan sus críticas sobre la figura del lehendakari y sobre la figura del Gobierno Vasco en relación a las víctimas. Se olvidan de algo que es fundamental, que el Gobierno Vasco no está haciendo más que cumplir un acuerdo que el Parlamento le encomendó, en voluntad expresada por todos los partidos, incluido el PP. Tanto el PP como Covite, en reiteradas ocasiones, han venido reclamando el cumplimiento de esos acuerdos. Y cuando estamos en el cumplimiento de uno de ellos vienen a manifestar que no están de acuerdo porque lo organiza aquella institución a la que ellos mismos encomendaron su propio cumplimiento. Es una contradicción que debieran salvar ellos mismos porque por esa misma regla de tres ningún acuerdo parlamentario podrá cumplirse por el Gobierno mientras no cambie de política y no tenga legitimidad para ello. Es un error y confiamos que sean capaces de recapacitar. Es un acto positivo para las víctimas y para la ciudadanía vasca, incluso aunque mantengan sus posturas críticas respecto a otras cuestiones del Gobierno Vasco

-¿La mayoría de las víctimas comparte o no sus tesis?

            -T. U.: Habrá muchas que compartan este análisis y habrá otras muchas que no lo compartan. Es difícil hacer una valoración a priori. El resultado lo veremos el 22.

-Covite ya dice que un lehendakari que se reúne con Otegi no tiene credibilidad para estar con las víctimas...

            -M. L.: Es el empeño de centrar en el acto en el papel del lehendakari. El Parlamento, que es la expresión de voluntad popular, entendió que este acto de reconocimiento era necesario para hacer efectiva esa voluntad. Se está forzando la interpretación de que se pretende un lavado de conciencia por parte del lehendakari. Es un argumento muy forzado.

-¿A la vez persiste la instrumentalización de las víctimas?

            -M. L.: La mayoría de las víctimas está cansada de este asunto y lo ve como un juego de los partidos. El PP, seguramente, piensa que las víctimas son propiedad suya, las víctimas no somos propiedad de nadie.
            -T. U. Hemos detectado muchas víctimas que están cansadas de formar parte de un clima involuntario de crispación y polémica. Sólo el hecho de que haya lío entre los partidos les retrae.
            -M. L.: Les hace muchísimo daño, porque saben que son objeto de comentarios, de miradas, están asustadas porque van a estar los medios de comunicación, no saben cómo comportarse.

La unidad democrática

-¿Y los homenajes celebrados por los ayuntamientos?

            -M. L.: Son muy importantes porque a las víctimas que no tienen relevancia pública, que son un poco invisibles, sí que echan en falta a veces ese reconocimiento. Me acuerdo de Dolores, la viuda de un policía nacional asesinado en Arrigorriaga, que me decía que cuando veía la televisión y veía que se le estaba haciendo un homenaje a Ordóñez, a Buesa, a personas conocidas, decía; ¿Y al mío quién le va hacer caso? Son las víctimas anónimas.
            -T. U. Yo destacaría el sentimiento de las víctimas de verse reconfortadas. En segundo lugar destacaría la implicación de los partidos, porque, hasta este momento, ese compromiso se había dado pero de forma deficiente. Hace tres años un acto así hubiera sido impensable. La inmensa mayoría de esos reconocimientos municipales se están haciendo con el apoyo de todos los partidos políticos, quizá porque no están bajo los grandes focos mediáticos, y en unas condiciones de cordialidad destacables.

-¿Estas iniciativas están sirviendo para restañar heridas?

            -M. L.: Creo que sí, hay que tener en cuenta que de estos reconocimientos queda un recuerdo físico tangible para las futuras generaciones. Son un primer paso.
            -T. U.: Son mojones de memoria, que son muy importantes...

-La reconciliación es una palabra muy difícil...

            -M. L.: Claro que está ahí, al final del camino, pero siempre digo que el que participa en un maratón si quiere hacer el final, tiene que hacer el primer kilómetro. Este tipo de actos son los previos.
            -T. U.: Está sirviendo para un tipo de reconciliación de las víctimas con la propia sociedad vasca y las instituciones. Eso es lo primero. El mismo Ayuntamiento de Azkoitia que protagonizó un episodio tan polémico hace un año ha permitido ahora una foto como la del otro día.

-¿Cómo gestionar la inclusión en algunos homenajes de víctimas de ETA y de otro terrorismo, de los GAL o de la extrema derecha?

            -T. U.: La celebración de actos de homenajes conjuntos es complicada y compleja, siendo todos como son víctimas del terrorismo. Hay gentes que tienen un déficit de reconocimiento que hay que compensar y estoy hablando de las víctimas del terrorismo de ETA. Y en segundo lugar porque no todo el mundo en el ámbito de las víctimas de otros terrorismos, de los GAL o de la extrema derecha, aceptan de buen grado ser incluidos dentro del concepto de víctimas del terrorismo junto a las víctimas de ETA.
            -M. L.: De hecho, nosotros, a la hora de tener contactos con las víctimas del terrorismo no hacemos ningún distingo. Es más, incluso hemos detectado irregularidades que padecían esas víctimas y las hemos subsanado. Cuando alguien toca nuestra puerta no estamos preguntando si son víctimas del GAL o no, las atendemos a todas por igual.

- ¿Cómo está reaccionando la sociedad vasca?

            -M. L.: A mí personalmente me gustaría más presencia de los ciudadanos en estos actos en los pueblos, hay que difundirlos bien.
            -T. U.: También el clima de división política retrotrae a los ciudadanos, es una confrontación que desmoviliza mucho. Pero considero que lo fundamental es estimular el nervio moral en esta sociedad.

«Cerrar heridas será difícil, me conformo con convivir»

-La prisión atenuada a De Juana ha generado un gran malestar entre las víctimas del terrorismo. ¿Les consta?

            -T. U.: Es absolutamente comprensible el nivel de reacción que ha tenido, es normal desde el punto de vista humano que una persona que ha sufrido en sus carnes la violencia terrorista se vea removida y le produzca la indignación que le produjo. Obviamente nos tenemos que hacer eco de ese sentimiento, pero al mismo tiempo no podemos olvidar que la decisión estuvo absolutamente enmarcada en el respeto a los límites de la propia ley, que contaba con el aval no sólo de los informes médicos sino del propio juez de vigilancia penitenciaria de la Audiencia Nacional y que no cabe atribuirla a una decisión caprichosa del Gobierno. Hay sólidos argumentos desde una perspectiva humanitaria.

-De su visita a Irlanda del Norte hace unos meses, ¿cabría extraer alguna conclusión?

            -M. L.: En cuanto al cierre de heridas, las situaciones son totalmente distintas. Aquello ha sido una confrontación civil entre dos comunidades. Allí ha habido dos bandos, aquí no. ¿Cierre de heridas? Pues puede ser complicado aquí. Yo vivo en un pueblo pequeño, en Legorreta, conoces a la gente del pueblo, sabes cada uno de qué pie cojea, sabes quién ha podido estar al lado de quien ha matado a tu marido, pero pienso que con el tiempo y si vemos que desde el mundo de ETA, que son los que tienen que mover ficha, han hecho un examen de conciencia y han decidido que esto tiene que terminar, pues será mucho más fácil. Pero requerirá tiempo. Una cosa es saber y poder convivir, y otra cerrar las heridas, que son personales. Me conformo con lo primero.
            -T. U.: Por eso es importante el grado de responsabilidad adquirida por los políticos.

-La presencia de Ibarretxe en otros sitios de España como Sevilla o Córdoba en apoyo a las víctimas, ¿está sirviendo para amortiguar las críticas que ha habido a algunos políticos nacionalistas por la falta de sensibilidad en este asunto?

            -T. U.: En principio estas reuniones que se han celebrado en el último año han servido para romper la imagen de distanciamiento y de alejamiento de las instituciones vascas respecto al mundo de las víctimas del terrorismo. Hay que recordar que no sólo ha sido el lehendakari ni la Oficina de Atención a las Víctimas del Terrorismo, sino que también ha sido la ponencia de víctimas del terrorismo la que ha ido manteniendo encuentros con grupos de víctimas en varios puntos de España. Es cierto que, incluso, aun desde posiciones muy críticas, todas las víctimas que han estado tanto con el lehendakari como con los parlamentarios han reconocido el paso que se ha dado, han valorado el hecho de que las instituciones vascas se hayan desplazado físicamente y se hayan mantenido los encuentros en su lugar de residencia, también han valorado la solicitud de perdón por las instituciones.

-¿Cómo ven la actual situación vasca? El consejero Balza advierte de la máxima alerta policial y la izquierda abertzale presenta un nuevo partido que dice que cumple la Ley de Partidos.

            -T. U.: El subidón y la bajada en cuanto al estado de ánimo en relación con este tema es perjudicial para la salud.
            -M. L.: Lo que esperamos de verdad es que ETA dé el paso y anuncie realmente el fin de la violencia. La pelota está en el alero y depende de ETA.