Manuel Cabieses D. (Punto Final)

Joao Pedro Stedile de los Sem Terra del Brasil.
Los movimientos sociales a paso de carga

(Hika, 131, marzo de 2002)

Joao Pedro Stedile ha sido uno de los anfitriones del II Foro Social Mundial en Porto Alegre, Brasil. A este evento asistieron más de veinte mil representantes de las organizaciones sociales que luchan contra el neoliberalismo, entre otras las protagonistas de las manifestaciones contra la globalización que tuvieron lugar en Seattle, Davos, Praga, Génova y Québec. El II Foro Social Mundial culminó el 4 de febrero con una marcha por las calles de Porto Alegre y un gran mitin contra el Área de Libre Comercio de las Américas (ALCA), que encabezó el MST brasileño.

Stedile, de 48 años, es miembro de la dirección nacional del MST, el Movimiento de Trabajadores Rurales sin Tierra del Brasil, quizás la organización social más grande y conocida de América Latina. Stedile nació en el estado gaucho de Río Grande del Sur; desciende de una familia campesina que en 1899 emigró a Brasil desde un territorio del imperio austro-húngaro, hoy en el norte de Italia. Está vinculado al movimiento campesino desde la primera gran ola de tomas de tierra en 1979. Con frecuencia es invitado a exponer las opiniones del MST ante organizaciones campesinas y de trabajadores de todo el mundo, gobiernos, parlamentos e instituciones internacionales.

En el mundo se sigue con atención el desarrollo social y político de ese país-continente que es Brasil (8,5 millones de kilómetros cuadrados y 170 millones de habitantes), es capaz de inclinar en uno u otro sentido los destinos de América Latina. El 4 de septiembre del año pasado los trabajadores rurales sin tierra del Brasil exigieron reforma agraria en la Explananda de los Ministerios en Brasilia, la capital del país. Este año habrá elecciones presidenciales y los pronósticos de una victoria de Luiz Inacio da Silva, Lula, el ex obrero metalúrgico de Sao Paulo, candidato del Partido de los Trabajadores (PT), comienzan a predominar.

Conocimos a Joao Pedro Stedile en el Encuentro Hemisférico de Lucha contra el Alca, que se efectuó en La Habana en noviembre del año pasado, donde la experiencia de los Sem Terra del Brasil fue el foco de mayor interés. De la conversación quedó su compromiso -ahora cumplido- de contestar por correo electrónico las preguntas y precisiones que le hicimos. Son las que siguen.

¿Cuál es el origen, desarrollo y realidad actual del MST? Sus objetivos de lucha, sus métodos, los hitos más importantes de su historia

JOAO PEDRO STEDILE. El MST surgió a fines de la dictadura militar, en la década de los 80. Confluyeron varios factores en su surgimiento. Se había llevado a cabo una modernización conservadora del campo brasileño, que mecanizó los cultivos y expulsó a muchos trabajadores que se quedaron sin tierra para trabajar. Por otra parte, la crisis que sufría la industria manufacturera no significaba mayores empleos en la ciudad. Desde el punto de vista político, por otra parte, la Iglesia Católica venía realizando en el campo un trabajo de concienciación que ayudó a los campesinos a organizarse. Además, las luchas de los obreros y estudiantes en ese período, hicieron que los campesinos también se involucraran en esas luchas y perdiesen el miedo a la dictadura. Todo eso permitió iniciar las tomas de tierras que se extendieron por todo el país y -a partir de esas luchas- se conformó un movimiento articulado en 1984.1

El MST, en cuanto movimiento, representa la búsqueda permanente de dos grandes objetivos: la lucha contra la pobreza en el campo, por mejorar las condiciones de vida de la población rural; y segundo, la lucha contra la desigualdad social. Creemos que esos dos objetivos sólo se pueden lograr combatiendo el latifundio, o sea la concentración de la propiedad de la tierra. En la conformación y desarrollo del movimiento a lo largo de los años, fuimos aplicando el concepto de que sólo las luchas masivas podrían permitirnos conquistar la tierra y alterar la correlación de fuerzas. Siempre creímos que el único método era la organización para librar luchas de masas. Para eso lo que pesa es el número de personas que se logra organizar. De ahí que nos conformamos como un movimiento popular y social que involucra a toda la gente, desde los niños hasta los ancianos, hombres y mujeres.

Desde el punto de vista de nuestra organización interna, procuramos aplicar los principios que la clase trabajadora logró construir a lo largo de su lucha contra el capitalismo. Así, aplicamos el principio de la dirección colectiva, de la división de tareas, de la formación de nuestros propios cuadros, de la necesidad de conocer la realidad y estudiar, de planificar las acciones de masas, de mantener un vínculo permanente de los dirigentes con las bases. Y por supuesto de la disciplina en la organización. Además, desarrollamos siempre lo que para nosotros es un valor muy importante, que es la mística. Utilizamos la cultura, los símbolos, la religiosidad popular, como instrumentos de unidad política, de concienciación y de celebración de nuestras luchas y valores sociales.

Las comisiones de trabajo y democracia

¿Quiénes dirigen el MST, cómo se eligen, cómo se toman las decisiones? ¿Cómo forma sus cuadros de dirección?

J.P.S. Basados en los principios organizativos que ya he comentado, procuramos tener un funcionamiento que se basa en comisiones colectivas. Desde la preparación de las tomas de tierra, todos se organizan en comisiones de diez a quince familias. Siempre participa toda la familia. Después, en los campamentos, también para todos los problemas se buscan soluciones a través del trabajo de comisiones, como salud, alimentación, disciplina, etc. A la vez se eligen coordinadores por comisiones. Y así se repite en los municipios, en las provincias y a nivel nacional. Todo el trabajo del MST está estructurado en comisiones.

En la comisión nacional del MST hay 21 miembros, sin cargos pero con responsabilidades individuales por sector de actividad, que representan el movimiento a nivel nacional. Pero las decisiones son totalmente descentralizadas. Los encuentros provinciales y luego los encuentros y el congreso nacional del movimiento trazan las líneas políticas generales. Pero después, en cada comisión, se toman las decisiones específicas. Todo está descentralizado, como una forma de garantizar la participación de la gente, la democracia popular e incluso la misma seguridad del movimiento. Buscamos aplicar el principio de que ninguna organización va lejos si no forma ella misma sus cuadros. Así, procuramos desarrollar diversas escuelas propias, en diferentes niveles. Existe la formación de cuadros técnicos, maestros y cuadros políticos en diferentes escuelas.

Pero aquí, además de la autonomía de nuestra formación, quisiera compartir con los lectores nuestra experiencia de que sólo se forma un militante y un cuadro mediante un proceso de permanente estudio, que mezcle la práctica (en primer lugar) con la teoría. La teoría es sólo la forma de completar la formación. Pero si el individuo no tiene un práctica social y organizativa, jamás va ser un militante, un cuadro del movimiento. Por otro lado, en lo que se refiere a los estudios procuramos desarrollar cursos que involucren un tiempo relativamente prolongado. Duran por lo menos tres meses, suficientes para una buena asimilación de lo que se aprende. La misma organización autogestionaria de los cursos ayuda en ese sentido. Los propios alumnos asumen las responsabilidades de manutención de las actividades de la escuela. Por lo tanto, en sí es una verdadera escuela de responsabilidad, de división de tareas, de gestión colectiva de los bienes, etc.


Autonomia del movimiento social

¿Cuál es la relación del MST con el PT y otros partidos brasileños? ¿El MST participa en las elecciones parlamentarias y presidenciales? Por ejemplo ¿apoyará a Lula en las próximas elecciones presidenciales?

J.P.S. Nosotros estamos por la autonomía de los movimientos sociales. Una autonomía en relación al Estado, a los gobiernos, a los partidos, a la iglesia y a cualquier institución. Tenemos una visión diferente de lo que sostenía la ortodoxia de izquierda. En nuestra opinión ella copió la experiencia europea, la trasladó a Latinoamérica y eso no resultó eficaz. Me refiero a la idea de que los movimientos de masas, son correas de transmisión de los partidos. Cada vez que el partido se dividía, se formaban nuevas corrientes y el movimiento de masas se desorganizada por cuestiones ideológicas. Era el pueblo el que perdía.

La forma de mantener la unidad de un movimiento social es construir su propia autonomía y mantener relaciones políticas de fraternidad con los partidos más afines. Nosotros tenemos, por ejemplo, muy buenas relaciones con todos los partidos de Izquierda de Brasil, no sólo con el PT, con el que la mayoría de nuestros militantes se identifica, sino también con el PSTU, PSB, PDT y PCB. Cuando algún líder de nuestro movimiento tiene vocación por tareas políticas institucionales, el movimiento lo libera, opta por el partido de su afinidad y disputa elecciones.

En la base del MST cada cual vota por quien quiere. Por lo general, la mayoría de los sin tierra apoyan a los candidatos que se lanzan por el PT y los partidos de izquierda. Así tenemos muchos parlamentarios que salieron de nuestras filas o que se identifican con nosotros y nos apoyan. Lo mismo sucede con alcaldes y gobernadores de estados.

¿Qué opina el MST del Gobierno del presidente Fernando Henrique Cardoso?

J.P.S. El gobierno Cardoso representa la unidad alcanzada por la clase dominante brasileña para aplicar en el país un nuevo modelo económico. Se trata de un modelo de subordinación total de la economía brasileña al capital financiero internacional. El gobierno de Cardoso está enteramente sometido a los intereses de ese capital internacional. Se encuentra permanentemente entre dos espadas: cómo agradar más al capital norteamericano o al capital europeo.

Por eso este gobierno es una desgracia no sólo para los intereses del pueblo brasileño, sino para Brasil en cuanto nación. Estamos contando los días que le quedan en el gobierno, o sea un año más. Y esperamos que algún día, él (Cardoso) tenga que responder ante algún tribunal por las irresponsabilidades económicas y sociales que ha cometido. Estos ocho años de gobierno de FHC, todos los indicadores sociales empeoraron. La concentración de la tierra, de la renta, de la riqueza, aumentaron espantosamente. Y como consecuencia, aumentaron los pobres, la miseria, el desempleo, los sin tierra, la migración, el hambre.

En Brasil hay según el propio gobierno 56 millones de personas que pasan hambre todos los días. Ese es el gobierno de Fernando Henrique Cardoso. Pero el pueblo está despertando y seguramente un candidato de la oposición ganará las próximas elecciones presidenciales.

Los sin tierra en el ámbito internacional

¿Cuál es el trabajo internacional del MST? ¿Con qué movimientos político-sociales se identifica o relaciona?

J.P.S. Nuestra prioridad absoluta es la relación con los movimientos campesinos de todo el mundo, en especial con los latinoamericanos. Desde la década de 90, nos hemos dedicado a ayudar a articular los movimientos campesinos de Latinoamérica, a los más combativos, sin depender de las articulaciones de los partidos políticos o de las centrales sindicales que también dividen los movimientos campesinos por ideología y no por interés social.

Desde esa visión unitaria y de autonomía logramos organizar la Coordinadora Latinoamericana de Organizaciones Campesinas, que reúne movimientos de toda América Latina, o sea de treinta países. Ya hemos realizado muchas actividades conjuntas. En agosto del 2001 efectuamos en México el tercer congreso latinoamericano, con más de 400 delegados. También nos articulamos con los demás movimientos campesinos del mundo, ayudando a construir una organización que se llama Vía Campesina que reúne por ahora 87 organizaciones de muchos países de todos los continentes. Su último congreso fue en la India, el año 2000.

En estas articulaciones conjugamos la unidad alrededor de temas comunes, como la lucha por la tierra, la defensa de la soberanía alimentaria, la lucha contra los transgénicos, contra la Organización Mundial de Comercio (OMC), la defensa de la agricultura campesina, etc. Y más recientemente nos hemos incorporado a la organización del Foro Social Mundial en Porto Alegre. Para nosotros es un espacio importante para articularnos con los demás movimientos sociales, con otros sectores sociales. Así, en el primer Foro en Porto Alegre reunimos en asamblea a más de 700 movimientos sociales de todo el mundo.

Y queremos ampliar esa articulación en el II Foro Social Mundial que comienza el 31 de enero. Estamos trabajando para construir una articulación real de quienes representan sectores sociales de sus pueblos. Quizás a mediano plazo llegaremos a construir una verdadera Asamblea Mundial de los Pueblos.

¿Cuáles son los instrumentos de comunicación y difusión del MST? ¿Cómo trabajan y cómo se sostienen?

J.P.S. Todo el proceso de comunicación del movimiento, tanto interno como hacia afuera, también se hace a través de comisiones que se organizan desde la base. Así, un campamento en una toma de tierra -por ejemplo- tiene su propia comisión de comunicación. La directiva provincial tiene la suya y la dirección nacional también. El método es hacer el trabajo de propaganda en comisión mezclando compañeros que tienen formación técnica en esa área, como periodistas, publicistas, etc., con militantes sociales.

A nivel nacional, tenemos nuestro periódico, Jornal Sem Terra, que se transformó en el más importante periódico campesino, pues se edita ininterrumpidamente desde hace veinte años, todos los meses. Tenemos también una revista, Revista Sem Terra, para el público urbano y la clase media que apoya la reforma agraria. Tenemos también un periódico especial de cuatro hojas que distribuimos masiva y gratuitamente a la población de trabajadores de la ciudad. Hemos sacado ediciones de dos millones de ejemplares que se relacionan siempre con temas específicos. El último fue sobre el tema de la guerra desatada por Estados Unidos para explicar por qué somos contrarios tanto al terrorismo como a la guerra del imperio.

Estamos produciendo también un programa de radio que se distribuye a más de mil radios, comerciales y comunitarias de todo el país. Tenemos una página en Internet y procuramos difundir comunicados y noticias urgentes por correo electrónico a un archivo de 14 mil formadores de opinión. Buscamos todas las formas de ampliar nuestro trabajo de comunicaciones y también realizar campañas para viabilizar esos instrumentos.

Lucha contra el ALCA

¿Qué posibilidades tiene la construcción de una alternativa al neoliberalismo en América Latina y el Caribe? ¿Con qué fuerzas, con qué programa?

J.P.S. Creemos que el imperio norteamericano está llevando adelante una ofensiva económica, militar, política e ideológica. Sin embargo su economía está en crisis. Por eso utiliza como justificación la lucha contra el terrorismo para imponer la guerra y desviar recursos públicos propios -y de todo el mundo- para reactivar la economía de Estados Unidos mediante el desarrollo de su poderoso complejo industrial-militar.

Norteamérica busca hacerse del control de todos los recursos valiosos del planeta. De América Latina los Estados Unidos quieren la biodiversidad de la Amazonia, quieren nuestro mercado, nuestra mano de obra barata, quieren -y necesitan- recolonizar el continente para hacer frente a la competencia con Europa y Asia. Y por eso nos quieren imponer el ALCA. Pero eso trae una contradicción con los intereses de nuestras naciones y pueblos que puede unir a todas las organizaciones populares de Latinoamérica para enfrentar a Estados Unidos y su ALCA. En eso estamos, tratando de unir.

El MST cree que todas las fuerzas sociales, populares, políticas y eclesiales del continente deberían unirse para impedir que se materialice el ALCA. En ese sentido estamos proponiendo la activación de las consultas populares en nuestros países. Para que los pueblos se manifiesten y decidan por sí mismos. Pero antes necesitamos de un largo trabajo de concienciación, de politización del tema del ALCA y de la globalización.

En Brasil ya estamos involucrados en esta tarea y hemos construido un ancho frente popular contra el ALCA. Vamos a desarrollar un trabajo que culminará con un plebiscito popular a realizarse en todo el país en la semana de la patria, del 2 al 7 de septiembre de este año. Esperamos que en Chile y en todos los países de Latinoamérica también se puedan desarrollar estas consultas al pueblo que permitirán demostrar la enorme oposición que existe a los planes de dominación norteamericanos.

En el Foro Social Mundial de Porto Alegre, el 4 de febrero, vamos realizar un gran mitin contra el ALCA para lanzar la iniciativa de plebiscito a nivel continental.

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1. Brasil tiene 600 millones de hectáreas de tierras cultivables. Apenas el 2% de los propietarios controlan el 48% de la tierra. Hay latifundios más extensos que Holanda o Bélgica. 53 millones de brasileños viven por debajo de la línea de pobreza con una renta mensual inferior a 60 dólares, y 22 millones están por debajo de la línea de indigencia con una renta diaria inferior a un dólar. Los sin tierra se estiman en unos 15 millones. Son los excluidos del campo en los últimos 30 años debido a la extensión de los latifundios, la construcción de represas y la imposibilidad de los pequeños y medianos campesinos de pagar sus deudas por el incremento de los intereses bancarios. Hay actualmente cerca de 300 mil familias que viven en tiendas de plástico negro junto a las autopistas. Existen más de 1.500 asentamientos rurales que agrupan a 250 mil familias, organizadas en el MST y en las numerosas cooperativas de producción creadas por el movimiento. (MST, Iglesia y movimientos sociales, Frei Betto, Alai, dic. 2001).

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