Marta Brancas

La intifada saharaui. Finaliza con éxito la huelga
de hambre de los presos saharauis

(Hika 170zka. 2005ko urria)

Acaba de terminar la huelga de hambre de los presos y presas saharauis, cuando ya diez de ellos estaban en coma tras 51 días y se acercaban a la peligrosa cita que convocó a la muerte a Boby Sands, por ejemplo (a los 53 días murió el preso irlandés), y a los 60 donde se sitúa el límite. El dramatismo y la urgencia de la situación fuerzan nuestra comunicación para tratar de impedir las consecuencias de la huelga, físicas y de represión, y el abandono informativo de la Intifada saharaui. que es lo que está en el origen de la lucha.

La huelga de hambre de los 37 presos y presas saharauis de la Intifada comenzó el 8 de agosto. Están repartidos en tres cárceles; una está en el territorio del Sahara ocupado, es la llamada Cárcel Negra de El Aaiun; y dos en Marruecos, la de Ait Mellul, en Agadir, y la de Ukacha en Casablanca. Todas las prisiones están superpobladas hasta -dicen- un 450% de su capacidad. La denuncia del hacinamiento es una de las reivindicaciones de los huelguistas, a las que se suman cuestiones tan vitales como la oposición al traslado de presos a destinos desconocidos, pretendiendo que lógicamente todas las cárceles estén en territorio saharaui. Cuestión ésta importante que ya conocemos en Euskal Herria por las políticas de dispersión de los presos, que acarrea un sinfín de sufrimientos a sus familiares y amistades.

La base que sustentaba la huelga de hambre es la protesta por su detención arbitraria, en manifestaciones o actos absolutamente pacíficos en los que se expresa la voluntad de la población saharaui de realizar el referéndum de autodeterminación que hace ya más de 10 años se acordó con el refrendo de la ONU. No hay libertad de expresión en Marruecos y mucho menos la hay en el Sahara Ocupado, que continúa cerrado a cal y canto como hemos conocido por las delegaciones que han intentado visitar el territorio y las cárceles y han sido rechazadas sistemáticamente.

Siete de los presos de la huelga tenían estatus de observadores, otorgado por las Naciones Unidas; entre ellos está Aminatu Haider, una saharaui que colaboraba con Ali Salem Tarek y otros en la investigación y documentación de las violaciones de derechos humanos hacia los saharauis. Fue detenida y apaleada brutalmente antes de entrar en la cárcel, donde prosiguieron los malos tratos. En esa situación comenzó la huelga de hambre y ahora se encontraba al borde de la muerte.

Amnistía Internacional, parece que ya definitivamente, ha recogido las demandas de los saharauis y ha realizando una campaña internacional en su apoyo a través de su web. También el Comité Internacional contra la Tortura pretende visitar las cárceles y conocer de cerca la situación, cosa que hasta ahora se les ha impedido, aunque parece que están pintando una de las cárceles para que pueda ser visitada.

Tan pública y conocida es la huelga que incluso cuatro organizaciones marroquíes están denunciando el caso. La Asociación Marroquí de Derechos del Hombre, la Organización de Derechos Humanos, el Forum Verdad y Justicia, y el Observatorio Marroquí de las Prisiones han centrado el problema en dos puntos: la negativa del ministro de Justicia marroquí a recibir a la delegación de los presos y la prohibición a observadores de sus organizaciones a visitarles en las cárceles.

El Presidente de la República Saharaui, Mohamed Abdelaziz ha declarado en una misiva de felicitación a los presos donde afirma que han cumplido sus objetivos y valora el amplio movimiento de solidaridad que han generado, que es “notoria posición de los partidos, organizaciones, asociaciones y personalidades marroquíes de apoyo a vuestros legítimos sufrimientos, particularmente las del partido Annahj Dimoucrati y de las Asociaciones Marroquíes de los Derechos Humanos (como la AMDH), que no han dejado de apoyar los derechos del pueblo saharaui a la autodeterminación”, así como las posiciones avanzadas de otras organizaciones marroquíes a semejanza de la OMDH y del Forum Verdad y Justicia.

La difusión por la prensa internacional de las fotos enviadas por ARSO, asociación europea de amistad con el pueblo saharaui, en las que se veían cuerpos famélicos sentados y tumbados unos encima de otros en pequeños cuchitriles y hasta en letrinas, provocó que la ONU, a través de la alta comisionada de Derechos Humanos, Louise Arbour, solicitara una entrevista con el ministro de justicia de Marruecos. Resultado de ello ha sido que 100 presos fueran sacados de la Cárcel Negra del Aaiún y trasladados a Agadir y otros centros penitenciarios.

Marruecos sigue negando la mayor. Ha dicho que las fotos son trucadas y que los saharauis tienen los mismos derechos que los marroquíes, cosa que poco tranquiliza ya que algunos presos marroquíes murieron en una huelga de hambre que realizaron hace unos meses, según expresan las asociaciones marroquíes de derechos humanos. Es más, el ministro de Justicia Buzabaa se ha permitido expresar públicamente que la huelga de hambre es una parodia, que la realizan de cara al exterior pero que “es imposible que nadie viva tras 40 días de huelga de hambre de verdad”. Mohamed VI pretende conseguir algo que ya intentó su padre Hasan II: convertir los derechos del pueblo saharaui soberano en actos de unos pocos polisarios terroristas que actúan desde el exterior, y, aunque la actual cruzada internacional contra el terrorismo pudiera favorecerle, no parece que lo vaya a conseguir.

Las manifestaciones y actos de todo tipo que emprende la población saharaui son tan masivas y populares que poco pueden contra ellas, como no sea el llenar las cárceles como ahora. Estas actividades las llevan a cabo en todas las poblaciones del Sahara ocupado, pero también en las ciudades marroquíes donde muchos saharauis se han tenido que trasladar forzosamente por estudios o trabajos, incluso el servicio militar. A ello hay que sumar la enorme lucha que se realiza desde los campamentos de refugio de Tinduf, en Argelia, muy cerca del Sahara ocupado y de los llamados territorios liberados durante la guerra de los muros en el desierto que cesó en 1991 por el acuerdo con la ONU.

La Unión de Periodistas y Escritores Saharauis (UPES), en un comunicado, se felicita porque los presos políticos saharauis hayan terminado sanos y salvos la huelga de hambre. “La epopeya de 51 días de huelga de hambre de los presos políticos saharauis ha afirmado una vez más la bancarrota de la política de ocupación marroquí, basada en la opresión, el secuestro, el encarcelamiento, la tortura, la intimidación, el rapto y la difamación”, expresan en el escrito.

El presidente saharaui, que en octubre visitará Euskadi, ha indicado las necesidades perentorias a partir de ahora, recordando que es necesario que se vuelvan a producir contactos entre las familias que llevan más de 30 años separadas (unas en los territorios ocupados y las otras en los campos de refugiados de Tinduf) debido al muro militar (2.000 km). y las minas y los miles de soldados que lo defienden, que se calculan en 120.000. Asimismo ha destacado que es vital que se siga apoyando a la población saharaui refugiada en Tinduf.

Respondiendo a una invitación de la Western Sahara Campaign U.K., la responsable de Relaciones Internacionales de la UNMS, Zahra Ramdán, ha participado en la Conferencia Anual del Partido Laborista Británico celebrada en la ciudad inglesa de Brighton del 25 al 29 de septiembre, y ha cosechado apoyos para el pueblo saharaui. La asociación sueca de apoyo al Sahara está intentando que el nuevo gobierno tripartito de izquierda y centro reconozca a la RASD, explicando que en el Sahara Ocupado “sigue la opresión con una estructura parecida a la del apartheid, y Suecia no puede tolerarlo después de 11 años de la abolición del apartheid en el otro extremo de África”. En varias ciudades italianas y en Palma de Mallorca se van a hacer huelgas de hambre en octubre en apoyo a los presos saharauis.

A pesar de los amplios apoyos institucionales y populares hacia el pueblo saharaui, el Gobierno español sigue sin tener una posición de acuerdo a la legalidad internacional. España sigue estando considerada por la ONU como la administradora del territorio, ya que era la potencia colonial del Sahara cuando ésta fue abandonada, forzada por la Marcha Verde marroquí que invadió el país. El Acuerdo Tripartito que se firmó cuando Franco estaba en su lecho de muerte, el 14 de noviembre de 1975, no fue ni siquiera publicado en el BOE y es considerado ilegal.

Este año, el año de la Intifada Saharaui, se quiere hacer una gran manifestación en Madrid para denunciar la política española de incumplimiento de su responsabilidad histórica. Las Asociaciones de Amigos de la RASD de Euskal Herria van a organizar autobuses para acudir a la cita. Habrá que ir a los madriles ésta vez.