María Antonia Caro

El tratamiento de los maltratadores:
una cuestión polémica

(Córdoba, mayo de 2001)

 

Los malos tratos y agresiones sexuales no son asunto de mujeres; son un problema de derechos humanos y afecta a las relaciones interpersonales y a la calidad moral de nuestra sociedad. Hombres y mujeres deberíamos sentirnos igualmente implicados  en la lucha por erradicar esta violencia de nuestras vidas.

Voy a centrarme  básicamente en los autores de los malos tratos; es decir, en los hombres, y advierto que muchos de los criterios que manejo serían extensibles también a hombres que han agredido sexualmente o violado.

Mi punto de vista parte del convencimiento de que no es posible recuperar a las víctimas, a las mujeres, sin tratar a su vez a la otra parte del problema que son los hombres.   

 

 “Para las víctimas es muy importante, respecto al grado de recuperabilidad, el saber que su agresor está siendo tratado” [1]

 

A esta misma conclusión han llegado los países que han emprendido un camino serio de intento de erradicar la violencia masculina en la pareja. Tras adoptar diversas medidas referidas a las víctimas, se han preguntado qué hacer con el agresor. Y han llegado a la convicción de que sin actuar directamente sobre él no es posible avanzar en la resolución del conflicto. Víctima y agresor son  dos partes inseparables del mismo problema que tratamos de resolver.

             1.-  Estamos ante un problema de graves dimensiones. 

 

 

Ø                  Datos sobre malos tratos

Ø  Denuncias presentadas año 1999 = 24.985   (5.604 Andalucía)

Ø  Muertes año 1999 =   65 mujeres.

ØEl 14% de mujeres mayores de 18 años (2 millones) ha sufrido maltrato físico o psíquico. [2]

 

-         Las denuncias  representan un  10-30% de los sucesos reales.

-         2 millones de mujeres han sufrido maltrato en algún momento de su vida y 670.000 de ellas de forma consciente. A las que hay que sumarle los niños y niñas sometidos igualmente a esta tremenda violencia generada en el seno de la familia .

-         Los estudios e investigaciones, aunque son modestos,  muestran que los malos tratos no se producen solo en las  familias  desfavorecidas socialmente. Por el contrario se da en todos los estatus y ámbitos sociales.

-         Afecta también a todas las edades, es decir, las nuevas generaciones no modifican estas violentas conductas en el seno de la familia. [3]

Son datos estremecedores. Demuestran que la familia resulta ser el foco de mayor violencia de nuestra sociedad [4] y  explican por qué se comienza a hablar de epidemia y se urge a los poderes públicos a tomar medidas acordes con la gravedad del asunto.

          

2.- ¿Quiénes son los hombres que han maltratado?.

      De los pocos estudios disponibles:

a)     No son personas con trastornos mentales (solo un 10% de casos).  La mayor parte son personas “normales”, “de apariencia normal”, de todas las edades y estatus sociales... 

 

 

      Perfil psicológico de hombres que han maltratado. [5]        

       Una persona

Ø      Con dificultad en el manejo y control de sus impulsos.

Ø      Con dificultad para hacer frente a situaciones conflictivas en forma adecuada.

Ø       Poca tolerancia a la frustración

Ø      Dependencia emocional , actitudes de control, celos y vigilancia estrecha hacia su pareja.

Ø      Pobre imagen de sí mismo (en el mundo externo).

Ø      En el fondo, es una persona muy insegura.

 

Ø Creen que es el hombre el que tiene poder.

Ø Temen que su compañera sentimental les abandone  tratan de evitarlo por

         medio del temor.

Ø Fueron a su vez maltratados o han vivido en un  ambiente donde es habitual

         agredir a la mujer. [6]

Ø Está presente en un % alto el alcohol y otras toxicomanías.

 

 

Un perfil que tiene todo que ver con el rol masculino estereotipado.

 

c) Enorme diversidad de hombres y situaciones de maltrato. 

3.- Veamos esta diversidad  en  los propios datos anteriores. 

-         Hombres que han maltratado hay muchos: casi 25.000 denunciados y hasta 2.000.000, según la encuesta citada, pero asesinos hay afortunadamente pocos. Entre esos 65 y los 2 millones hay infinidad de conductas diversas.

                  Sin embargo, la imagen que tenemos de los malos tratos muchas veces es maltratador = asesino,
sádico...,  ya que en la prensa son los casos mas brutales los que se publican.

Esta imagen distorsionada de la realidad es un grave obstáculo para

buscar vías de solución al problema, que necesariamente tienen que ser tan diversos como lo son los casos y situaciones de maltrato.

- La propia encuesta de Asuntos Sociales contempla 13 situaciones, síntomas de maltrato familiar. Todas ellas reflejan conductas violentas, detestables, pero muestran a su vez, una variedad de situaciones  que requieren actuaciones  diferentes.

 

      

TEST PARA LAS VICTiMAS. [7]

® ¿Le impide ver a la   familia o tener relaciones con amigos o vecinos?

®   ¿Le quita el dinero que usted gana o no le da el que necesita para mantenerse?

®   ¿La insulta o la amenaza?

®    ¿Decide las cosas que usted puede hacer o no?

®   ¿Insiste en mantener relaciones sexuales a pesar de sus negativas?

®   ¿No tiene en cuenta sus necesidades (le deja el peor sitio de la casa, lo peor de la comida...?

®   ¿En ciertas ocasiones le produce miedo?

®   ¿Cuando se enfada llega a empujarla o golpearla?

®   ¿Le dice que a donde va a ir sin él y que no es capaz de hacer nada por usted misma?

®   ¿Le dice que todo lo que usted hace está mal, que es torpe?

®   ¿Ironiza sobre sus creencias o no las valora?

®   ¿No valora su trabajo?

®    ¿Delante de sus hijos dice cosas para no dejarla a usted en buen lugar?

             

       

Comprender esta diversidad es un dato esencial para abordar la resolución del problema.

“No podemos hablar de una única forma de violencia ni de un maltratador tipo, sino de diferentes personas que van a requerir abordajes flexibles desde el punto de vista terapéutico”. [8]    Diferencias por cierto referidas también a las medidas que se deben adoptar con las distintas situaciones y características de las mujeres  que han sufrido maltrato.

 

4.-¿Que está pasando en la práctica con los hombres que maltratan?.

         Dos caminos opuestos se han seguido:

         O exigencia de mas castigo, más años de cárcel, escarnio público y  modificaciones del Código Penal en este sentido... Voces fundamentalmente del ámbito  político y de algún sector   del  Movimiento Feminista. [9]

         O nula atención a las denuncias y ninguna repercusión sobre el agresor.   Son ya varias las entidades e instituciones [10] cuyas investigaciones demuestran que más  del 80% de las denuncias no ha tenido ningún efecto sobre el agresor. 

Hay también algunas muy modestas experiencias de tratamiento terapeútico en el Estado español.    

5.- Ni un camino ni otro son buenos.

Modificar el Código Penal, aumentar la penas... resulta fácil, barato y exime a las Administraciones de responsabilidad y de las inversiones que requerirían otro tipo de medidas. Pero no sirve para resolver los problemas, ni repara el mal que han ocasionado los malos tratos, ni protege a las víctimas. [11]   De hecho, hay desazón porque se percibe que, a pesar de las medidas emprendidas, no decrecen los malos tratos y las mujeres que los sufren se siguen sintiendo indefensas.

El Código Penal tiene ciertamente un carácter simbólico, de tipificación de  conductas prohibidas, pero no puede ser nuestro código moral [12] .  Su objetivo debe ser  disuasorio, por lo que sólo se debería usar como último recurso, cuando han fracasado otros medios de  resolución del conflicto en cuestión.

El Código Penal no protege a la víctima. Como su nombre indica, es un código de castigos en el que ni siquiera hay sitio para la víctimas.

La víctima no existe en el proceso penal. No interviene, queda relegada.

Preguntémonos qué quieren las mujeres que han sufrido malos tratos. ¿Verdaderamente desean que los hombres sean más castigados?. 

-         Todas quieren  que el hombre  deje de maltratarla.

-         Entre un 30-50% de ellas quiere recomponer la convivencia con ese hombre.

-         Todas quieren tener un proceso más humano y recibir los apoyos necesarios para continuar o rehacer su vida

-         Y todas, desde luego, quieren poder vivir sin miedo.

           

 Nada de esto puede garantizarlo el sistema penal.

 

La cárcel, pena reina ( a pesar de las últimas modificaciones) del Código Penal, es un buen ejemplo de lo dicho. Es ineficaz, ya que no protege a las mujeres maltratadas porque no transforma la conducta del hombre castigado y en consecuencia su relación con los demás, empezando por su compañera sentimental (actual o futura) y sus hijos.  

        

·        Es ineficaz ya que no protege a las mujeres maltratadas. Es ineficaz para proteger a la víctima porque la estancia en la cárcel por malos tratos es necesariamente corta y cuando salga, ese hombre puede estar peor que cuando entró. Con más resentimiento y rabia contra la mujer a la que considerará responsable de su ingreso en prisión.

·        Esto no lo transforma el hecho de estar más años encerrado. ¿Por qué más años encerrado lo van a hacer mejor? Al contrario, lo pueden empeorar. Porque  la cárcel es un depósito de personas, en el que será tratado con violencia.  ¿Por qué una persona tratada con violencia va a salir más pacífica?.

·        ¿Por miedo a que le vuelvan a meter? La realidad es tozuda al respecto:

-         EEUU con pena de muerte inclusive y con mayor índice de delincuencia en el mundo.

-         Estado Español: media de estancia en la cárcel 4-5 veces. La cárcel es un camino de ida y vuelta.

·        La cárcel no transforma la conducta del hombre que ha maltratado porque no va a recibir un tratamiento para su problema. El es un hombre violento que no controla su violencia. Pero generalmente no se responsabiliza de su conducta, cree que ha actuado “obligado” por la actuación de su pareja... En la cárcel no recibirá ningún tratamiento para comprender el mal que ha ocasionado y poder modificar su conducta, o al menos, poder intentarlo.

·        Por eso la cárcel resulta incluso peligrosa. Puede reforzar la conducta violenta del hombre que ha maltratado . [13]

 

Nuestro sistema penal en teoría apuesta por la reinserción o rehabilitación de las personas que transgreden la ley. Pero es bien conocido el fracaso de las cárceles a este respecto. En ellas las personas quedan despersonalizadas y desresponsabilizadas. Sometidas al arbitrio de unas estrictas normas disciplinarias que deben cumplir a raja tabla sufriendo el pertinente castigo cuando se las saltan en lo más mínimo... Todo ello en flagrante antagonismo con la necesidad de que  se responsabilicen de su conducta de maltrato o agresión sexual... 

Tampoco podrán responsabilizarse de su conducta violenta esos hombres, cuando las denuncias quedan sin condena ni repercusión alguna sobre ellos. Tampoco así pueden comprender  el mal que han causado y, en consecuencia, repararlo.

 Precisamente este enrevesado conflicto interpersonal en el que se  mezclan tantas dependencias, necesidades y sentimientos contradictorios entre las personas afectadas (mujeres, hombres, hijos...) demuestra que, aunque haya que recurrir a medidas penales,  es imprescindible buscar otros derroteros...

 

 6.-    Hay que optar por un camino distinto:

-         que responda a una filosofía reparadora y conciliadora, 

-         que esté más atento a la diversidad de situaciones existentes,

-         que ponga en primer plano a la víctima y la reparación de daños causados, empezando por garantizar su seguridad inmediata (pulseras con transmisor, protección policial, mediadores de barrio...)   y futura, es decir, la no reincidencia del hombre que la ha maltratado...

-         que admita por tanto un mayor protagonismo de la víctima en el proceso, así como la implicación del agresor, tratando de cambiar su conducta,  y buscando una respuesta adecuada a cada conflicto.  (Usar la   Mediación  cuando sea posible [14] , asistencia letrada en los juicios de faltas...)

-         que las medidas punitivas que se adopten persigan proteger a la mujer y la reeducación del hombre (prohibición de acceder a determinados lugares; que sea él el que sale de la casa familiar; que realice trabajos en beneficio de la comunidad...)

 

En este camino y con esta filosofía, es como  hay que plantearse el tratamiento terapéutico [15] para que los hombres que han maltratado  puedan modificar su conducta. Debería ser complementario o sustitutivo de la prisión u otras medidas punitivas y aplicarse en todos los casos, también en los mas graves.

Tratamiento terapéutico que lleva muchos años funcionando en otros países, (Canadá, EEUU, Argentina, Holanda, incluso Colombia...) cuando han comprendido que para  recuperar a la víctima es esencial tratar también al agresor.

Aunque figura en muchos planes de actuación de las Administraciones, [16] contra los malos tratos a mujeres, poco o nada se hace al respecto en el Estado Español. 

Las  únicas y modestas experiencias aquí:

+ País Vasco (Guipúzcoa, Vizcaya y Álava)  de la  mano del Instituto de la Mujer.

Año  95.  

+ Gerona.  Marzo del 99 a iniciativa de la Generalitat.

+ Barcelona. Diciembre del 99.  De la Fundación de Asistencia y Gestión Integral.

+ Huesca. Finales del 99. Instituto Aragonés de la Mujer.

   

   7.- El tipo de tratamiento terapéutico atiende a las características comentadas en el perfil psicológico del hombre que ha maltratado.

 

 

TEMAS PRINCIPALES DE TRATAMIENTO

            (doce semanas de trabajo)

ü      Responsabilización por la propia conducta violenta.

ü      Reconocimiento de  las señales de previolencia.

ü      Identificación de sentimientos y emociones.

ü      Alternativas a la violencia.

ü      Utilización del tiempo personal.

ü      Roles de género (masculino-femenino)

ü      Discusión del diagrama de dependencia.

 

  

Son terapias orientadas a aumentar sus habilidades sociales, a poner en cuestión sus concepciones machistas, a conocerse mejor y aumentar el control y los mecanismos de resolución no violenta  de los conflictos interpersonales...

El objetivo es modesto: que consigan controlar su violencia. Desde ese punto de vista los resultados de los tratamientos en el Estado Español son muy positivos, por encima de lo que en el mundo de la psicología son  considerados buenos resultados. [17]  

Es importante que sean las Administraciones Públicas (que no entidades privadas)  las que pongan en pié estos tratamientos, por el valor simbólico que tiene y para garantizar que hombres de clases sociales desfavorecidas puedan igualmente acceder a dicha prestación.   

 

8.- La solución al problema.

El Movimiento feminista ha peleado mucho para evidenciar que la violencia masculina es una brutal expresión  de la supremacía, del poder que ejercen los hombres sobre las mujeres en nuestra sociedad. Un enfoque del problema, que no agota, desde luego, la explicación, pero sin el cual sería imposible entender lo que sucede y sobre todo atinar a resolverlo. No es posible acabar con la violencia masculina contra las mujeres sin modificar esas relaciones de subordinación y desigualdad de las unas respecto de los otros.   

Las medidas que hay que seguir tomando son múltiples, empezando por  la investigación, donde está casi todo por hacer. [18]  

El importante terreno  de la prevención, que debe abarcar la educación, salud, justicia (donde sigue habiendo muchos jueces, hombres y mujeres sexistas )  y acción social, con el objetivo de  acabar con  el sexismo y  fomentar  unas relaciones interpersonales igualitarias y libres en la que las que aprendamos a resolver o a tratar los conflictos de forma no violenta...

En el de los apoyos materiales para las mujeres que hayan sufrido maltrato o agresión y programas de tratamiento y recuperación para las víctimas y los hombres que hayan maltratado o agredido sexualmente.

Es urgente promover políticas sociales activas que sitúen a las mujeres [19] en condiciones de mayor igualdad para poder realmente decidir sobre sus vidas. En los diversos planes de la Administración contra la violencia doméstica éste suele ser un ámbito ignorado o reducido a su mínima expresión, cuando debería ocupar un lugar central en dichos planes. Medidas tan fundamentales como el salario social [20] , el subsidio automático por cada hijo o hija, ayudas para la vivienda, políticas de promoción de empleo, plazas en las guarderías para las criaturas...  [21]

La realidad en el Estado Español camina en sentido inverso. Recientemente Cáritas publicaba los resultados de una encuesta [22] en la que aparece que (junto a los jóvenes)  son cada vez más las familias monoparentales las que engrosan las bolsas de pobreza en el Estado Español. Un 10% de hogares con algún menor de 18 años son monoparentales (generalmente mujeres con hijos a su cargo) y el 40% de estos hogares no son autónomos. Es decir dependen de otros, mayormente de familiares,  para subsistir.

La independencia económica es una pieza esencial de la igualdad real entre hombres y mujeres y ésta, a su vez, requisito imprescindible para acabar con los malos tratos. Pero no es suficiente. Ejemplos como el de Finlandia lo confirman. Este es  considerado un país altamente igualitario [23] ,  a pesar de lo cual, una encuesta reciente [24] reflejaba que el 40% de las finlandesas sufre violencia doméstica. En el 97 (año anterior a la encuesta), 32 mujeres murieron a manos de sus parejas en un país ocho  veces menor que el Estado Español.

Esto mismo es lo que refleja otra encuesta realizada el pasado año en la Unión Europea.  

          

 “El 46,1% de los europeos achaca la violencia doméstica a las provocaciones de la mujer”. [25]  

 

 

           Mientras pervivan estas mentalidades, fruto de los actuales marcos sexistas de socialización, en los que  el género sigue teniendo un peso crucial en la determinación de nuestras vidas; mientras en nuestro imaginario nosotras sigamos siendo las víctimas subordinadas  y ellos los que ejercen el poder contra nosotras... la violencia masculina no podrá ser erradicada de nuestras vidas. Ni siquiera podremos avanzar sustancialmente.   

 Hay que acabar con ese sexismo que pretende determinarnos a los unos y a las otras por el hecho de haber nacido hombres o mujeres. Un objetivo a largo plazo, desde luego, que requiere de la implicación de las mujeres, de todas las mujeres, pero también de los hombres que deben corresponsabilizarse con este problema de género, participando activamente en la lucha contra esta violencia  y cuestionando un modelo de masculinidad  igualmente amputador de su personalidad y de su libertad.

Por eso he empezado esta charla afirmando que es la calidad moral de nuestra sociedad la que está en juego. No se puede avanzar en la resolución de los malos tratos y agresiones sexuales a mujeres sin  avanzar a su vez en una concepción de los seres humanos y de las relaciones interpersonales más igualitarias, solidarias y más libres.

            


[1] Del “Programa de tratamiento de agresores a mujeres y niños/as” de “Vinculos”, Asociación Andaluza de acogida de menores que incorpora programa de tratamiento a agresores sexuales.

[2] Encuesta de la Secretaría General de Asuntos Sociales. EL País, 4 de febrero de 2000.

[3] “Informes, estudios y documentos, la violencia doméstica contra las mujeres”  Defensor del pueblo, Madrid 1998. Edad media 32,5 años. Son datos de casas de Acogida de Andalucía y Madrid.  Un  estudio del Instituto Andaluz de la Mujer realizado entre las mujeres atendidas en los centros de la Junta, afirma que lo malos tratos se inician cuando apenas tienen 20 años. (El País, 11.12.99)

[4] Produce mas muertes que los atentados de ETA, a pesar de lo cual ni el gobierno ni las demás Administraciones Públicas considerarán que éste sea asunto de emergencia, o de inseguridad ciudadana.

[5] De la psicóloga clínica M.D. Andreu Serret. Revista Mujeres, nº 8, Marzo del 99, y del informe del Defensor del Pueblo citado.

[6] En la encuesta de Instituto Andaluz de la Mujer publicada el 11.12.99 habla de un 64% de agresores que fueron víctimas o testigos de malos tratos en su familia en su infancia.

[7] Usado por la Secretaría General de Asuntos Sociales para realizar la encuesta a las mujeres.

[8] Javier Madina. terapeuta pionero en el Estado Español en  tratamientos a hombres que han maltratado. Personalidades violentas, Ediciones Pirámides.

[9] La reciente iniciativa de publicar “listas de maltratadores” aprobada el 17 de Mayo en las Cortes de Castilla-La Mancha; la negativa de grupos de mujeres a que la mediación figure en el segundo plan del gobierno contra la violencia doméstica, son dos ejemplos cercanos de este camino.

[10] ALA (Asociación Libre de Abogados); Instituto de la Mujer de Andalucía 11.12.99.,, etc. 

[11] Como dice un criminólogo americano: demasiadas veces los políticos persiguen con medidas de este tipo satisfacer a la opinión pública, asegurándose su apoyo electoral, aunque estas medidas vayan en detrimento de las personas directamente afectadas.

[12] Aunque en sociedades tan frágiles moralmente como la nuestra, se identifica demasiadas veces el Código Penal con nuestro Código Moral, aumentando sistemáticamente las demandas de nuevos  tipos y  nuevas penas.

[13] De hecho algunos de los asesinos habían estado en la cárcel, cumpliendo condenas largas incluso , pero al volver a salir mataron  a la mujer. Ese fue por ejemplo el famoso caso de la joven Mar Herrero de Madrid ( El País, 13.2.2001), o el de Mariana García Sánchez de Salamanca, asesinada hace un par de días, habiendo cumplido su marido anteriormente, 10 años de cárcel por intento frustrado de asesinato... ( EL País, 1.6.2001.) 

[14] Solo Cataluña tiene una ley de mediación familiar desde el año 99, aunque desde el 91 se venía practicando la mediación intrajudicial. En Europa, son Francia y Reino Unido los países donde está también regulado por ley. 

[15] Se le puede llamar también acción psicológica o reeducación para incidir en que no estamos ante problemas patológicos. Solo un 10% de casos lo son. 

[16] El “Plan de Actuación del Gobierno Andaluz para avanzar en la erradicación de la violencia contra las mujeres” del año 99, dice en el punto 6: “Puesta en marcha de programas de reeducación de los maltratadores y de grupos de terapia destinados a hombres con antecedentes de agresiones a mujeres como complemento a las medidas penales”.

[17] Javier Madina, libro citado, habla de casi 90% de éxito, aunque él mismo señala las reservas con las que deben ser tomados estos datos “puesto que no se trata de un estudio controlado y la muestra de casos era muy heterogénea”. Resultados del Instituto Vasco de la Mujer 56,4 de éxito, El País 15.5.de 2000. Aunque como apunta J. Madina, hay que tener en cuenta que la experiencia se refiere a pocos hombres y  que  hay dificultades en el seguimiento posterior a las terapias. Es necesaria una muestra más amplia y  mayor control posterior para verificar estos resultados ... 

[18] Son muy pocos los estudios que se han realizado en el Estado Español, casi todos centrados en las mujeres de casas de acogida, y en ocasiones, con  resultados contradictorios tal y como  manifiestan, e incluso discuten, los propios autores de las encuestas.

[19] Sobre todo a las mas desfavorecidas socialmente, en muchos casos  empobrecidas por   separación, viudedad...

[20] Salario al que debería tener derecho toda persona en edad laboral.

[21] Estas son medidas más  caras que las modificaciones del Código Penal o la publicación de listas de “maltratadores”  y también más imprescindibles y acordes con las necesidades de  las mujeres.

[22] El País, 24.3.2001.

[23] “El país de las mujeres, paradigma de la igualdad”, con una larga tradición de igualdad ante la ley y de incorporación de la mujer a la vida pública y laboral. Fue el primer país europeo en reconocer el derecho del sufragio femenino. En la actualidad  6 de los 17 ministerios están dirigidos por  mujeres y la Presidenta  es mujer.

[24] Encuesta llevada a cabo por el Centro de Estadísticas del gobierno finlandés. El País, 21.8.98.  

[25]   Datos del Eurobarómetro. El País, 5.2.de 2000.

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