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ELÍAS Y EL CASO DEL PÁJARO CARPINTERO

Y sonso, porque el pájaro, además de ser carpintero, era sonso, como verán ahora que les platique. Resulta que me mandaron de comisión de investigación al caracol de Morelia, en la zona Tzots Choj. La cosa o el caso era de un cristiano al que lo habían difunteado unos que decían que no, que no ellos lo habían matado. La Junta de Buen Gobierno de ése lado había mandado una solicitud de apoyo a la Comandancia General del EZLN. El Sup no estaba, así que le avisaron por radio y me dicen que dijo que me mandaran a mí. En La Realidad, el responsable local me dio para el pasaje, unas tostadas, una bola de pozol y unos papeles. En uno leí...

“Acta de levantamiento Comunidad Nich Teel perteneciente al Municipio Autónomo Rebelde Zapatista Olga Isabel, Chiapas, a 25 de Junio de 2004. El c. Pedro Santis Estrada, Comisión de Honor y Justicia Municipal Autónomo, a las 9.25 pm. hace las siguientes descripciones del levantamiento del cadáver en la siguiente manera:

1. El difunto Francisco Hernández Solís de 38 años de edad, estado civil unión libre con 9 hijos.

2. El día 25 de Junio del año 2004 se dirigió a trabajar a su milpa a las 6 de la mañana en autodenominado 6ª Wits, con una distancia de 5 Km. a su casa habitacional.

3. A las 13 hrs. (1 de la tarde) se regresaron junto con su hermano menor con el nombre de Santiago Hernández Solís de 21 años de edad y acompañado con su hijo de nombre Pedro Hernández de 10 años de edad, cuando habían salido a 300 metros a su milpa fue emboscado en un lugar preparado, el tiro en contra de Francisco Hernández Solís a una distancia de 2 metros en el camino en donde fueron disparados 4 tiros con arma de calibre 22 con funcionamiento automático.

4. Fueron atravesados dos tiros en el mismo agujero del pecho derecho, uno más en el centro de su pecho y uno en la nalga derecha.

5. En el lugar en donde fue emboscado corrió 48 metros gritando su nombre a los que dispararon contra él, y le mostró todavía a su compañero en las partes de su cuerpo en donde entraron las balas y de ahí se cayó muerto: boca arriba mirando al sur con los ojos abiertos y su mano derecha al pecho y su mano izquierda firme y sus pies firmes. Datos Personales:

El difunto Francisco Hernández Solís llevaba cargando media costalilla de maíz, con un machete y una lima de afilar en su cintura y una morrateta, camisa blanca rayada, pantalón de mezclilla color blanco y cinturón de piel color negro y botas de hule, cabello negro lacio, cejas grandes, ojos negros, nariz grande, con bigotes negros, boca regular, cara redonda color morena, orejas grandes, mide 1.60 cm.

SE CIERRA LA PRESENTE ACTA DE LEVANTAMIENTO

EN EL MISMO DÍA Y FECHA DEL INICIO. DOY FE.

Pedro Sántis Estrada.

Comisión de Honor y Justicia.”

Me fui pues para la comunidad de Moisés Gandhi y ahí me alcanzaron los de la Junta de Buen Gobierno de Tzots Choj. Llegando a la comunidad Morelia, que es donde está el caracol, me reuní con las autoridades autónomas de los MAREZ Ernesto Che Guevara y Olga Isabel. Según esto, el mismo día del asesinato detuvieron a dos personas que tenían problemas con el finado. Que los problemas eran de solar, de cafetal y de leña. Que habían empezado hace tiempo. Que los dos detenidos presuntos acusados se llaman Sebastián Pérez Moreno y Fausto Pérez Gómez. Que de por sí son los nombres que dijo el finado cuando todavía no era finado. Que declararon que ellos no fueron, que sea los detenidos presuntos acusados declararon que no ellos son los matadores del finado. Que ellos habían ido a trabajar en su cafetal de ellos. Que llevaban arma de cacería por si topaban animal. Que en un acahual toparon un pájaro carpintero. Que lo dispararon 4 tiros pero no le dieron. Que ya luego se regresaron a sus casas por la calor. Que ahí lo supieron del muerto.

Pedí que me llevaran al lugar donde había pasado todo. Me llevaron pero ya era tarde ya, así que sólo tomamos café y un poco de pan. Me dieron hospedaje en la escuela de la comunidad. Al día siguiente, temprano, fuimos al lugar. Recorrí el terreno alrededor de donde se difunteó el finado. Que sea lo reconocí el terreno. Puro acahual por un lado. Puro potrero por otro lado. Sólo un poco de montaña, que sea de árboles altos ya más pegado a donde están los cafetales. Seguí su paso del finado hasta donde se murió todito. Lo caminé también donde dicen los presuntos acusados detenidos que se caminaron. Algo no me checaba y no encontraba lo que buscaba. Seguido así me pasa. Seguí buscando sin saber qué mero buscaba, pero pensando que cuando lo encontrara lo iba a saber. Tomamos pozol ya tarde. Le pregunté a los que iban conmigo si el día ése de la desgracia llovió. Que sí. Que un poco bastante. Que todo el santo día. Que no escampó hasta la noche. Lo quedé pensando. Tardé. Aluego supe que no iba a encontrar lo que buscaba y que eso era lo que buscaba, que sea que buscaba no encontrar lo que buscaba. Los que iban conmigo me dijeron que está muy revuelto mi pensamiento. Les dije que de por sí. Nos regresamos. Fui con las autoridades y les dije que no encontré lo que buscaba y que por lo tanto los acusados sí eran culpables. Las autoridades también dijeron que tengo muy revuelto mi pensamiento. Yo pensé que debería cargar en mi morraleta un montón de papeles que dijeran “De por sí”, para no estar batallando a cada rato. Como no traía los papeles que dijeran “De por sí”, entonces les dije a las autoridades que de por sí, pero que la problema era que no había encontrado el pájaro carpintero. Que y eso qué, dijeron las autoridades. Que seguro también se había difunteado como el finado. Yo les dije que o el pájaro carpintero era muy sonso y salía a picotear cuando estaba lloviendo y en un acahual donde no hay árboles para picotear, y además seguía volando ahí nomás aguantando 4 tiros, o no había pájaro carpintero. Que qué tal que no había pájaro carpintero, dijeron las autoridades. Que qué tal, dije yo. Que suponiendo-sin-conceder que no hubiera pájaro carpintero, entonces a qué le dispararon los acusados, dijeron las autoridades. Que lo mismo digo yo pero sin hablar como abogado, les dije. Que clarito se ve que están mentirando, dije otra vez. Que qué tal que alguien más anda en el asunto, dije otra vuelta. Que lo van a ver, dijeron las autoridades. Que ya me voy a bañar al río porque agarré mucha mostacilla en el acahual y en el potrero, dije yo. Que pinche mostacilla onde quiera se mete, no dije yo pero lo pensé. Que fui a la tienda cooperativa por unos cigarros. Que de cuáles, dijo el compa. Que “Gratos”, dije yo. Que si mentolados, dijo el compa. Que quiero un cigarro, no un dulce, dije yo. Que ya en la noche llegaron a decirme que las autoridades ya detuvieron a otra persona más con el nombre Pascual Pérez Silvano de 16 años de edad, soltero que vive junto con su familia. Que él dijo claro sobre los hechos ocurridos. Que ya lo están tomando su declaración de los acusados. Que ya más tarde me trajeron la...

“Declaración preparatoria pública

Pascual Pérez Silvano, dice claro cómo fueron sus caminos en vista de las tres personas, que se encontraron en el cruce de camino con el Fausto y Sebastián que llevaban armas de calibre 22, rifle de 16 automático y que invitado a la cacería y que no iba a aceptarlo porque va a ir a traer maíz, al final acepté acompañarlo, fuimos en ese camino de Corostik, pasamos en el camino de Mustajá y seguimos el de Xaxajatik, yo ya estoy cansado y no hemos encontrado nada, le dije que yo no puedo seguir caminando más y Sebastián me dijo que soy mujer si ya no puedo seguir y seguimos caminando, hasta llegamos en donde ya no hay camino y me decidí quedar, me empezó a decir que si le dices algo primero te voy a disparar, –ahí me quedé como 15 metros y ellos llegaron al camino de la milpa, no lo vi cómo entraron y empezaron a disparar sus armas, yo salí corriendo porque tuve miedo, porque yo no sabía qué iban a hacer, fueron varios tiros, si me hubieran dicho yo no iría con ellos. Sólito salí escondiéndome y me regresé en el mismo caminito que encontramos pero ya no encontré a Fausto y Sebastián, tuve que dar vueltas todavía para encontrarlo el caminito que se va en mi milpa, para tapiscar el maicito, por el miedo ya no puede llenarlo mi costal y vine rápido a mi casita pero no dije nada a mi familia. Pasando rato cuando empezaron a decir que alguien fue asesinado en el camino y que era el señor Francisco Hernández Solís, de allí que pensé que son ellos los que dispararon en el camino, porque yo no lo sabía, ni lo vi qué es lo que dispararon. Se empezaron a reunir la gente para ir a verlo, por lo que sé no ha hecho nada. Fausto y Sebastián no pudieron decir nada, sólo estuvieron viendo su ojo a su compañero por la declaración que dio el Pascual Pérez Silvano. Al fin dijeron que ellos fueron, aceptaron ser los responsable del asesinato a Francisco Hernández Solís.

NO HABIENDO MAS ASUNTO QUE TRATAR, SE DA POR TERMINADA LA PRESENTE ACTA DE AVERIGUACIÓN PREVIA AL MISMO DÍA Y FECHA DE SU INICIO. DOY FE. Pedro Sántis Estrada. Comisión de Honor y Justicia.”

Al otro día me avisaron que me regreso yo para La Realidad. Me dieron las gracias, para mi pasaje, y unas tostadas y pozol para el camino. Estaba lloviendo. Los cigarros se mojaron toditos. Ahí nomás en Cuxuljá agarré carro para Altamirano y de ahí a Las Margaritas. Llegué a La Realidad ya tarde, en la noche. En casa de Max había tamales, café y guineo. El Max me dio otros cigarros. Llovió otra vuelta. Yo agarré posada en la tiendita que se llama “Don Durito”. No muy dormí. Traía mostacilla hasta en el alma.

ELIAS Y EL CLUB DE CALENDARIO ROTO

Bueno, ahora les cuento cómo fue el encuentro de Elías con el “Club del Calendario Roto”. Una noche se hizo un pequeño escándalo en la champa donde dormimos los campamenteros. Resulta que Juin Hélene, la francesera, padece insomnio y desde su hamaca alcanzó a ver que algo se movía en el techo. Alumbró con su lámpara y resultó ser una culebra, víbora o serpiente. Por supuesto que empezó a gritar y por supuesto que todos nos despertamos. Lo que siguió fue un pánico generalizado, pero disfrazado de debate ecológico esquina con terapia colectiva. Primero discutimos si la matábamos o no. A la culebra, no a Juin Hélene. Por parte de Danna Mayo se dieron argumentos naturistas en contra de matarla, alertando sobre el peligro de alterar la biodiversidad; por parte de Vittorio Francesco Augusto Luiggi se proponía matarla y se dieron razones culinarias que abundaban sobre las bondades gastronómicas de la culebra, pues había leído en un comunicado del Sup que la víbora asada tenía sabor a pescado. Juin Hélene estaba por alterar el equilibrio biológico matando a la culebra y a mí el pescado me gusta mucho, así que, por mayoría aplastante, se optó por condenar a muerte a la serpiente. Claro que el problema era primero hacer que bajara del techo, y segundo, matarla. Danna Mayo dijo que consiguiéramos una silla y que Vittorio Francesco Augusto Luiggi la bajara dándole con el cucharón de la sopa de fideo. Panchito dijo, con un notable acento mexicano, que ni madres. En ésas estábamos cuando llegó Elías, se enteró rápido de qué iba la cosa, salió y regresó con una vara larga, golpeó a la culebra tirándola al suelo y, con el machete, le cortó la cabeza.

- Era una nauyaca -, dijo y se llevó las dos partes no sé donde.

Al rato volvió y nos preguntó si íbamos a salir y cuándo. Le dijimos que sí, que el domingo. Danna Mayo tenía que retirar dinero del banco, Juin Hélene regresar a Francia, Vittorio Francesco Augusto Luiggi comprar algunas cosas, y yo renovar mi visa de turista. Todos teníamos que ir a la Ciudad de México. Elías nos preguntó si podía salir con nosotros. Le respondimos que sí, que por supuesto, que claro, que sería un honor que etcétera.

- Tá bueno–, dijo.

Le preguntamos que a dónde iba él y a qué.

- Voy a México a buscar una medicina, pero no lo vayan a publicar–, nos respondió y se perdió en las sombras de la noche.

Después del susto de la nauyaca, nadie pensaba en dormir, así que se convocó a una sesión extraordinaria del Club del Calendario Roto. ¿Tema? El viaje de Elías.

Junio Ilegal sostenía que lo de la medicina era mentira, que Elías iba a salir para comprar boletos para el Festival de Jazz en la Ciudad de México, al que el Sup iría disfrazado de saxofón y ya luego se iba a trabajar en un Table Dance “sólo para mujeres” para juntar dinero para la causa. Mayo Clandestino alegaba que no, que Elías iba a averiguar la dirección de un hospital donde hacían operaciones de cambio de sexo, porque el Sup es lesbiano, o sea que le gustan las mujeres pero no le hacen caso y se iba a hacer mujer para que lo quisieran. Yo, o sea Julio Secreto, dije que Elías iba para averiguar cuándo era la Marcha del Orgullo Gay en la que el Sup se haría presente y saldría, simultáneamente, de la selva y del closet. Agosto Prohibido nos escuchaba en silencio y, cuando los demás nos cansamos de discutir, intervino:

- No saben nada–, nos dijo con desprecio.

- El Sup es más machito que Pedro Infante y Lando Buzzanca juntos, y le gustan los sones y los huapangos. Además, si leyeran el periódico sabrían que Elías va a lo del asunto del Wall Mart de Teotihuacan–.

Nos quedamos mirándolo, sin entender nada.

Agosto suspiró antes de acceder a explicarnos:

- Resulta que la Wall Mart puso una tienda en Teotihuacan para robarse las pirámides del Sol y de La Luna. Se las van a robar por partes. Cada pedazo que se lleven lo van a suplir con uno idéntico, pero hecho de cartón piedra. Las partes originales las empacan en las cajas vacías de mercancías. Por eso, si vas a pedir cajas para una mudanza o para guardar libros, ropa, discos o ayuda humanitaria, ni madres que te dan siquiera una. Se van a robar primero la Pirámide de La Luna, para que el 21 de marzo todavía esté la original de la Pirámide del Sol y así tengan todavía un año para desmantelar ésa sin que nadie se dé cuenta–.

Seguíamos mirándolo y seguíamos sin entender nada. Junio Ilegal preguntó para qué querría la Wall-Mart robarse las pirámides de La Luna y el Sol en Teotihuacan. Agosto Prohibido le respondió con tono de “elemental, mi querido Watson”:

- Pues para que los extraterrestres buenos no ubiquen el lugar para aterrizar. Los extraterrestres buenos están esperando que los zapatistas extiendan su territorio y funden un Caracol en Teotihuacan, entonces van a bajar en las pirámides y tan-tan, se acabaron los Mac Donalds y las Pizzas Hut. Pero si las pirámides no son las pirámides, pues entonces no bajan los extraterrestres buenos y entonces sí tendremos Bush, Blair, Berlusconi, Aznar y FMI forever. ¿Ci siamo capiti?–.

Mayo Clandestino preguntó a dónde se iba a llevar la Wall Mart las pirámides de Teotihuacan. Julio Secreto, o sea yo, me sumé a la pregunta. Junio Ilegal se estaba quedando dormida.

- Eso es lo que va a ir a investigar Elías–, respondió Agosto Prohibido.

Todos estuvimos de acuerdo en que ya estaba bueno de nauyacas, pirámides, puestos de comida rápida y extraterrestres, y que había que dormir.

Ya en la hamaca, en la duermevela, se me confundió todo. Porque resulta que, a diferencia de los demás meses de nuestro roto calendario, yo ya había leído el capítulo uno y dos de la novela ésta de “Muertos Incómodos” y, aunque folia lo que falta, yo ya sabía a qué iba Elias a la Ciudad de México.

Y tuve miedo. Mucho miedo. Pero no un miedo a lo desconocido. No, era algo más racional. Miedo a lo conocido. Miedo a la larga historia de derrotas. Miedo a la costumbre y a la resignación que nos produce esa cuenta en la que siempre aparecemos en las restas y divisiones, nunca en las sumas y multiplicaciones. Tuve miedo de que el Belascoarán y el Elías perdieran, y que nosotros, todos nosotros, perdiéramos con ellos. Porque es sabido que el asesino siempre regresa a la escena del crimen. Pero supongamos que el Elías y el Belascoarán no van detrás de un asesino, sino de EL asesino. Si es quien yo me imagino, entonces EL asesino no va a regresar a la escena del crimen, simple y sencillamente porque él es la escena del crimen. EL asesino es el sistema. El sistema sí. Cuando hay un crimen hay que buscar al culpable arriba, no abajo. El MAL es el sistema y los MALOS son quienes están al servicio del sistema.

Pero el MAL no es una entidad, un demonio perverso y maléfico que busca cuerpos que poseer y, con ellos como instrumento, hacer maldades, crímenes, asesinatos, programas económicos, fraudes, campos de concentración, guerras santas, leyes, juzgados, hornos crematorios, canales de televisión. No, el MAL es una relación, es una posición frente al otro. Es también una elección. El MAL es elegir el MAL. Elegir ser el MALO frente al otro. Convertirse, por elección propia, en verdugo. Convertir al otro en víctima.

Hay que joderse. Los campamenteros no deberían hacer reflexiones metafísicas. Los campamentistas deben contar tanques de guerra y soldados, deben enfermarse por la comida, deben pelearse entre ellos por tonterías, deben jugar fútbol y deben perder contra los equipos zapatistas, deben ayudar en los proyectos, deben escuchar Radio Insurgente, deben criticar al Sup por no ser ni hacer como ellos quieren que sea y haga, deben hacer planes de cómo exportar el zapatismo a sus respectivos países, deben aburrirse la mayor parte del tiempo. Todo eso y muchas cosas más, pero definitivamente no deben hacer reflexiones metafísicas. Tampoco se deben colar de indocumentados (nadie le ha pedido el pasaporte a los miembros del Club del Calendario Roto) a novelas policíacas, mucho menos si es una novela a cuatro manos, veinte dedos, ocho extremidades, dos cabezas, muchos mundos.

Pinches zapatistas, van a luchar contra un monstruo con ayuda de un detective y de un chino. Seguro va a aparecer por ahí un ruso. Y clavado que el chino ése es trotskista y el ruso es maoísta. Puta madre. Puta Wall Mart. Puta nauyaca. Putas pirámides. Puta comida rápida. Y puto yo, porque así como en los extraterrestres hay malos y buenos, también hay putos malos y putos buenos, y yo soy de los buenos. Y soy de los buenos porque elegí no ser de los malos. Pinche hamaca. Hay que joderse. No puedo dormir. La hostia que no vuelvo a cenar pozol con frijoles. Y entonces me quedé dormido.

ELIAS Y LOS USOS Y COSTUMBRES

Déjenme y me fumo un cigarrito y les sigo contando de cosas que pasaron antes de que me encontrara con el Belascoarán en el monumento a la Revolución, allá en la Ciudad de México. Yo fumo “Gratos”. O “Alas”. Es lo que hay acá para fumar y aluego pos se me hizo modo. Que sea aunque haya de otros, yo me fumo los “Ingratos” o los “Alacranes”, que así les decimos acá nomás por hacemos los chistositos. Bueno pues les cuento de los días antes de que me fuera para México a agarrar el modo ciudadano. Me fui para la Comandancia para que el Sup me diera unas cosas y ya me fuera ya para la ciudad. Me fui con el Mayor Moisés, Después de pasarla posta, nos topamos con un grupo de insurgentes. El Capitán Noé estaba con la guitarra, cantando una canción con la música de “El Venadito”, ésa que dice “Soy un pobre venadito que habita en la serranía”, pero con una letra muy otra:

“Soy un pobre capitán que no tiene compañía. Soy un pobre capitán que no tiene compañía. Y aunque yo no estoy casado pos tampoco estoy capado por eso es que tú me gustas morenita vida mía. Quisiera ser tu blusita para siempre estar contigo. Quisiera ser tu blusita para siempre estar contigo. Pa tocarte los pechitos Y abrazarte la cintura Los primeros por chiquitos La segunda por madura“.

El Sup no estaba mero en la Comandancia, sino en una orillada del cuartel. Estaba con el Comandante Tacho, en una champa con paredes pero sin techo, con el armazón a medio construir. Saludamos y nos saludaron.

Mira Elías–, me dijo el Sup, –aquí tenemos una discusión con el Tacho. Estamos aquí haciendo la champa de la sanidad y él dice que el techo tiene que tener un travesaño así–, y el Sup señaló al techo que no era techo todavía, puro armazón de palos.

El Sup sacó su pipa y la encendió y dijo:

- Entonces yo le pregunto a Tacho que por qué tiene que llevar ese travesaño, que si es algo científico o es por usos y costumbres. Porque si es científico quiere decir que hay una razón para que pongamos ese travesaño ahí y yo le pregunto cuál es la razón y él me dice que no sabe, que así le enseñaron que porque si no el techo se cae–.

- Para esto, el Comandante Tacho estaba risa y risa. El Mayor Moisés se empezó a reír también. Se ve que ya habían tenido esa discusión muchas veces.

El Sup siguió hablando mientras se subía al armazón del techo:

–Yo voy a aplicar el método científico para ver si el travesaño tiene que ir aquí o no. O sea que voy a usar el método del ensayo y el error, que quiere decir que se prueba y si sale mal es que no es por ahí, y si sale bien es que sí es por ahí.

-Entonces, si yo me subo en esta viga y si se cae la armazón quiere decir que de por sí no va aguantar el peso del techo–.

Para esto el Sup ya estaba sentado sobre la viga como si fuera caballo. O sea como si la viga fuera caballo. Mientras se balanceaba el Sup me preguntó: –Entonces Elías, ¿tú qué dices? ¿Es científico o es por usos y costumbres?–.

Yo me salí de debajo de la armazón y alcancé a decir:

- Es por usos…-

Se oyó un crujido, la viga se quebró y el Sup se cayó y quedó tirado boca arriba. Yo completé:

... y costumbres–.

El Comandante Tacho se doblaba de la risa. El Mayor Moisés ni siquiera se podía hablar por la risadera que tenía. Llegó entonces la Capitana Aurora corriendo hasta donde está el Sup y preguntó un poco preocupada:

- ¿Se cayó compañero Subcomandante?–

- No, es un simulacro para ver cuánto tiempo tardan en reaccionar los servicios zapatistas de sanidad en un accidente–, dijo el Sup sin levantarse. Se fue la compañera capitana riendo. Todavía estaba el Sup tirado en el suelo, buscando su pipa y el encendedor, cuando llegó una compañera insurgenta:

- Compañero Subcomandante Insurgente Marcos–, dijo y se cuadró saludando.

- Compañera Insurgenta Erika– dijo el Sup respondiendo el saludo desde el suelo.

 - Compañero Subcomandante te quiero hablar – dijo la Erika retorciendo un paliacate entre las manos.

- Hábleme usted compañera Erika – dijo el Sup acomodándose en el suelo, jalando un pedazo de viga rota para usarla de almohada y encendiendo la pipa.

- Es que no sé qué me vas a decir pero el compañero capitán Noé me está toqueteando–, dijo la Erika. El Sup se atragantó con el humo de la pipa y, tosiendo, preguntó:

- ¿¡Te está queeee...!? –.

Me está toqueteando, o sea que hace su ojo así–dijo la Erika y cerró un ojo haciendo un guiño.

- ¡Ah bueno!, no se dice “toqueteando” sino “coqueteando–, dijo el Sup, ya respirando tranquilo y volviendo a encender la pipa: –¿Quieres que lo regañe? –.

- No–, dijo la Erika, –Sólo pregunto para saber si está permisado, porque si está permisado pues está bien. Y si no, pos entonces que primero se permise y ya luego me toquetee –.

- “Coquetee“, se dice “coquetee“ le aclaró el Sup.

- Eso– dijo la Erika.

- Está bueno, voy a preguntar y ahí te aviso luego dijo el Sup fumando desde el suelo.

- Es todo compañero Subcomandante Insurgente Marcos – dijo la Erika. Saludó y se fue.

El Sup quedó pensando y mordiendo la pipa. Se oyó un crujido, sacó la pipa de la boca y escupió un pedazo de boquilla.

- Puta madre, creo que ya estoy demasiado viejo para este trabajo–, dijo entonces el Sup y no se sabe si lo dijo por la viga que se rompió, o porque se cayó y quedó tirado en el suelo, o porque la pipa se le apagaba a cada rato, o porque la Erika decía “toquetea” en lugar de “coquetea”, o porque ya rompió otra pipa a mordidas, o por sus usos y costumbres del Sup.

- Ya me voy ya–, le dije.

- ¿Ya conseguiste con quién salir?– me preguntó.

- Ya–, le dije, –me salgo con unos campamenteros que de por si van a México

–.Al monstruo, acuérdate que a la Ciudad de México le decimos “el monstruo “–, me dijo el Sup

- Eso –, le dije. No le conté que a los campamenteros les dije que iba a México, que sea al monstruo, a conseguir una medicina. No sé si me creyeron, pero así me dijo el Sup que dijera. Me dijo que su abuelita le decía que, cuando no pudiera decir qué estaba haciendo, que inventara una historia, la primera que se le ocurriera, pero que la contara como si fuera un gran secreto y que pidiera que no le dijeran a nadie. Así le creerían. Eso dijo el Sup que dijo la abuelita del Sup. Quién lo dijera. Yo siempre había pensado que el Sup no tenía abuela.

- Está bueno–, dijo el Sup y, volteando a donde está el Mayor Moisés le dijo: –Pásale a Elías los sobres con las cartas–.

El Mayor Moisés me entregó unos sobres. Los guardé en mi morraleta. Ya empezaba a llover cuando le pregunté:

- Oí Sup, ¿se te ofrece algo? –

- Sí –, dijo el Sup, –varias cosas... Lo primero es que me pases esa bolsita de nylon que está allá–.

Le pasé la bolsita y el Sup, todavía acostado en el suelo, puso la bolsita sobre la pipa para que no se le mojara el tabaco encendido con la lluvia.

Y lo segundo es que me traigas del monstruo un refresco que se llama “Chaparritas El Naranjo”, uno de sabor uva. Y otra cosa, dile al Belascoarán que si no te enseña a jugar dominó en parejas, quiere decir que es muy baboso. No, baboso no, esa palabra es un insulto muy fuerte acá. Mejor dile que es muy pendejo, eso no es tan duro allá y sí lo va a entender.

 - ¿Y eso para qué sirve? –, le pregunté al Sup porque no sé qué cosa es dominó.

- Si no son las marchas y los temblores, el dominó en parejas es lo más cercano que tienen los ciudadanos al trabajo en colectivo. Tú aprende y vienes y nos enseñas porque qué tal que luego lo vamos a necesitar para que no nos ahorquen con la muía del seis ¿verdad?–, dijo el Sup y volteó a mirarlos al Tacho y al Moy y que se ríen. Ellos sabrán.

- ¿Dominó? ¿No ajedrez? –, le pregunté porque yo miro que en los pueblos mucho les gusta el ajedrez y mucho lo juegan con los campamenteros.

- No, eso de que el ajedrez lo juegan los mandos militares y los detectives es un mito. Los mandos militares juegan baraja, solitario para ser más precisos, y hacen rompecabezas. Y los detectives juegan dominó. Tú dile que te enseñe–, me dijo el Sup mientras se levantaba.

- Tá bueno –, le dije.

El Mayor Moisés se despidió de mí porque él iba para otro lado. Me dio un abrazo y me dijo que me vaya bien. También los abracé al Sup y al Comandante Tacho. También me dijeron que me vaya bien y que me cuide. Que no se me olvide lo que me explicó. Que con los comunicados me va a ir diciendo cómo. Me fui cuando el Sup se estaba trepando a la parte del armazón del techo que no se había caído y le estaba diciéndole al Comandante Tacho:

- Bueno Tachito, ahora vamos a probar la otra viga. ¿Qué método usamos? ¿El científico o el de usos y costumbres? –.

Cuando iba pasando por la posta todavía escuchaba clarito las risotadas del Comandante Tacho. En el camino metí las cartas en una bolsita de nylon, para que no se mojaran

EL VIAJE DE ELIAS SEGÚN EL CLUB DEL CALENDARIO ROTO

El domingo salimos muy temprano.

En un camión de tres toneladas nos subimos los cinco: Mayo, Junio, Julio, Agosto y Elías. Llegamos a tiempo para agarrar el autobús para México, Junio se sentó con Elías, cediéndole la ventanilla por si se mareaba. Yo tuve de pareja a Mayo, y Agosto quedó en el asiento detrás de nosotros.

Al llegar a La Ventosa el autobús se paró en el puesto de Migración. Subió un oficial y pasó de largo apenas mirándonos a Mayo y a mí. Agosto se hizo el dormido y roncaba como si tal. De regreso se paró al lado de Junio y Elías, quien hojeaba un ejemplar de la edición francesa de “Le Monde Diplomatique “.

- Su identificación, por favor – dijo.

Junio hizo por sacar su pasaporte.

- Usted no, el señor – dijo señalando a Elías.

Elías, sin voltear a verlo y concentrado en la lectura del periódico, sólo respondió:

- American citizen –

Aunque el acento de Elías era el de un espalda mojada, el oficial de Migración titubeó. Después de unos instantes que parecieron eternos y que, supongo, se alargaron lo necesario para mantener el suspenso que toda novela policiaca requiere, dio media vuelta y salió. El autobús reinició su marcha. Junio, sin decir palabra, le dio vuelta al periódico que “leía” Elías pues lo tenía de cabeza.

- Ahí¡Tras que por eso no encontraba la sección de deportes!–, dijo Elías y se quedó dormido. Esa noche y durante todo el trayecto, el “Club del Calendario Roto” monopolizó el baño del autobús. Sin ponernos de acuerdo, todos le echamos la culpa de la diarrea al pozol de la noche anterior. Al llegar a la Central de Autobuses nos despedimos de Elías. Él se fue. Nosotros también.

Al regresar a La Realidad le pasé al encargado del Caracol el mensaje que me dijo Elías: “El del ojo grande ya está con el doctor “.

Yo le pregunté al Sup, el otro día que lo topé en el arroyo, si íbamos a ser su compañía de Elías en la novela. Me respondió que no, que sólo íbamos a aparecer en un capítulo. Le pregunté por qué y me respondió:

-Porque los muertos no tienen compañía”

Así que hasta aquí nomás llegamos. Ahora, para saber qué va a pasar, tendremos que esperar a leer los siguientes capítulos de la novela, ¡Joder! De todas maneras, no sé ustedes, pero yo ya estoy cansado de esas novelas policíacas donde todos los personajes son muy inteligentes y cultos, y el único tonto e ignorante es el lector. No sé si tontos, pero aquí todos somos ignorantes... porque siempre falta lo que falta.

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