Paloma Uría
III Encuentro de Otras Voces Feministas.
Un día y medio de intensos debates

(Página Abierta,  214, mayo-junio de 2011).

            Durante el primer fin de semana del mes de abril se celebró en Alcalá de Henares (Madrid) el III Encuentro de Otras Voces Feministas. El primero había tenido lugar en Madrid en otoño de 2006. Fue aquel un encuentro fundacional en el que debatimos las principales líneas de nuestro pensamiento: nuestra concepción del feminismo y algunas de sus manifestaciones prácticas, como nuestro enfoque, en parte crítico, de la ley de violencia contra las mujeres o nuestra concepción de la prostitución, en tanto que actividad legítima, y la exigencia de reconocimiento de derechos para las trabajadoras del sexo.

            Algún tiempo después llevamos a cabo un nuevo encuentro en Galicia, en el incomparable panorama de la villa de Panxón (Pontevedra), en un cómodo albergue cedido por la Vicepresidencia de Igualdade de la Xunta de Galicia. En este encuentro abordamos la reforma de la ley de interrupción voluntaria del embarazo, que entonces estaba en el candelero; volvimos sobre el tema de la prostitución, esta vez desde el enfoque de las campañas que se estaban promoviendo contra los clientes, lo que nos llevó a reflexionar sobre la sexualidad de hombres y de mujeres; y retomamos la cuestión de la violencia de género con una propuesta de evaluación de los resultados de la ley.

            Pasaron un par de años y había llegado ya el momento de celebrar un nuevo encuentro, porque el panorama feminista se mueve con nuevos y viejos debates y desafíos. Elegimos el centro de la Península por sus facilidades de comunicación y encontramos en la hermosa villa complutense un buen escenario. Nos reunimos 130 mujeres, con un importante número de chicas jóvenes, en un cómodo hotel y en un no tan cómodo albergue. Los temas elegidos esta vez abordaban problemas concretos que muestran las dificultades para avanzar en la igualdad y en la independencia de las mujeres.

            El sábado, 2 de abril, por la mañana iniciamos las sesiones con un saludo a las asistentes y la primera mesa redonda, que llevaba por título “Las políticas de igualdad y sus límites: el trabajo, el cuidado, la maternidad”, en la que participamos Carmen Heredero y yo.

            Después de un breve descanso, tuvo lugar la segunda ponencia: “La transexualidad: reivindicación de su despatologización. Géneros y transgéneros: interrogantes para las teorías feministas.” Cristina Garaizabal comenzó explicando que el contacto del movimiento feminista con los colectivos de transexuales ha provocado un fuerte impacto en las reflexiones sobre la construcción de los géneros y de la identidad, lo que ha llevado a plantear que la identidad de género no es algo preexistente y fijo, sino contingente y en permanente proceso de construcción, y ha suscitado interrogantes sobre la relación entre la identidad de género, el cuerpo y las preferencias sexuales.

            Tras la comida, organizamos el debate en grupos sobre las ponencias presentadas por la mañana y realizamos una puesta en común.

            Un descanso, y la presentación de la última ponencia del día: “Los procesos de divorcio: mediación, custodia de los hijos”, a cargo de Luhé Palma. La ponente expuso los conflictos que se plantean en los procesos de divorcio y la utilidad del sistema de mediación para abordar de la mejor manera dichos conflictos. Describió los principios que deben guiar la mediación familiar y posteriormente se centró en los problemas que surgen cuando lo que está en juego es la custodia de los hijos, así como el papel de la mediación en este tipo de conflictos. Al final de la ponencia se entabló un debate.

            Por último, después de una jornada tan intensa y ya un poco cansadas, abordamos una discusión que veníamos arrastrando desde el encuentro de Panxón: la posible participación de hombres en nuestros futuros encuentros. Varias participantes platearon su interés por la participación en los encuentros de aquellos chicos que actualmente están trabajando en grupos mixtos junto con mujeres que forman parte de Otras Voces Feministas, en concreto en los colectivos Por los Buenos Tratos.

            No planteaban abrir la convocatoria de forma indiscriminada, sino a aquellas personas con las que se trabaja en tareas relacionadas con el feminismo. Hubo algunas opiniones contrarias o que mostraban sus dudas ante la iniciativa argumentando que es importante para el feminismo mantener espacios solo de mujeres y recordando la tradición del movimiento feminista y la importancia y la fuerza que tuvo para las mujeres la decisión de organizarse en tanto que tales. Al final se aprobó que en el próximo encuentro se invite a chicos de forma selectiva.

            Y así terminó la jornada. Después de la cena había dos actividades: una fiesta en el albergue y la proyección del corto Guerriller@s, de Maite Pujantell, un documental sobre transexuales que plantea una reflexión sobre la identidad de género.

            Cerramos este tercer encuentro el domingo, 3 de abril, con una mesa redonda sobre “La trata de personas con fines de prostitución”, presentada por Hetaira. Las ponentes, Silvia García y Cristina Garaizabal, ofrecieron las cifras que se manejan sobre la trata de personas (no solo con fines de prostitución) y que ponen de manifiesto que nos encontramos ante un serio problema social.

            Expusieron las diversas iniciativas impulsadas por la Unión Europea para combatir la trata. El Protocolo de Palermo (2000) define la trata como una actividad ilícita que reúne los siguientes elementos: captación de las víctimas mediante coerción, amenaza o engaño... con fines de explotación. El llamado Convenio de Varsovia (2005) instaba a los países miembros a elaborar planes de lucha contra la trata poniendo los derechos humanos de las víctimas en el centro de las acciones institucionales. España ratifica este convenio y elabora el “Plan integral de lucha contra la trata de seres humanos con fines de explotación sexual”, introduce en el Código Penal un nuevo título relativo a la trata de seres humanos e incorpora en la ley orgánica sobre los derechos de los extranjeros un artículo sobre víctimas de trata.

            Las ponentes señalaron los aspectos positivos de estas reformas y subrayaron sus graves deficiencias: solo contempla la trata con fines de prostitución (que en cifras es la menos relevante); no diferencia la prostitución voluntaria de la forzada, con lo que adopta las posturas abolicionistas, que no reconocen la autodeterminación de las prostitutas y niegan su capacidad de consentimiento; solo protege a las mujeres que han denunciado y cooperan con las autoridades. En realidad, la legislación española tiende a confundir tráfico ilegal de personas, donde existe consentimiento, aunque se produzcan graves abusos, y la trata. Por otra parte, las actuaciones policiales de los últimos años han ido dirigidas más a detectar la inmigración irregular y a poner trabas al ejercicio de la prostitución que a combatir la trata de personas.

            Para finalizar, Silvia y Cristina pusieron sobre la mesa algunas cuestiones ineludibles: la necesidad de colocar en el centro de las políticas de lucha contra la trata la protección y los derechos de las víctimas, la consideración de que la situación de alegalidad de las prostitutas favorece la actuación de las mafias y dificulta la certera identificación de las víctimas, la necesidad de cuestionar el concepto de explotación sexual por ser un concepto ambiguo y de difícil aplicación práctica (en la realidad este concepto se identifica con la prostitución cuando intervienen terceros, elevando al máximo el delito de proxenetismo aunque medie consentimiento), así como la necesidad de una nueva definición del delito de trata para que abarque el trabajo forzado por terceros bajo coacción, según la definición de la OIT, y en régimen prácticamente de esclavitud; es decir, sin control sobre la propia vida.