Unai Villalba
El monstruo: ALCA
(Hika, 138/139zka. 2002ko azaroa/abendua)

Es complicado explicar en pocas líneas por qué el ALCA (Área de Libre Comercio de las Américas) es un monstruo; por ello creo conveniente comenzar con dos citas. La primera, del general Collin Powell, secretario de Estado del gobierno actual de Bush, dice así: «Nuestro objetivo con el ALCA es garantizar para las empresas norteamericanas el control de un territorio que va del Polo Ártico hasta la Antártida y libre de acceso, sin ningún obstáculo o dificultad, a nuestros productos, servicios, tecnología y capital en todo el Hemisferio». La segunda es el significado alternativo, se utilizaba en las Jornadas de Quito (de las que hablamos mas abajo) para hablar del ALCA: Acuerdo para la Legalización de la Colonización de América.

Primero, deberíamos entender sencillamente qué es el proyecto: se trata de la creación de una Área de Libre Comercio, y no de una integración económica real, y mucho menos de un proyecto de integración política. El ALCA sería el mercado abierto más grande del planeta, integrando a todo el continente (excepto a Cuba), con una población de 800 millones de habitantes. Sin embargo, hay que tener en cuenta que los 33 países del Sur, juntos, tan solo llegan a sumar un tercio del PIB de USA. Así pues, pretenden crear una área de libre competencia de mercado en la que las posiciones de salida son muy desiguales, acentuando de este modo una división del trabajo dependiente y unas relaciones de intercambio perversas. Dado que no hay intención de otro tipo de integración, tampoco hay mecanismos de compensación entre países o regiones, por lo que se daría una competencia entre desiguales, que desembocaría irremediablemente en la hegemonía del más fuerte.

No es de extrañar que las negociaciones se hayan producido en secreto desde el 94, y que sólo en julio de 2001 se haya conseguido filtrar el documento a firmar. Como ya ocurrió con el AMI, cuando se perjudican tan claramente las vidas de los pueblos y las personas, parece que el secretismo y la falta de democracia son la tónica general.

Con este acuerdo se busca profundizar en las políticas neoliberales y garantizar su irreversibilidad, y es que en definitiva se pretende condicionar la dirección de un país por encima de sus gobiernos o de su propia soberanía, puesto que, una vez firmado el Acuerdo, los países que quisieran echar marcha atrás se verían sometidos a gravísimas sanciones económicas y a pagos de indemnizaciones.

Por otro lado, podríamos entender el ALCA como una ampliación del NAFTA, que entró en vigor el 1 de enero del 94, y que en ocho años no ha llevado más que miseria a la mayoría de los mejicanos: pobreza, exclusión, deterioro ambiental, dependencia...

Es necesario analizar, aunque sea someramente, lo que implican algunas de las propuestas que se plantean en los grupos de negociación, cada uno referente a una de las siguientes materias: acceso a los mercados, política de competencia, servicios, derechos de los inversionistas, compras del sector público, subsidios y antidumping, agricultura, propiedad intelectual y resolución de disputas.

La propuesta en torno a la resolución de disputas es un caso flagrante de pérdida de soberanía de los países, puesto que cualquier controversia surgida no la resolverían los poderes judiciales estatales, sino un Panel Neutral parecido al de la OMC, o una Comisión de Conciliación integrada por especialistas que no se basan en una constitución o carta de principios y derechos legítima ni nada semejante, sino en aspectos técnicos y netamente económicos. Si a esto añadimos que los únicos que pueden iniciar un proceso de resolución de disputas son las empresas o los estados, y no los ciudadanos, organizaciones, municipios... aun siendo afectados directos, observamos que se da una absoluta perversión del derecho.

Podemos seguir sumando agravios al respecto si tenemos en cuenta que en el capítulo de política de competencia encontramos que la libre competencia se convierte en un principio absoluto, por encima del interés estratégico nacional y, por supuesto, por encima del bienestar social, o incluso de la salud pública y del medio ambiente, garantizando esto por medio de la posible creación de una autoridad autónoma (¿de quién?) supranacional para investigar y sancionar prácticas anticompetitivas.

Aunque son muchos los aspectos de las materias en negociación que resultan insultantemente significativos, ahora sólo nombro uno más, relacionado con los servicios y el papel del estado. El ALCA busca liberalizar el comercio de servicios, y lo más preocupante es que aquí están incluidos servicios brindados por el Estado, como educación y salud. Pero también se limita el papel de regulación del Estado en servicios de utilidad pública como electricidad, agua y gas.

Por último, se debe señalar que la implantación del ALCA ya ha comenzado, puesto que la firma del acuerdo no es absolutamente necesaria para que el proyecto que se esconde detrás salga adelante de una manera u otra. Me refiero a mecanismos como la deuda externa, acuerdos bilaterales, planes regionales y militarizacion, ya que, por medio de éstos se ejerce tal presión política, económica y militar, que producen una sumisión y dependencia escandalosa de muchos gobiernos y países.

LA RESISTENCIA. Coincidiendo con la cumbre ministerial sobre el ALCA, se realizaron las primeras Jornadas de Resistencia Continental contra el ALCA, en Quito, Ecuador, del 27 de octubre al 1 de noviembre. Estas Jornadas fueron impulsadas principalmente por la campaña nacional contra el ALCA del Ecuador (en la que se integran una gran variedad de grupos), y por el Foro Social Mundial, capítulo Ecuador. Se puede resaltar también el trabajo de la Alianza Social Continental (ASC), no tanto en estas jornadas en concreto, pero sí como motor de coordinación y análisis sobre los acuerdos y negociaciones.

En Quito hubo debate, intercambio, propuestas y protestas interesantes. Confluyeron participantes de Méjico, Colombia, Venezuela, Ecuador, Peru, Bolivia, Brasil, Argentina... pertenecientes a organizaciones indígenas, campesinas, artesanas, de estudiantes, de trabajador@s, religiosas, movimientos gays, feministas, ecologistasº incluso hubo un Foro parlamentario contra el ALCA, y hasta ciertos sectores empresariales se manifestaron reacios a este devastador proyecto.

Sin embargo la falta de concienciación es general entre la mayoría de la población. Es por ello, en parte, que se van a realizar en varios países, como acción prioritaria, consultas populares sobre el ALCA. Primero, realizando una campaña de información, y posteriormente realizando la consulta popular, en contraposición al secretismo y falta de democracia de los procesos de negociación. Ya ha habido experiencias interesantes como el referéndum en Brasil, en el que participaron 10 millones de personas con un rotundo no al ALCA del 98%.

Sin duda alguna, uno de los grandes retos de América Latina ahora es la lucha contra el ALCA; prueba de ello son las citas de resistencia conjunta o continental, como local, que se multiplican por todo el territorio. La siguiente gran cita está teniendo lugar en La Habana, desde el 26 de noviembre, en el II Encuentro Hemisférico contra el ALCA, en el que están participando delegad@s de 41 países.


EL MOMENTO POLITICO. Es importante apuntar un elemento del momento político que parece se está viviendo en América Latina, ese giro a la izquierda que se está dando en el poder político. Son de tener en cuenta el gobierno de Chávez en Venezuela, la victoria de Lula en Brasil, la victoria de Gutiérrez en Ecuador, la proyección de Evo Morales en Bolivia, o los procesos sociales en Argentina.

Aunque no se sabe en qué se va a plasmar este giro, es interesante cómo desde el FBT de Venezuela se habla de consultas oficiales y vinculantes sobre el ALCA. No menos significativo son declaraciones de ciertos sectores del PT diciendo que se van a paralizar las negociaciones, más aun sabiendo que hasta la firma del acuerdo (finales del 2003, si se cumple la pretendida aceleración del proceso para la entrada en vigor en el 2005), la presidencia de las negociaciones está compartida por EEUU y Brasil. Ahí queda el papel que el gigante latinoamericano pueda jugar.

Así pues, frente a la política internacional agresiva que los EEUU están imponiendo, no es de extrañar que desde ámbitos políticos y empresariales latinoamericanos se muestren grandes reticencias. Entonces es cuando se vuelve a hablar de la articulación y potenciación de proyectos de integración más equilibrados y cercanos como el Mercosur, o la CAN (Comunidad Andina de Naciones); aunque, no nos engañemos, quedan lejos de las alternativas propuestas por la ASC, o la propia campaña nacional del Ecuador contra el ALCA.

NOTA. Mas información en: www.alcaabajo.cu; www.movimientos.org/noalca; www.asc-hsa.org.