economistasfrentealacrisis, 21 de abril de 2020.
Uno de los rasgos que caracterizan la pandemia provocada por el coronavirus SARS-CoV-2 es el impacto que tiene sobre las personas mayores. A partir de 60 años, la letalidad[1] aumenta significativamente y a partir de 70 años se dispara hasta provocar la muerte de uno de cada cuatro contagiados de más de 80 años[2]. Aunque es cierto que la edad aumenta la vulnerabilidad de las personas y su sensibilidad a los agentes patógenos, los mayores no han sido siempre los peor tratados en epidemias anteriores. La mal llamada “gripe española” de 1918- 20, diezmó sobre todo a niños y jóvenes; el SIDA, debido sin duda a sus modalidades de transmisión, afectó principalmente a los adultos jóvenes. Otras crisis, no sanitarias, han afectado también de forma diversa a los
diferentes grupos de edad. Por ejemplo, fueron sobre todo los jóvenes las víctimas de la última crisis financiera de 2008 y de los cambios que provocó en el mercado de trabajo, que duran todavía.