Samuel Pérez

EL MOVIMIENTO ALTERMUNDIALISTA.
ANTECEDENTES, EXPERIENCIAS Y FUTURO
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(Disenso 45, octubre de 2004)

Desde mediados de la última década del pasado siglo, el movimiento altermundialista viene representando el principal resorte de crítica y contestación al sistema. Movimiento de movimientos, plataforma internacional, altavoz de influyentes voces,... de todo esto tiene el amplio espectro antiglobalización. En este artículo, Samuel Pérez, habitual participante en los Foros Sociales Mundiales y miembro del colectivo Liberación, hace un recorrido por las últimas ediciones de dichos foros, repasando sus virtudes, límites, retos,... para poner el acento en la necesidad de la creación de redes que cultiven una perspectiva combativa desde lo local.
Es muy difícil conocer con profundidad la realidad del Movimiento por la Justicia Global o  Movimiento Altermundialista. Con apenas cinco años de vida es una realidad sin consolidar, sin definir con claridad y podría evolucionar en diversas direcciones, así como el  diferente peso de los movimientos en su seno o de las ideas de las personalidades con mayor influencia, la compleja y diferente realidad que abarca a los movimientos sociales en numerosos países y en todo el mundo. Por todo ello, sólo podemos hablar de diversas experiencias y apreciaciones personales, aspirando a comprender parte de su complejidad.
En este articulo trataremos brevemente de los antecedentes del movimiento, de algunas experiencias de Foros en las que he participado (II FSM en Porto Alegre, I y II Foro Social Europeo), y haremos algunas menciones al IV FSM en Mombai por la realidad tan diferente que nos descubre y los problemas y propuestas de cara al futuro.

CICLOS DE MOVILIZACIÓN SOCIAL EN OCCIDENTE. En los últimos doscientos años en el mundo occidental, los movimientos sociales han tenido una presencia permanente como instrumentos de cambio social, con periodos muy activos “auténticas explosiones sociales”, y otros de escasa presencia pública más minoritarios y dedicados a la actividad interna. El movimiento obrero es el más importante y poderoso con un periodo álgido entre 1890-1939, con la implantación de grandes sindicatos y grandes partidos de izquierda y con algunos logros: dignificar al obrero, hacerlo ciudadano con derechos y la creación del Estado del Bienestar. Entre los años 1968 y 1985 podemos situar lo que se da en llamar los nuevos movimientos sociales: un nuevo feminismo nuevo, pacifismo y antimilitarismo,... en un ambiente antiautoritario en la universidad, la sociedad, la familia,... que representa sobre todo un cambio cultural.

En 1994 podemos apreciar el comienzo de un nuevo ciclo que se ha dado en llamar el de la antiglobalización. Sus antecedentes principales son la aparición del movimiento zapatista en 1994 y el ciclo de luchas sociales en Francia en 1.995. En este ciclo se da la exigencia de un cambio en las estructuras económicas (políticas neoliberales, comercio desigual) y políticas (democracia participativa y crítica profunda a los partidos políticos como instrumentos de cambio).

El zapatismo resume las criticas y los objetivos principales: Identifica al enemigo común (el neoliberalismo), cuestiona las ideas tradicionales de la izquierda sobre la lucha por el poder (“no vamos a conquistar el poder, lo vamos a determinar desde abajo”), entiende que el protagonismo de la acción colectiva debe estar en la sociedad civil y propone el encuentro de todas las víctimas y de todos los que resisten al neoliberalismo, rechazando cualquier pretensión de vanguardia política o hegemonía doctrinaria.

De acuerdo con Eugenio del Río, destaco las aportaciones más importantes de este ciclo:

Representa un factor de animación de la movilización.
Y además a escala internacional. Es un movimiento audaz y ambicioso en cuanto a sus objetivos, un proceso de concienciación positivo, que representa una mirada más amplia que lo anterior.
Contra enemigos comunes, abre un terreno de convergencia para grupos diversos.
Implica y moviliza a una parte de la juventud.
Alimenta buenas preocupaciones en el campo organizativo:, no caer en burocratismos ni en manipulación.
Referencias internacionales de interés: MST, Vía Campesina, zapatismo.

Pero también sus límites y problemas:

Carácter propagandístico y poco arraigo local. Ausencia de movimientos sociales más fuertes con raíces locales. Poca raíz en lo local. Trata de convencer a sectores amplios, pero no presta mucha atención a los sujetos sociales y a las dinámicas sociales.
La dimensión internacional ocupa toda la escena, escasa conexión con los problemas de “aquí”.
Se subestima la importancia o menosprecia, de la acción solidaria más modesta, con objetivos de alcance más concreto, como por ejemplo las ONGs. (hostilidad de sectores de izquierda desde hace años).
Con poca perspectiva concreta. Más moral que político. Grave carencia en la fijación de objetivos, y de objetivos unificados.
Más peso de las ideologías del siglo XIX, más acabadas y conocidas, que las ideas/pensamientos de los sectores nuevos, menos elaborados.
Las formas organizativas de estructura mínima representan un logro, pero habría que buscar fórmulas que mejoren el funcionamiento democrático.

DIVERSAS EXPERIENCIAS EN ESTE PERIODO. El II Foro de Porto Alegre 2002. En este segundo Foro, el movimiento contra la globalización afrontaba un gran reto. Tras su aparición pública en Seattle bloqueando con éxito la reunión de la OMC en 1.999, había tenido un desarrollo muy rápido.  El Gobierno italiano, con motivo de la reunión del G8, da un salto en la represión policial intentando criminalizar al movimiento y separar del mismo  a los sectores católicos, aunque el intento fracasa dada la respuesta unificada y masiva del movimiento en los meses posteriores. Tras los terribles atentados del 11 de septiembre, algunas críticas provenientes del poder trataban de asimilarlo al terrorismo. Por todos estos acontecimientos se esperaba un retroceso del movimiento.

Pero sucedió todo lo contrario. El movimiento sale muy reforzado de Porto Alegre: por la importante participación (51.300 personas), la constatación de que el movimiento ha crecido y se ha extendido regionalmente, se estimula e impulsa estos encuentros regionales o continentales, el creciente interés de los medios de comunicación: 2400 periodistas de 48 paises y 467 periódicos, gran número de revistas, radios y cadenas de televisión,...

Allí se dan a conocer realidades de movilización y propuestas muy importantes: Campaña por la Abolición de la Deuda Externa (muy extendida en todo el mundo), Vía Campesina y su propuesta de Soberanía Alimentaria, que pretende colocar a la alimentación como un derecho humano básico, la Marcha Mundial de las Mujeres contra la violencia doméstica, la organización sindical de las agricultoras chilenas, o las experiencias de ocupación de tierras del MST en Brasil,... Y también algunas preocupaciones cada al futuro del movimiento como los peligros de institucionalización denunciados por Vía Campesina, la creciente presencia de parlamentarios y cargos públicos, la relación de algunos movimientos con la socialdemocracia europea que pudieran acentuar las presiones para institucionalizar y moderar a los movimientos,...

También en aquel marco podíamos constatar las viejas ideas de la izquierda encarnadas en partidos y en algunos movimientos, frente a la pluralidad y amplitud del movimiento en general, lo que nos hacía reflexionar acerca de la necesidad de nuevas ideas para afrontar nuevos retos. No podemos obviar tampoco la presión de los partidos clásicos de la izquierda presentes de forma directa e indirecta y su intento de captación ideológica del movimiento.

El I Primer Foro Social Europeo en Florencia (7/10 Noviembre 2002). Reunió a más de 60.000 participantes de 105 países, de los cuales más del 75% de los participantes eran jóvenes entre 16 y 30 años. Algunos se preguntan si con esto se puede certificar la incorporación de una nueva generación a la lucha social en Europa, pero tal vez se trata más bien del dinamismo de los movimientos sociales, que en Italia atraviesan un momento muy álgido. 700.000 manifestantes y un clamor contra la guerra en la manifestación con al que se clausura el Foro. La propuesta de movilización mundial del 15 de febrero nace en este Foro y es apoyada en el III Foro Mundial en Porto Alegre.

Sin embargo, en este contexto hubo que desmentir todos los miedos y descalificaciones contra el movimiento, culpado por la represión policial en Génova y objeto de descalificaciones desde distintos campos en los días anteriores a su celebración. El debate entre partidos políticos y movimientos sociales, fue seguido con gran interés en un salón abarrotado con más de 6000 personas: Refundación Comunista, Verdes alemanes y LCR francesa, por los movimientos ATTAC Francia y el Foro Social Italiano,... Pero no aparece nada nuevo, sino una defensa de la política como algo noble y positivo para contrarrestar la despolitización y la desconfianza de la juventud en los partidos políticos y en la acción institucional; ninguna crítica sobre el proceso de degeneración de la política, también en la izquierda, ni sobre las trampas y problemas que presenta la política institucional; ningún reconocimiento de la pretensión vanguardista y manipuladora de los partidos políticos de la izquierda sobre los movimientos sociales durante décadas, ninguna expresión de autocrítica. Por otro lado, en los movimientos se expresa como
idea fuerza la autonomía de los mismos y una exigencia de respeto escrupuloso de las dinámicas propias del movimientos como venía sucediendo hasta entonces en el movimiento del Foro Social Italiano.

El II Foro Social Europeo en Paris (12/15 noviembre 2003). Se inscribieron 50.000 personas para participar este II Foro Social Europeo en París. Posteriormente, más de 100.000 personas se dieron cita en la manifestación que sirvió de broche a este multitudinario encuentro. El descenso que representan estas cifras con las del Primer Foro Europeo celebrado el año anterior  en Florencia (Italia) es inevitable. No obstante, hay que tener en cuenta que la participación depende fundamentalmente de la situación de los movimientos sociales del país que organiza el foro, y en ese sentido Francia está muy distanciada de la efervescencia de la vida social italiana en los últimos años.

En las sesiones del foro de París se pudo observar una mayor presencia de los sindicatos obreros y menor proporción de jóvenes. Así, mientras que en Florencia el 70% de los asistentes eran jóvenes, aquí, en las sesiones de más peso, la proporción de participación juvenil se situaba en un 50%. Además, en muchas intervenciones que pude escuchar en el foro se traslucía el optimismo por los avances del movimiento en el pasado año. En ellas se citaban las movilizaciones contra la guerra, sobre todo las del 15 de febrero; y los resultados de Cancún, en la reunión de la OMC, en especial el hecho de que varios países del mundo empobrecido se hayan organizado para hacer frente a los países ricos.

Pero siguen presentes de forma notoria las  contradicciones de fondo del movimiento. Una de ellas es el intento, desde instancias políticas –unas más moderadas y otras más radicales– de influir en el movimiento y orientarlo en el sentido que propugna la izquierda tradicional. Aunque se trata de un movimiento nuevo, que se replantea muchas de las viejas prácticas y orientaciones sociales, la palabra en los diferentes foros la tienen, mayoritariamente, personas adultas que provienen de los viejos movimientos y mantienen en lo fundamental orientaciones y pensamientos que han fracasado o que no se corresponden con los cambios que ha experimentado la realidad. Hasta ahora no parece que esta contradicción debilite el prestigio de este movimiento o el apoyo que recibe; pero tal vez sí lo puedan hacer en un plazo no lejano si los intentos de manipulación se hacen más intensos. Los avances en la unidad de los partidos comunistas europeos, y las alianzas tejidas por los grupos trotskistas y de la izquierda radical pueden acentuar más esta situación.

En aquella ocasión, una de las sesiones de debate que más interés suscitó fue, como se puede suponer, la dedicada al futuro del movimiento. Se habló del gigantismo de las reuniones y de sesiones maratonianas en las que se concreta poco, se propuso que las reuniones fueran más reducidas y se llegara a acuerdos de acción. Se insistió en el camino de la acción para conseguir legitimidad y avanzar en una relación de fuerzas más favorable, para ello una mayor comunicación entre los movimientos, fortalecer las luchas y las redes locales. En contra de modelos de coordinación fuertes, se abogó por una relación horizontal pero mejorando la eficacia: distanciar más los foros mundiales y continentales para que no ahoguen la vida de los movimientos.

Se reconocía en aquel momento que los Foros están animados sobre todo por gentes de Europa y América Latina, con las ausencias de Asia, África, Europa del Este y el Caribe y se hacía hincapié en los problemas existentes para incluir a los jóvenes, y la falta de vínculos con los inmigrantes y los pobres, así como con el movimiento indígena. Se constataba así la fragilidad del movimiento que se está construyendo.
 
El IV Foro Mundial en Mumbai. La desoccidentalizacion del Foro Mundial y el salto a la inmensa realidad de Asia. (Enero 2004). Es ya una constante el crecimiento de la participación de un foro a otro. De 20.000 personas en el 2001 a 100.000 en el 2003, y cerca de 120.000 participantes en este Mumbai del 2004, apuntando logros importantes en este movimiento todavía muy joven: creciente deslegitimación del discurso neoliberal, crecimiento de los Foros Regionales en todo el mundo, impacto de la movilización del 15 de Febrero contra la guerra en Irak (entre 120 y 15 millones de manifestantes en 600 grandes ciudades de todo el mundo).
“En cinco años se ha convertido en uno de los principales protagonistas de la escena mundial” (I. Wallerstein), “y en punto de referencia para los críticos del neoliberalismo, también para funcionarios gubernamentales, empresarios y economistas de todo el mundo” (R. Zibechi)

Muchos analistas coinciden que este salto a la India ha supuesto una mayor conciencia de las diversas realidades y la gran pluralidad de situaciones sociopolíticas de nuestro mundo; que el centro de actividad en esta ocasión no ha estado en las salas de conferencias sino en la movilización permanente que se producía en el recinto exterior, la novedad de la gran presencia de los sectores pobres y excluidos, en relación con la presencia de sectores universitarios y de clase media predominantes en los Foros anteriores. Y nuevos temas fruto de esa pluralidad: exclusión social, castas, lucha por la dignidad,... Además, se ha dado un avance en la unidad para organizar el Foro entre muchas organizaciones sociales de la India, pues existía una gran desconfianza entre ellas y  nunca  antes habían trabajado juntas.

DEBATES Y PREOCUPACIONES DE CARA AL FUTURO. Tal vez la discusión de mayor calado es la concepción sobre el propio Foro Social Mundial, o la “tensión entre una concepción de Foro abierto y pluralista y quienes desean que se convierta en un movimiento de movimientos y quizá finalmente en otra Internacional”.

Y esto a diversos niveles: por un lado, los que plantean ya directamente desde posiciones partidistas que el movimiento pase a discutir estrategias de cambio (reformista,  revolucionaria o rupturista, tomar o no el poder...), qué modelos de sociedad alternativas, o debates sobre diversas experiencias políticas actuales, si avanzar hacia una nueva internacional,...
 
Por otro lado, algunas voces de intelectuales o personalidades de los movimientos que pretenden que “se reconozca e institucionalice al Movimiento para poder negociar con el poder”. “Hacer sistema del altermundialismo para poder conseguir cambios en las políticas oficiales” “Hacer estrategias comunes, construir la alianza estratégica necesaria para realizar objetivos”. “Hay dos gobiernos en marcha, uno de la sociedad civil, otro del sistema neoliberal. Algún día habrá que negociar un contrato para un mundo más justo”

En este sentido es pertinente la opinión de Luis Hernández: “La centralidad política e ideológica de la resistencia es tan imposible como inconveniente. La enorme diversidad de sus integrantes, el desconocimiento real entre ellos, la falta de liderazgo reconocido por el conjunto hacen que su funcionamiento descentralizado sea una necesidad”. Tienen gran interés las reflexiones de mayor calado de Raul Zibechi: “El FSM ha sido definido no como una organización, sino como un espacio para el intercambio, el debate y la discusión, y para exigir propuestas alternativas, fomentar la movilización y apoyar las redes y organizaciones nacionales y continentales. Y este camino no ha sido recorrido en todas sus posibilidades”.

“El movimiento debe moverse por su propia agenda, y no depender de la agenda de las elites, y ésta debe ser elaborada basándose en sus necesidades internas consensuadas. La fuerza del movimiento radica en su cotidianeidad, donde cristalizan los profundos cambios culturales y sociales que su acción produce. Debe huir de las grandes construcciones, sostenidas por estructuras también grandes, que contradicen la opción del movimiento por instancias flexibles, livianas, ágiles que no cristalicen en burocracias que, la experiencia lo indica, las más de las veces cuajan en nuevas clases dominantes.”

Demandar un programa para el movimiento implica unificar, “codificar”, seleccionando la multitud de demandas, reclamos y propuestas de miles de movimientos que confluyen en el FSM. “Alguien debe jerarquizar, incluir y excluir propuestas”

Concluye diciendo que “después de un siglo y medio de movimiento obrero, más de 80 años de socialismo real y una década de zapatismo, sabemos que las formas organizativas no son neutrales, pueden ayudarnos a expandir los movimientos antisistema o a reconducirlos hacia el redil del sistema”.


NUEVA METODOLOGÍA PARA EL V FORO SOCIAL MUNDIAL.
De acuerdo con las preocupaciones reflejadas en numerosas criticas y reflexiones sobre el funcionamiento de los Foros, se ha procedido para este próximo encuentro mundial a realizar una serie de cambios en el funcionamiento de los mismos que pretenden dar mayor protagonismo a la actividad de los movimientos sociales.

Eric Toussaint resume estos cambios: “Estamos persuadidos que las grandes conferencias que se venían organizando deben ser reducidas al mínimo. El 95% de las actividades y del tiempo disponible serán dedicadas a iniciativas autogestionadas por los movimientos. Habrá tres partes bien marcadas con una sucesión coherente. La primera, de dos días, con actividades autogestionadas por los diferentes movimientos y que trabajarán buscando puntos de encuentro. La segunda, de un día, a la que llamaremos de articulación, donde estos movimientos definirán una temática transversal, aglutinadora,  todavía más amplia. Y la tercera, la de los llamamientos a la acción, que analizarán y realizarán convocatorias específicas”.

Así, esperamos que este nuevo acento puesto en la actividad y el encuentro de los diversos movimientos sociales que confluyen en los Foros Mundiales permita un mayor impulso al trabajo de los movimientos en el ámbito internacional, en la creación de redes  y sobre todo en el ámbito local que es donde construyen su principal fuerza.