Silvia García

El cliente de la prostitución
(Página Abierta, 194, julio de 2008)

            En primer lugar, antes de empezar, he de comentaros que no existe un perfil del cliente. El tipo de personas que acuden a los servicios sexuales de una trabajadora del sexo es muy variado: intelectuales, estudiantes, con escaso nivel de estudios; solteros, casados; prácticamente, de todas las edades y nacionalidades; a algunos les gusta acudir asiduamente todas las semanas a solicitar servicios a una prostituta, otros sólo van de manera esporádica; puede haber preferencias por el medio abierto (calle) o bien preferir un local cerrado (clubes). Y diversas diferencias en cuanto al dinero que se gastan en servicios sexuales: algunos 100  € al mes, otros 500 €, meses que no acuden… La heterogeneidad es tan grande que no cabe hablar de un perfil del cliente de la prostitución.
            Por exponer datos recientes, y porque son escasos los estudios sobre el cliente, la asociación APRAMP (Asociación para la Prevención, Reinserción y Atención de la Mujer Prostituida) presentó un estudio en el que describía al cliente habitual en 1998 como un varón casado y con cargas familiares, mayor de 40 años, mientras que en 2005 abundan más jóvenes de 20 a 40.
            A pesar de todo, de esta gran diversidad de personas que acuden a los servicios que ofrecen las trabajadoras del sexo, hemos encontrado dos formas antagónicas de dirigirse a los clientes:

  1. por un lado, campañas de criminalización, que orquestan las administraciones, agresivas y amenazadoras contra el ciudadano de a pie que compra servicios sexuales y,
  2. por otro lado, guías de sensibilización para el cliente por parte de organizaciones que trabajan con prostitutas.

Campañas de criminalización

            Una de las campañas más agresivas que hemos encontrado, junto con la de Madrid, es la del Reino Unido. En un díptico de propaganda de esa campaña leemos en la primera cara: «Da la vuelta para averiguar cuánto te cuesta recoger una prostituta». Vamos a la otra cara y vemos lo que te cuesta:«el carnet de conducir, tu trabajo, tu matrimonio y una multa de mil libras».
            Y debajo continúa: «Solicitar los servicios de una prostituta desde el coche es ilegal. La policía lo toma muy en serio. Y a tu familia y amigos tampoco les convencerás cuando lo averigüen».
            Otro cartel de la misma campaña narra el caso de un ejecutivo de éxito profesional:«Jonathan Anderson fue nombrado el hombre de negocios local del año 2005, hazaña que logró sólo unos años después de haber fundado una empresa de tarjetas. Abandonó la escuela sin acabar el bachiller, pero con dos amigos íntimos comenzó a mandar grandes cantidades de papel a empresas de reciclaje. Más tarde, la empresa se convirtió en cinco fábricas y 20 tiendas, empleando a más de 100 trabajadores. ¡El año pasado, después de la celebración de la inauguración de otra fábrica con sus socios, fue condenado por solicitar los servicios de una prostituta desde el coche!».
            De manera que hasta el señor más modélico y ejemplo de superación puede ser un cliente y ser pillado in fraganti.
            El texto concluye así: «Solicitar los servicios de una prostituta desde el coche te cuesta más de lo que tú crees».Es decir, se supone que, si te pillan solicitando esos servicios, tu vida, a partir de entonces, quedará arruinada.
            Otro de los carteles del Reino Unido, en un tono amenazante, advierte: «Solicita los servicios de una prostituta desde el coche y conseguirás una ficha policial». O también: «Este es el coche –refiriéndose al vehículo policial– donde terminarás si solicitas los servicios de una prostituta».

También en España

            En 2004, cuando Alberto Ruiz-Gallardón llegó al consistorio madrileño, Ana Botella, responsable de Servicios Sociales, y su equipo diseñaron un Plan contra la Esclavitud Sexual que tuvo dos partes. La primera consistía en el hostigamiento policial en la calle, especialmente en Montera, con el registro de los clientes u hombres que la transitaban, el control de las pensiones, y con cortes de tráfico en otras zonas de Madrid donde se ejercía la prostitución…
            La segunda parte de este plan fue el desarrollo de una campaña de propaganda contra la prostitución,  con unos carteles publicitarios, por ejemplo, que rezaban: «Porque tú pagas, existe la prostitución. No contribuyas a perpetuar la explotación de seres humanos».Culpabilizando, una vez más, a los ciudadanos mediante una campaña que pagamos todos.
            Después, cuando creíamos que este tipo de campañas no podían ser peores, este año, en abril, el Ayuntamiento nos sorprendió con una nueva, empapelando especialmente la red del metro de Madrid y las marquesinas de los autobuses. «No contribuyas a perpetuar la prostitución. No compres servicios sexuales. Recuerda que con tu dinero estás haciendo mucho daño a alguien», decía uno de los letreros de esa nueva campaña que vinculaba prostitución a tráfico de armas y a la explotación de mujeres.
Cuando le preguntamos a Rocío de la Hoz, la directora de Igualdad del Ayuntamiento de Madrid, en qué datos se basaba esta campaña, nos contestó que se basaba en un informe del Gobierno estadounidense del año 2007. Lo hemos leído con detenimiento y en ningún momento se señala a nuestro país como receptor de tráfico de armas mediante la prostitución. Sí se habla, en cambio, de explotación de mujeres, porque no se diferencia entre trata, tráfico de personas (que son dos conceptos diferentes) y prostitución voluntaria, todo iba en el mismo saco (*).
            La campaña institucional de Málaga aparece porque muchas prostitutas se van a ejercer a esta ciudad debido a las malas condiciones en Madrid y a la presión policial al que se ven expuestas. El Ayuntamiento de Málaga comienza la campaña en febrero de este año con 1.500 dípticos y carteles con el lema “Ellos contribuyen a la degradación del barrio. No seas cómplice de desorden, escándalo, delincuencia, enfermedades…”,dirigida a los clientes, y que presenta la prostitución callejera como “riesgo”. Los servicios sociales pretenden advertir de los problemas sociales y sanitarios que genera el ejercicio de esta actividad en la calle (es importante recalcar que este tipo de campañas siempre se dirigen hacia la prostitución callejera y sus clientes, no a los locales cerrados).
            Es, pues, un plan de lavado de cara por parte del Ayuntamiento hacia la ciudadanía pero no un proyecto de búsqueda real de opciones o soluciones para aquellas mujeres que desean seguir ejerciendo esta actividad. Precisamente, dentro de las medidas que el Ayuntamiento de Málaga ha tomado, se encuentra el haber puesto a disposición del ciudadano un número telefónico, el 092, para denunciar el ejercicio de la prostitución en la calle, cuando en nuestro país, como sabemos, no está prohibida esta actividad.

Otro tipo de actuaciones

            Desde las asociaciones que trabajamos con el colectivo de prostitutas no nos resignamos a pensar que hay una sola manera de vivir la sexualidad, y que para que se eviten muchos problemas, consideramos que una forma de tratar este tema es sensibilizando a los clientes; de esa forma podrían evitarse situaciones incómodas tanto para la trabajadora del sexo como para el cliente. Algunos ejemplos de lo que son este tipo de campañas vienen de la mano de Amnesty for Women (Alemania), Colectivo Stella (Canadá), Ambit Prevenciò/Ambit Donna (Barcelona) y Colectivo Hetaira (Madrid)
“Practicando fútbol conoces gente, practicando sexo también” es el lema de una campaña que inicia la organización alemana Amnisty for Women con motivo del Mundial de Fútbol que se celebraba en ese país. Si recordáis, los medios de comunicación hicieron saltar la alarma de las miles de mujeres que serían objeto de tráfico humano teniendo Alemania como destino. Sin embargo, Amnisty for Women desmintió una y otra vez este incremento de mujeres durante el mundial. Y si efectivamente iba a darse un incremento en la industria del sexo, opinaron que no podían hacer nada mejor que sensibilizar al cliente en diferentes aspectos.
            Inician, entonces, la campaña del Mundial de Fútbol con estos objetivos: Incrementar el respeto por las trabajadoras del sexo; informar sobre la prevención de la salud; incrementar prácticas de sexo seguras; sensibilizar sobre la temática de ser cliente; establecer normas a través de 10 Reglas de Oro; reducir el estigma y la criminalización; llamar la atención en relación con las condiciones de trabajo de las trabajadoras del sexo. El eslogan que utilizaban con las 10 Reglas de Oro era: “No te metas un gol en propia puerta” [véase recuadro aparte].
            Otro ejemplo de actuación positiva hacia los clientes lo ofrece el Colectivo Stella de Canadá. Esta organización elaboró una guía, en primera persona:
«Querido cliente: Esta guía ha sido concebida para ti, cliente de las Trabajadoras del Sexo [T. S.]

  1. Respuestas a tus preguntas
  2. Servicios que realizan las T. S.
  3. Lo que debes saber
  4. Consejos para los acuerdos con T. S. en la calle o en el coche
  5. Sé respetuoso y no violento
  6. Tu salud sexual».

            Y en España podemos destacar dos ejemplos, uno en Barcelona y otro en Madrid.
            La catalana Ambit Prevenciò/Ambit Donna, a través de la puesta en marcha de una página web del cliente [www.webcliente.com], lleva a cabo:

  1. Una labor de información sobre diferentes temas relacionados con el trabajo sexual: aspectos legales, derechos como clientes y recursos de atención a la salud.
  2. Un servicio confidencial y anónimo donde los clientes puedan  resolver sus dudas.
  3. Un esfuerzo de educación para fomentar entre los clientes valores de respeto y no estigmatizantes hacia las personas que realizan trabajo sexual.
  4. La recogida directa de datos sobre necesidades, hábitos y conductas sexuales de los clientes.

            Por su parte, Hetaira, consciente de que entre los clientes hay personas de todo tipo, ha visto necesario un trabajo de sensibilización de la clientela debido a que la figura de la prostituta sigue estando muy degradada y esta visión social no favorece un buen trato hacia las trabajadoras del sexo. En ese sentido, ya desde hace años, ha venido repartiendo diversos folletos dirigidos tanto a prostitutas como a clientes para fomentar su preocupación y actitud en diferentes aspectos: para cuidar el medio, por ejemplo, depositando los condones en las papeleras y no en el suelo; para que los clientes no regateen los precios de las trabajadoras ni pidan la devolución de dinero; para que las trabajadoras hagan valer su servicio considerándolo de calidad…
            Como contrapartida a la primera campaña del Ayuntamiento explicada anteriormente «Porque tú pagas existe la prostitución. No contribuyas a perpetuar la explotación de seres humanos», las mujeres hicieron su particular contracampaña hacia el cliente:«No contribuyas a perpetuar la explotación de seres humanos, por eso, respétanos, usa siempre condón y páganos bien».
            En la misma línea, desde Hetaira se está desarrollando en la actualidad un trabajo dirigido a fomentar la autoestima de las trabajadoras del sexo para que ellas se sientan buenas profesionales de su oficio y lo ejerzan como tales. Que sean las propias trabajadoras del sexo las que “eduquen” a sus clientes para promover buenas prácticas en todos los aspectos. Tomando como ejemplos al colectivo canadiense Stella y la útil tarjeta alemana de las 10 Reglas de Oro, próximamente se difundirá una guía dedicada al cliente de la prostitución que tiene como objetivos marcar una serie de pautas de comportamiento, información que deben conocer cuando se contratan servicios sexuales, qué tipo de servicios se pueden solicitar, sobre higiene personal y autocuidados,  pequeñas directrices para la negociación, etc.

Silvia García es socióloga y pertenece al Colectivo Hetaira.
 
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(*) Véase http://www.state.gov/g/tip/rls/tiprpt/2007/, páginas 188 y ss. En este informe se dice que «España es tránsito y país de destino en el tráfico de hombres, mujeres y niños con fines de explotación sexual comercial y el trabajo forzado. Mientras la mayor parte de víctimas son mujeres entre los 18 y 24 años para la explotación sexual –chicas más jóvenes, de 16, también se trafican hacia España para el mismo objetivo–, los hombres son llevados al trabajo forzado, por lo general en la agricultura. Los países fuente de víctimas de este tráfico hacia España son Rumania, Rusia, Brasil, Colombia y Nigeria, aunque también proceden de otras áreas: de América Latina y Europa Oriental así como de Sierra Leona. En pequeños números, se trafica con mujeres chinas en España para la explotación sexual y con hombres chinos para la explotación laboral».

Las 10 Reglas de Oro

Juego limpio
No te metas un gol en propia puerta

Para hacer que el sexo con una trabajadora sexual sea más agradable y divertido, ten en cuenta las siguientes pautas:
1. La educación, el respeto y una apariencia agradable te abrirán muchas puertas… y más.
2. Tal vez el alcohol te ayude a vencer tus miedos, pero también afecta a tu capacidad para mantener el ritmo. En otras palabras: cuanto menos bebas, mejor te lo pasarás.
3. Un hombre mantiene su palabra. Negocia claramente desde el principio lo que quieres y el precio. Prevendrá de decepciones posteriores.
4. No, significa no. Por ejemplo, besarse normalmente está fuera de los límites. Todos los negocios tienen sus límites.
5. Con condón o con condón, tú eliges. Negro, verde, azul, con estrías…, puedes elegir. No usar condón, sin embargo, es una estupidez.
6. Si sospechas que se está usando la violencia o la fuerza contra una trabajadora sexual, ¿qué deberías hacer? No intentes ser un héroe. Busca la línea de atención directa a trabajadoras sexuales más cercana, por ejemplo…
7. El trabajo es trabajo, y no amor, aunque vuestro tiempo juntos fuera genial. Esto significa: Mantente tranquilo y con los pies en la tierra.
8. La presión no ayuda a la ejecución. A veces simplemente la cosa no funciona. Está bien, relájate y, cuando sea el momento, vuélvelo a intentar.
9. Cuando compras sexo, no hay devolución de dinero. Si no estás satisfecho, háblalo. Si eres listo, no perderás la cabeza. Sea lo que sea lo que ocurra, no pidas que te devuelvan el dinero.
10. Los vecinos quieren dormir y no están interesados en tu vida sexual. En serio.