Sonidos accidentales

14757

El País, 12 de enero de 2019.


 

En el espacio de la política nacional, los sonidos conductores de la
conversación no son los de los grandes partidos. Quizá porque no se
les escucha un proyecto de país elaborado, planificado y serio.

“Marcha fúnebre compuesta para las exequias de un célebre hombre sordo”. Con este
título firmaba Alphonse Allais, en 1897, la primera composición musical con un
pentagrama vacío. Nueve medidas en blanco y una ausencia completa de notas para un
silencio extendido. Este curioso artista y periodista francés fue el precursor de algunos
otros autores que, tras él, también se decidieron a explorar ese mismo camino. Erwin
Schulhoff, por ejemplo, en un movimiento para piano titulado In futurum. O Yves
Kleim en La sinfonía de silencio-monótono: 20 minutos de un mismo acorde
continuado al que suceden 20 minutos de un completo silencio instrumental.
Tras ellos, quizá el más conocido de todos, John Cage con su famosa Cuatro treinta y
tres. Tres movimientos en los que no suena ninguna nota durante el tiempo exacto de
cuatro minutos y treinta y tres segundos.

Leer más…

Este sitio web utiliza cookies para que usted tenga la mejor experiencia de usuario. Si continúa navegando está dando su consentimiento para la aceptación de las mencionadas cookies y la aceptación de nuestra política de cookies, pinche el enlace para mayor información.

ACEPTAR
Aviso de cookies