El Viejo Topo, 1 de septiembre de 2024.
Doctor en Historia Contemporánea por la UAB, Josep Burgaya es ensayista y articulista, además de profesor de la Universidad de Vic. Ha participado en numerosos congresos y habitualmente realiza estancias en universidades extranjeras. Entre sus obras cabe citar Populismo y relato independentista en Cataluña. ¿Un peronismo de clases medias? (2020), La máquina digital. Feudalismo hipertecnológico en una democracia sin ciudadanos (2021) y Tiempos de confusión. De la clase adscriptiva a la identidad electiva (2023). Centramos esta conversación en su reciente publicación: Homo movens. El imperativo de la movilidad y la turistificación del mundo.
—¿Qué es el Homo movens? ¿Quiénes son (somos) Homo movens?
—Es todo ciudadano, cualquiera de nosotros, al que se le ha impuesto una movilidad constante tanto como imperativo económico, como social o cultural. Esta pulsión al movimiento no tiene nada que ver con la ancestral tendencia a querer conocer los contornos, en ir más allá del territorio de confort. Tiene poco que ver con el conocimiento o el disfrute cultural. Se genera toda una economía del movimiento. Esta tendencia inducida al desplazamiento se erige como un gran negocio con el que retornamos gran parte de nuestras rentas. Por el camino padecemos de ansiedad para estar a la altura, frustración porque nada era lo que se nos prometió. Y todo ello, aparte de insostenible, en poco contribuye a nuestro bienestar y a nuestra búsqueda de la felicidad.